El Club Mediterráneo, con el exgerente de Urbanismo Gutiérrez Istria al frente, cambia su Torneo de Pesca de Atún por unas jornadas sobre esta actividad
25/07/06 MÁLAGA. El Torneo de Pesca
de Atún Ciudad de Málaga desaparece en la que debió ser su séptima
edición para dar paso a las Jornadas de Pesca Real Club Mediterráneo.
Su organizador, Andrés Gutiérrez Istria, ‘Andy’, que dirige la sección
de pesca deportiva del club, explica las razones en el especial
que el diario Sur (21/07/06) dedica al acontecimiento.
EL Club Mediterráneo, con el apoyo de la Fundación Deportiva Municipal entre otras entidades de máxima relevancia local, ha puesto en marcha las ‘Jornadas de pesca de altura’, que incluye una conferencia y un concurso de pesca. La conferencia es ‘Biología y pesca del atún rojo. Actividades de marcado científico’, a cargo de los biólogos José Miguel de la Serna y David Macías, ambos del Centro Oceanográfico de Málaga. La siguiente actividad es la jornada de pesca, antes ‘pesca de atún’, y ahora según Andy, ‘del no-atún’.
ES extraño que la Fundación Deportiva Municipal apoye una actividad como ésta; quizás también lo es el que el Club Mediterráneo organice una conferencia de marcado carácter científico y que indefectiblemente trata sobre la explotación industrial de caladeros. Por mucho que afecte a la actividad deportiva, no parece el espacio más indicado. ¿Por qué no ha participado también el Área de Medio Ambiente? El descenso de las capturas de varias especies es evidente en las cocinas malagueñas, en el nivel doméstico; en el comercial, hace años que la abolición de la cultura local nos dejó en manos de irresponsables armados de lechuga iceberg, zanahoria rallada y maíz, del langostino gambiano, el boquerón italiano, la chirla ‘de Japón’, el ‘chanquete chino’ o ‘el mero que es rosada’. Quien visite la lonja o el mercado desde hace años, habrá observado la escasa diversidad en las mesas y el notable descenso de las variedades locales en la oferta, en detrimento de los siempre sospechosos productos de piscifactorías o congelados. ¿Por qué no han participado profesionales de la alimentación, la hostelería, la gastronomía o la antropología?
SE entiende que el Club Mediterráno haga lo que quiera, es una entidad privada. Como se entiende que la jornada que organiza Andy incluya un concurso de trolas, o que a Bendodo le interese el concurso infantil, y que haya una bonita cena-gala. Pero resulta anómalo que el Ayuntamiento, la institución representativa y gestora directa de la ciudad, sea incapaz de generar una actividad en la que se analicen y cuestionen las relaciones entre recursos, modos de explotación, economía, tradiciones y formas de vida. Y más cuando el atún ocuparía un lugar muy secundario en la historia malagueña, frente a otras especies como el boquerón, el jurel o la bacaladilla, aunque no en los intereses recreativos de los socios del Club Mediterráneo y sus amigos.
ANDY y sus amigos puede que no lo supieran, pero existían ya hace siete, ocho o diez años, suficientes estudios publicados que definían con exactitud la situación y pronosticaban con rigor lo que podría ocurrir, y que es lo que está ocurriendo. Al respecto, puede consultarse el documento reciente de ADENA en pdf. La aportación de este informe es la actualidad de los datos, que dejan bien clara la situación de verdadera alarma de las poblaciones de atún. De seguir así las cosas, según este estudio, lo más probable es que la especie se extinga en pocos años. ¿Cómo es posible que Andy y sus amigos del Club Mediterráneo no supieran nada de este problema ecológico?
LA pesca deportiva no es la razón de la disminución de la población de atunes, o de cualquier otra especie marina en el Mediterráneo o en cualquier otro mar. La creación de una gigantesca industria alimentaria que adopta el perfil industrial y el modelo de explotación insostenible de recursos en función del beneficio directo propio del capitalismo, es el origen de la actual situación. A ello se une la conducta de la flota pesquera nacional, cuyo papel en la esquilmación de las especies es otro punto clave. Si el atún no ha recibido aún suficiente atención en los medios es porque la catástrofe en términos mediáticos y/o políticos aún no se ha producido en la misma medida que, por ejemplo, la anchoa del Cantábrico. Otra cosa es la catástrofe ecológica. Pero para verla es necesario dejar de mirar la vida marina como ‘recursos marítimos’ y pasar a considerarla ecosistema, por tanto necesario en el sistema general del planeta, y en realidad afectado por la consideración económica antes de la alimentaria.
EL Convenio internacional para la conservación del atún del Atlántico, tras sucesivas revisiones, es el marco que regula las capturas y promueve los estudios sobre esta especie, a través de la Comisión para la Conservación del Atún Atlántico. Por ella se conoce la evolución del atún, y la situación de alarma debido, entre otros factores, a la sobreexplotación de los caladeros y al uso de sistemas y métodos ilegales, junto a la presión económica del sector conservero de la gran industria alimentaria, a la contaminación y a la más que probable influencia del calentamiento global del planeta, que en el mar se manifiesta en una subida de temperatura de las aguas que es causa, entre sus efectos más conocidos, de la alteración de costumbres migratorias de las especies o de la superpoblación de otras, como las medusas invasoras de los últimos veranos.
PUEDE consultar el informe de ADENA en pdf.
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