Por Eloy Herrera Pino, Colectivo

Francisco de la Torre21/11/06 MÁLAGA. Amanecer rojo en Málaga. Una visión, una luz, una presencia. Torre de la Equitativa, hito emblemático de la Málaga moderna, superación osmótica del palacio de los Larios, refulge de fachada inmortal: 200 metros cuadrados de lona roja cuelgan hasta la tienda de las prótesis. Arriba, futura bold: Picasso.

Por Eloy Herrera Pino, Colectivo

Francisco de la Torre21/11/06 MÁLAGA. Amanecer rojo en Málaga. Una visión, una luz, una presencia. Torre de la Equitativa, hito emblemático de la Málaga moderna, superación osmótica del palacio de los Larios, refulge de fachada inmortal: 200 metros cuadrados de lona roja cuelgan hasta la tienda de las prótesis. Arriba, futura bold: Picasso. En el centro, resplandecientes a la luz del cielo del mediterráneo que es Málaga en sí, Las senyoretas del carrer d’Avinyó. Debajo, futura bold: Málaga, su mejor lienzo. A la derecha: el escudo de Málaga y la firma municipal: Ayuntamiento de Málaga. El ciudadano, aborigen o foráneo, al descender al mar de Málaga por la calle Larios de Málaga sólo puede sentir lo que las golondrinas de Bécquer y refrenar el paseo, que no el vuelo del alma, estremecida.

 

POR fin alguien se atreve a decir la verdad. El mejor lienzo de Picasso es Málaga y qué mejor para demostrarlo que Las senyoretas del carrer d’Avinyó. Interior de burdel, un puñado de putas tullidas de facies subsahariana inmortalizadas en pelotas: es la imagen con la que dinamitó el arte de elaborar imágenes públicas a partir de la evocación privada, es la audacia de Picasso y la de Málaga, su capacidad de innovación, su mundo interior y su rostro público. Gracias, alcalde; gracias, Paco de la Torre. Al principio puede parecer otra pancarta publicitaria, conmemorativa o cosa gratuita (en sentido figurado, que sus buenos dineros le ha costado, contribuyente). Pero no; esta pancarta es en realidad toda una instalación, no, una intervención urbana entroncada con el neoconceptual más altamente politizado del momento, algo así como la Bienal de Arte Contemporáneo de Sevilla, pero en Málaga, por eso no es inhóspita. Si el alcance del proyecto -compruébese en la afluencia de visitantes provenientes desde los cuatro puntos cardinales hasta la Málaga de sutura- ya está arrasando en el exterior, nosotros, malagueños de bien, no deberíamos resistirnos, y dejar pasar a Picasso por nuestras heridas a nuestro interior y encender el fuego de nuestras entrañas: por Picasso (qué sería de nosotros sin él), por Málaga (mar y luz de mi vida), por malagueños (sin comentarios), por la alusión a nuestro porvenir en plenitud común (Futura Bold) y por mostrar la Málaga La Equitativaque somos (como calle Aviñón, número 5), y no la que quisieran otros.

NO esperábamos menos de… ¿quién? No se sabe la razón, pero hay un exceso de modestia en el proyecto que preocupa mucho a los ciudadanos de bien con los que hemos hablado. “Es una pena que no haya una descripción de este proyecto ni ficha técnica en la página web del Ayuntamiento o en la de la Fundación Picasso… una pena, porque estaría bien conocer a los responsables y felicitarles”, nos comunica por imeil FMR, socio de la peña El Clavel, entre otros muchos que se han dirigido a EL OBSERVADOR para solicitar información. Pues bien, esta revista, aunque bien es cierto que no pudo aclarar el misterio de los pecios interestelares que aparecieron desperdigados por las calles de Málaga, va a despejar algunas dudas al respecto. 

MÁLAGA, su mejor lienzo forma parte de la conmemoración del 125 aniversario del genio. Conscientes de ello, los líderes municipales han querido estar a la altura de las circunstancias. Si la figura de Picasso ha crecido con los años, en una primera fase hasta 1972, y luego hasta el infinito, la demostración coherente en su lugar de nacimiento es mediante el recurso de la amplificación de la reproducción de la imagen estática (ya se ha dicho aquí en otras ocasiones el carácter benjaminiano de Paco de la Torre). Es decir, se selecciona una serie de cuadros del genio de la Merced; se le hace a cada uno una foto que se imprime en una lona gigantesca, multiplicando convenientemente sus dimensiones hasta encajar con el espacio asignado (site-specific); se cuelga en un edificio en obras, emblema tanto del espíritu que toda la vida alentó al monstruo de las casas del marqués de Iznate, como de la gestión de Paco de la Torre, que inspirado por él y por su obra, y tras observar que apenas hay árboles en sus lienzos ha llevado a la práctica en la ciudad el paisaje picasiano, con radicalidad y orgullo, todo tan de Málaga que Cartel en La Equitativasólo nos queda el textólogo multimedia Antonio Garrido para expresarlo en opíparas condiciones. 

LA idea puede ser del alcalde o de algún subalterno, pero el alcalde lo presentó a la prensa (02/11/06) y fue él quien aclaró algunos detalles. Pero ¿y la selección? ¿Quién? ¿Con qué criterio? Criterios: a) un recorrido por distintas épocas y motivos del dios de los Cuatro Gatos; y b) obras relacionadas con el paisaje mediterráneo (lo ha dicho PdlT, luego es verdad). El trabajo lo ha hecho la Fundación Picasso Museo Casa Natal que ha contado con la Agencia Fotográfica de la Reunión de Museos Nacionales de Francia, y de Scala Archivos de Florencia, por aquello de que la ocasión lo merece y no es dinero lo que falta. 

LA idea es del alcalde y eso explica que las Senyoretas d’Avinyó se hayan puesto en la torre de la Equitativa. La selección y gestión, o sea, el comisariado del proyecto, es (otro más) de Mariluz Reguero, y de ahí que haya encontrado luz mediterránea en el interior del burdel, ese pecado nuestro con el que intentaron acabar los Larios cuando arrasaron con más de setenta al hacerse su calle. La misma por la que ahora se baja hacia el mar de Málaga y permite al ciudadano paseante ver una entre otras muchas cosas que Picasso tuvo que ir fuera a encontrar porque aquí no había. Afortunadamente, al menos eso ya se ha solucionado. Y siempre queda el fleco de reflexión sobre los paradójicos desarrollos de Málaga: el edificio cuya fachada da soporte a la imagen del burdel sustituyó en su tiempo al palacio de los Larios, del que sólo queda el abrevadero que Paco de la Torre ha puesto en la Plaza de las Flores.

 

GRACIAS, Paco. Felicidades, Mariluz (también de parte de FMR). Pero sí hay una crítica constructivista queMariluz Reguero se va a permitir, por una vez y sin que sirva de precedente, EL OBSERVADOR. El lema no es muy convincente; de hecho es, a nuestro modesto entender, como la página web del Cervantes. Es una cuestión de lógica; Málaga no es el lienzo donde se pinta, sino el soporte donde se cuelga el cuadro ya pintado (por eso tampoco Málaga, su mejor caballete). Y en cuanto a ritmo, evocación, poética… mejor no extenderse. Dicho sea sin ánimo de molestar: ¿ha confiado el excelentísimo Ayuntamiento en Pedro Luis Gómez? ¿En Adolfo Arjona? ¿En Teodoro León Gross? Descartado el textólogo multimedia Antonio Garrido; sólo hay que verle hablar de arte en su televisión para ver que eso es imposible (ah, ¿pero es que no hemos contado a los lectores de Envíos de noticias EL OBSERVADOR el programa de arte de Garrido? ¡Pues próximamente!). Estamos seguros de que tampoco es de Mariluz, que, mujer de su tiempo, seguro que sabe vivir la fascinación por los trocaicos perfectos en rótulos de neón por vías urbanas y carreteras nacionales.

EN resumen, Málaga pone la pared. Bueno, también el dinero que habrá costado el sistema de camuflaje de edificios en demolición-construcción del centro de la ciudad hasta pasadas las próximas elecciones municipales. Así que volvemos a lo de siempre. No es el lienzo, es el ladrillo; no es el arte, es el negocio, idiota; no es el servicio público, es el politiqueíllo. En fin; Picasso y Málaga: ¡tela!

OTROS artículos de opinión de ‘La provincia del paraíso’, del colectivo Eloy Herrera Pino: