Por Emilio Souto Alonso
23/11/06 MÁLAGA. Mañana
el Ayuntamiento de Málaga, según la información de este vecino, piensa
arrancar los árboles del Camino del Colmenar. Unas obras municipales
parecen ser el motivo de lo que Emilio Souto Alonso considera un
“vergonzoso
símbolo de incompetencia, corrupción y barbarie”.

S.O.S. Gravísima actuación del Ayuntamiento de Málaga contra los ciudadanos
SR. Alcalde, inconcebiblemente,
el Ayuntamiento de Málaga va a proceder de inmediato a arrancar todos los
árboles de dos importantes vías urbanas, con sacrificios de cientos de
especies asentadas durante años, para habilitar aparcamientos en batería,
primero el Camino de Colmenar, desde su inicio en la Plaza de Olletas, y
después, si la primera fase no suscita protestas populares, la calle del
Cristo de la Epidemia. Estos datos fueron suministrados por el personal
técnico que hacía mediciones a pie de calle a algunos de los sorprendidos
comerciantes de la zona.
ADEMÁS de exigir la anulación de esta monstruosa medida, no ya contraria a toda práctica municipal moderna, sino incluso a la salud mental, solicito la incoación de expediente de depuración de responsabilidades a cuantos funcionarios y políticos hayan intervenido en el proyecto de tan criminal atentado contra los valores naturales, culturales y urbanísticos de la ciudad de Málaga y que constituye un vergonzoso símbolo de incompetencia, corrupción y barbarie.
LA medida, independientemente de cómo resulte el proyecto final, no sería admitida en ninguna ciudad europea. El ejemplo de Madrid, en el caso del Paseo del Prado, y las protestas lideradas por la propietaria del Museo Thyssen, Carmen Cervera, han ido encaminadas a la salvación del arbolado. En ningún momento se ha entrado en la valoración del proyecto del arquitecto portugués Álvaro Siza. Son pasos a seguir para acercarnos al modelo europeo.
EL arrancamiento de los árboles
es en sí mismo un acto intolerable, al margen de eventuales propósitos
municipales de reponerlos o sustituirlos. Si, en su lugar, se plantan ejemplares
nuevos, de mucho menor porte, se tardará varios años en recuperar la
presente imagen de la calle, aparte de que se habrán eliminado
gratuitamente las actuales especies. Si, por el contrario, se trata de
volver a colocar los árboles con otra disposición, estaremos ante un
injustificable dispendio que sólo podría admitirse en el caso de especies
de valor singular. Hay que destacar, respecto de la relevancia botánica de
los árboles de estas calles que, como la inmensa mayoría de los que se
encuentran en los espacios públicos de Málaga, carecen de excepcional
importancia, pero configuran, en conjunto, unos valores naturales y
ambientales que en ninguna circunstancia deben supeditarse a una errónea
política de ordenación del tráfico.