Los dueños de los bunkers de La Malagueta se niegan ahora a cumplir lo acordado y dicen que no pagarán los cambios para adaptarse a la Ley

23/04/13. OPINIÓN. Falta de evaluación ambiental, baile de documentos con hasta tres modificaciones de proyectos entre administraciones descoordinadas, oscurantismo y unos empresarios con apoyos políticos dispuestos a imponer su criterio a toda costa explican que las nuevas chiringuitos-bunker en la playa de La Malagueta sean una realidad. Ecologistas en Acción Málaga ha pedido la intervención de la Fiscalía en este caso ante lo que consideran una vulneración en toda regla de Ley de Costas. Un análisis de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com.

EL anterior jefe de la Demarcación de Costas en Málaga, Francisco Javier Hermoso, fue quien más directamente sufrió los ataques del lobby de los chiringuiteros cuando intentó poner orden en un sector marcado por el descontrol y la ilegalidad. Fue él quien puso sobre la mesa que el 75 por ciento de estos establecimientos estaban fuera de normativa en la provincia e intentó reubicar algunos de estos locales en un lugar alejado de los envites de los regulares temporales, de cara a hacer un uso racional de un terreno público como es la playa. Pero los empresarios del sector se lo ‘comieron’ con el apoyo inquebrantable del PP, y de líderes del PSOE malagueño como el exconsejero de Turismo, Luciano Alonso. Y tras las elecciones que colocaron a Jorge Hernández Mollar (PP) de subdelegado de Gobierno en Málaga, Hermoso no tardó en ser sustituido. Algo similar le ocurrió a la Cristiana Carbona, exministra de Medio Ambiente con Rodríguez Zapatero, cuando intentó proteger la primera línea litoral. Fue su propio partido el que se encargó de defenestrarla.



EL que fuera delegado de Medio Ambiente en Málaga, Ignacio Trillo, aborda en el artículo “¿Por qué le llaman chiringuito a un bodrio?” –consultar AQUÍ- algunas de las claves que explican cómo ha sido posible que un proyecto como el de las nuevas edificaciones en la playa de La Malagueta se hayan permitido: “¿Son legales? Hagamos historia. La Demarcación de Costas aprobó un proyecto en mayo del 2010, -presentado por el Ayuntamiento de Málaga cogido de la mano de los chiringuiteros- sirviéndole el título concesional y fijando el canon correspondiente. Espoleados los titulares de los futuros establecimientos por la inminencia de la transferencia a la Junta, la Administración local cambió ese proyecto y Costas le comunicó, 15 días antes de la transferencia a la Junta, que se habían introducido cinco cambios sustanciales, aparte de otros menores, lo que llevaba implícito la nulidad de su aprobación anterior. Medio Ambiente de la Junta, en cambio, manifestó que recibieron el expediente con las bendiciones de Costas cuando en un difuso texto, a mediados de aquel octubre, autorizaron el proyecto que presentó la Concejalía de Playas, indicando que cumplimentaba lo que le requirió Costas, hecho que no fue así, eludiéndose la información pública. Además, certificaron luego, Junta y Ayuntamiento el acta de replanteo; ambos actos, cambio de proyecto y replanteo, sin comunicación a Costas como la transferencia obliga. Y siempre, Playas del Ayuntamiento declararía que todo era legal. Para al final, una vez corregidos los aseos -el cambio sustancial de los sótanos, no- la chimenea y la barandilla, con la cristalería y la buganvilla adicional que le pondrían todo iba a quedar de maravilla, y hasta transparente”, exponía Trillo en un artículo publicado en el diario Málaga Hoy.

ALGUNOS de los argumentos que ofrece Trillo -desconcierto entre administraciones, existencia de varios proyectos, oscurantismo y falta de publicidad y de evaluación ambiental- también se han puesto de manifiesto en la denuncia que Ecologistas en Acción ha planteado ante la Fiscalía de Málaga a comienzos de este mes de abril por la construcción de estas polémicas instalaciones en Málaga capital.



“LO
que al final se realiza es un documento que ha sufrido hasta tres modificaciones, apartándose de lo que inicialmente se aprobó y en ningún caso sin comunicarle a Costas, como es su obligación sobre las modificaciones autorizadas”, indica el colectivo conservacionista al Fiscal de Medioambiente en una denuncia que repasa las irregularidades y confusiones habidas en el largo trámite administrativo de este proyecto.

PERO estos artículos y denuncias corren en paralelo a las propias obras y la política de hechos consumados de la Asociación de Empresarios de Playas de Málaga. Como muestra. Un botón: Si la semana pasada los chiringuiteros aceptaban hacerse cargo de los cambios exigidos por Medio Ambiente desde antes del comienzo de las obras –rebaja de los casetones de las terrazas, y eliminación de las barandillas, ya que estos espacios no pueden abrirse al público- ayer ya habían cambiado de opinión y se negaban a sumir estas reformar para adaptarse a la Ley. Por supuesto, con el apoyo de la concejala de Playas de Málaga, Teresa Porras empeñada en defender una legalidad y una estética cada vez más cuestionada.

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