OPINIÓN. Foto con pie
Redacción
13/06/13. Cultura. ‘Un día sin leer es un día perdido’. La frase está en el escaparate de la librería Proteo-Prometeo, dedicado este mes a ‘La vida cuando era nuestra’, de Marian Izaguirre. El libro del que se extrae la cita es un homenaje a la lectura. Ya se le compara con ‘El tiempo entre costuras’ y es la recomendación de este mes del librero Pepe Guerrero, a quien corresponde también la autoría del juego de espejos metaliterario del escaparate, que pueden ver en esta imagen de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com.
EN ‘La vida cuando era nuestra’, uno de los protagonistas, Matías, pone en el escaparate de su vieja librería un gran libro para que cada día las chicas que van a cambiar novelas románticas lean una página de algo bueno y distinto. Con esa misma idea, la portada de la obra de Marian Izaguirre juega con la imagen de un grupo de niños de mediados del siglo pasado que se asoman expectantes a un escaparate lleno de libros.
EL librero Pepe Guerrero, con varios lustros en Proteo-Prometeo, hace un baile de espejos situando la imagen de los niños de la portada del la obra de Izaguirre dentro del escaparate, y leyendo un libro. Al lado, la frase ‘Un día sin leer es un día perdido’.
PERO no anda desencaminado Guerrero, la obra ya ha sido adquirida por varias editoriales extranjeras y se perfila como un éxito de ventas.