OPINIÓN. No hay derecho. Por José Cosín
Abogado
16/10/13. Opinión. El abogado José Cosín escribe sobre inmigración tras la tragedia de Lampedusa. Retoma su colaboración con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com para hablar de la “miserable” política europea contra la inmigración al tiempo que recuerda que existen “muchas Lampedusas españolas”, como Melilla, “un lugar donde los derechos humanos brillan por su absoluta ausencia”. Las imágenes que acompañan este artículo son propiedad de José Palazón.
Vergüenza
¡VERGÜENZA! ¡Vergüenza! Era el grito que esperaba al Presidente de la Unión Europea y a su homónimo italiano, Enrico Letta. Gritaban los habitantes de Lampedusa, los únicos que han mostrado un rastro de humanidad ante nuestros semejantes que se lanzan al mar, con la esperanza de una vida mejor.
¿HACE falta que mueran 359 personas para que nos demos cuenta del drama que mata diariamente a miles de africanos? La política europea contra la inmigración es tan miserable como equivocada. Y no podemos escudarnos en los italianos, porque los españoles tenemos una legislación similar, y medios todavía más escasos.
EXISTEN muchas Lampedusas españolas. Melilla, por ejemplo, es un lugar donde los derechos humanos brillan por su absoluta ausencia. En peores condiciones que Lampedusa, no hay tantas muertes conocidas porque no es una isla y los cadáveres yacen en tierras marroquíes. Pero yacen. Mensualmente son cientos los heridos y presos en las miserables alambradas donde son golpeados sin piedad por el ejército marroquí y la Guardia Civil española. Y he sido testigo de ello. Así que no se molesten en que me crea las mentiras oficiales.
LA inmigración no es una amenaza para la Unión Europea. Es nuestra última esperanza. No podemos construir una fortaleza decadente, elevando muros de vergüenza y permitiendo que se ahoguen personas a millares, ante la indiferencia de nuestros gobernantes.
CRITICAR es fácil. ¿Qué alternativas tenemos? En primer lugar, la inversión necesaria no es en armas, ni en el sistema de vigilancia de fronteras FRONTEX, ni en radares. Debemos comenzar con la ayuda urgente a los refugiados en Europa y continuar con la ayuda necesaria en los países de origen. La política Europa debe orientarse a la integración, y no a la segregación.
LA vieja Europa necesita abrirse a África, tanto como África necesita la ayuda europea. Podemos hacerlo de una forma ordenada, integrando los flujos migratorios, respetando sus culturas y construyendo una nueva Europa multicultural, que puede volver a sorprender al mundo.
LA alternativa es una lenta agonía de Europa, que irá empobreciéndose según su población vaya envejeciendo, para acabar siendo pasto de oleadas masivas que arrasen Europa de Sur a Norte, como si de un Tsunami se tratara. Los llamaremos bárbaros, pero también calificamos de esta forma a los germanos que acabaron con un decadente imperio romano, cuya segunda y definitiva caída estamos a punto de observar.
MIENTRAS, miles de seres humanos sufren, y tanto tú como yo somos culpables de su sufrimiento. Hasta que nos demos cuenta que, tarde o temprano, compartiremos su destino.
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