OPINIÓN. Despacho abierto. Por Encarnación Páez
Alcaldesa de Villanueva de Tapia

encarnacion_paez27/07/12. Opinión. “Las listas cremallera, la configuración paritaria de las mismas supone un salto espectacular en la visibilidad pública de la mujer; yo estoy de acuerdo, pero con una apreciación. El verdadero poder de decisión no es de las mujeres, muchas veces se nos utiliza para cubrir el expediente, pero con un tácito mandato de obediencia ciega. O sea, podemos estar, incluso debemos estar, pero que no se nos ocurra disentir”. Encarnación Páez denuncia

en esta colaboración con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com que dentro “de las organizaciones políticas la igualdad es una simple apariencia estética”.

Ser mujer también duele

LLEVO
catorce años en el mundo de la política, siendo cargo público. Reivindico un cambio profundo en la forma de gestionar los partidos políticos. No vivimos en una democracia, no se engañen. Estamos inmersos en una dictadura de los mercados, lo sabemos, pero el sistema político es una partitocracia o una plutocracia, para ser más exactos, porque dentro de las organizaciones políticas son los llamados aparatos, o sea, los dirigentes (un reducido grupo de personas) los que deciden el presente y el futuro de la gestión política y/o pública, con algún gesto, a veces amañado hacia las bases, como el lema del despotismo ilustrado “todo para el pueblo pero sin el pueblo”.

EN las campañas electorales se promete sin cesar, se despojan de sus trajes para simular que se acercan a la gente sencilla, para cambiar el tercio en demasiadas ocasiones cuando se consigue el objetivo electoral pretendido. Ello implica que los fines de los partidos políticos son casi exclusivamente electoralistas y como consecuencia de esta dinámica se ha producido un divorcio profundo entre la llamada “clase política” y la ciudadanía. A ello han contribuido notablemente desde luego los brotes de corrupción, la impunidad manifiesta, la mediocridad de nuestros representantes y la farsa de la igualdad.

ENLAZANDO con esta última palabra, todos los partidos políticos, pero sobre todos los de izquierdas, se han parapetado bajo la bandera de la igualdad social, representada sobre todo por la igualdad de género. Se han producido algunos avances legales importantes, que ahora están en peligro con la política ultraconservadora del PP. Pero tengo que manifestar que dentro de las organizaciones políticas la igualdad es una simple apariencia estética. Las listas cremallera, la configuración paritaria de las mismas supone un salto espectacular en la visibilidad pública de la mujer; yo estoy de acuerdo, pero con una apreciación. El verdadero poder de decisión no es de las mujeres, muchas veces se nos utiliza para cubrir el expediente, pero con un tácito mandato de obediencia ciega. O sea, podemos estar, incluso debemos estar, pero que no se nos ocurra disentir. Los dogmas, el sectarismo y el juego aparatil están en manos de esos dirigentes que tiene un don especial: están en posesión de la verdad orgánica.


SER mujer en este sistema capitalista y machista es difícil. Los sueldos femeninos son más bajos, las pensiones pensadas para la mujer (viudedad, las no contributivas…) son ínfimas, somos una cara importante de la precariedad y el desempleo, se nos estigmatiza socialmente... difícil ¿verdad? pues en política, ser mujer también duele.

PUEDE ver aquí una colaboración anterior de Encarnación Páez:
- 21/06/12 Ser alcaldesa también duele