OPINIÓN. Despacho abierto. Por Encarnación Páez
Alcaldesa de Villanueva de Tapia
08/04/13. Opinión. La Infanta Cristina ha sido imputada por el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Palma de Mallorca al existir indicios de cooperación necesaria en los delitos atribuidos a su avispado marido. La abogada Encarnación Páez, colaboradora de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, comenta en este artículo las sensaciones que le ha producido esta noticia y algunos pormenores jurídicos de esta imputación.
Ciudadana Cristina
EN unos momentos como éstos de profundo desánimo social, económico y democrático, donde las sospechas/constataciones de nepotismo, corrupciones y corruptelas se ciernen sobre casi todas las instituciones, aún hay esperanza. Parece que la inviolabilidad de algunas personas de alta alcurnia y mejor cuna, se pone en cuestión y despoja de los ropajes de inmunidad adquirida por derecho divino a algún miembro de la realeza española; y es que la Infanta Cristina ha sido imputada por el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Palma de Mallorca al existir indicios de cooperación necesaria en los delitos atribuidos a su avispado marido.
PERO no nos hagamos muchas ilusiones. La Fiscalía Anticorrupción ha anunciado inmediatamente la interposición de un recurso ante la Audiencia Provincial de Palma, lo cual ha sido aplaudido sin contemplaciones por la casa real. Todos sabemos que el Ministerio Fiscal no se rige por el principio de imparcialidad, sino, entre otros, por el de jerarquía. Y ¿quién nombra al Fiscal General del Estado, jefe supremo de los fiscales? El Gobierno, o sea, Mariano Rajoy. Recurrir un auto de imputación por la Fiscalía no es algo muy habitual, porque el Ministerio Fiscal está imbuido por la máxima de la legalidad, es uno de los garantes de la misma a través del principio acusatorio.
ADEMÁS, la imputación otorga la posibilidad de declarar asistido de representantes legales, por lo tanto es más garantista que la declaración como testigo. Y entraña algo muy importante: no existe obligación de declarar, ni de decir verdad, ni de contestar a todas las preguntas. Por tanto ¿será realmente esclarecedora dicha comparecencia, si es que al final llega a producirse? ¿o debemos creer que en un matrimonio tan ‘perfecto’, la esposa ignora de dónde sale el dinero que los convierte en multimillonarios? No me puedo creer que tengamos una princesa con boquita de fresa instalada en el cuento del palacete de Pedralves.
ME he sentido esperanzada en que la administración de justicia efectivamente ejerce su papel, con dificultades y algunos errores imperdonables, pero con cierta eficacia. Espero que la esperanza no torne una vez más en decepción.
DE todas formas, nadie me quita la satisfacción de haber visto cómo una persona se levanta por la mañana siendo alteza, princesa y con derechos sucesorios al trono y se acuesta siendo la ciudadana Cristina.PUEDE ver otras informaciones relacionadas:
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