01/06/10. Sociedad. Las denuncias que apuntan a que la compra que hizo el Ayuntamiento de Málaga en 2009 de Canal Málaga (adquirió por millón y medio de euros la sede, parte del material técnico y la marca de la que era la televisión local de diario Sur, propiedad del Grupo Vocento) se hizo...
Abren diligencias de investigación para comprobar si la operación fue irregular, injusta, innecesaria y con un precio de compra municipal sobrevalorado
01/06/10. Sociedad. Las denuncias que apuntan a
que la compra que hizo el Ayuntamiento de Málaga en 2009 de Canal Málaga (adquirió por millón y medio de euros la sede, parte del material técnico y la marca de la que era la
televisión local de diario Sur, propiedad
del Grupo Vocento) se hizo de manera
irregular, injusta, innecesaria y con un precio sobrevalorado, han sido tenidas
en cuenta por la
Fiscalía Especial para la Represión de Delitos
Económicos Relacionados con la
Corrupción, que ha abierto diligencias previas de
investigación para comprobar si los responsables municipales han cometido algún
delito con esta operación, tal y como ratificó ayer a EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com
el teniente fiscal de
Málaga, Manuel Villén.
EL 20 de
noviembre de 2008 EL OBSERVADOR da la voz de alarma ante la operación que están urdiendo
responsables del grupo Vocento y del Ayuntamiento
de Málaga para comprar la televisión local de diario Sur, Canal Málaga. En esos meses previos al apagón tecnológico y
con la incipiente crisis económica dejándose notar ya entonces en el sector
audiovisual -poco después cerrarían Popular
TV (Cope) y Localia (Prisa)- la
operación era un modo de salvar la cuenta de resultados de una cadena de TV
local condenada a desaparecer.
LA maniobra, que
se concretó en enero de 2009, fue un escándalo que si no adquirió mayor
dimensión pública fue por la propia posición de poder de diario Sur y el delicado equilibrio político
institucional entre medios de comunicación y partidos políticos malagueños. Pero
aún de forma soterrada, no faltaron voces en las redacciones y en los grupos
municipales de la oposición que criticaron duramente lo que entendían era un
trato de favor por el que el Consistorio utilizaba dinero público para
asegurarse el apoyo mediático incondicional del diario con más tirada de la
provincia.
ADEMÁS, la operación ponía de relieve una mentira más del alcalde
Francisco de la Torre,
que a nueve días de firmar el protocolo de venta respondía a una pregunta plenaria
del grupo socialista indicando por escrito que su equipo de gobierno no estaba
realizando “ninguna gestión para la compra de ninguna televisión local”
(documento 545224). Por otra parte, la compra estaba en el punto de mira de la
oposición porque uno de los pesos pesados del equipo de De la Torre, la edil responsable
de Economía y Hacienda, también portavoz del gobierno municipal, Carolina
España, tenía acciones y
participaciones de Prensa Malagueña, editora de diario Sur, y mantiene desde hace años una relación sentimental con el
director de Publicaciones de este diario, Pedro Luis Gómez.
POR todo ello, el entonces
jefe del
gabinete de alcaldía, Javier Ferrer, se vio obligado a ofrecer aquel mismo mes
de enero una inusual rueda de prensa en la que afirmó que la compra del edifico
del PTA en el que se ubicaban los estudios de Canal Málaga tenía “justificación legal en el artículo 10.2 de la
ley de Bienes de las entidades Locales de Andalucía” que posibilita una
adjudicación directa cuando queda establecida “la singularidad histórica,
cultural, artística o técnica” del bien adquirido. Lo cual, fue definido por
parte de los expertos consultados por EL OBSERVADOR como una “huida” o “regateo” del derecho
administrativo a través de la sociedad municipal instrumental del Ayuntamiento,
Promálaga.
LOS pasado meses
de febrero y marzo de 2010, cuando el asunto parecía ya olvidado (el proyecto
de la incubadora de empresas con el que el Ayuntamiento de Málaga justificó la
compra de la antigua sede de Canal Málaga
está absolutamente paralizado), la abogada y ex parlamentaria
verde, Inmaculada Gálvez, y algunos trabajadores de la televisión municipal Onda Azul, remiten varios escritos a la Fiscalía Especial
para la Represión
de Delitos Económicos Relacionados con la Corrupción, en los que denuncian que la compra
del edificio ha sido irregular, con un procedimiento sin concurso público y con
una presunta sobrevaloración del precio real, y que el Consistorio paga por
unos derechos de emisión de una marca, que no utiliza y a la cual tiene derecho
per se como organismo público.
POR otra parte
-como corroboraron ayer trabajadores a EL OBSERVADOR- el equipo adquirido de grabación estaba desfasado.
TRAS estas denuncias, y tal como
confirmó ayer el teniente fiscal de Málaga,
Manuel Villén, la Fiscalía
provincial de Málaga ha abierto diligencias previas de investigación (nº 44/10)
para comprobar si efectivamente se ha cometido algunos de los hipotéticos
delitos apuntados. Villén aseguró que informará “inmediatamente” al
Ayuntamiento de Málaga de la apertura de estas mismas diligencias, de las que
ya se puede deducir que uno o varios responsables municipales tendrán que
explicar su actuación ante la
Fiscalía.
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