Puche, en la delegación nacional que encabezan Pedro Arrojo y Leandro del Moral
02/12/05 MÁLAGA. El conocido activista medioambiental y portavoz en Málaga de la Fundación
Nueva Cultura del Agua, Francisco Puche, forma parte de la expedición
española que participa en el Encuentro por una Nueva Cultura del Agua en
América Latina, que se celebra en Brasil del 5 al 9 de este mes
de diciembre.
Puche, en la delegación nacional que encabezan Pedro Arrojo y Leandro del Moral
02/12/05 MÁLAGA. El conocido activista medioambiental y portavoz en Málaga de la Fundación
Nueva Cultura del Agua (FNCA), Francisco Puche, forma parte de la expedición
española que participa en el Encuentro por una Nueva Cultura del Agua en
América Latina, que se celebra en Fortaleza (Brasil) del 5 al 9 de este mes
de diciembre. Las jornadas, organizadas junto a otras entidades por la FNCA, con
sede en Zaragoza, pretende "abordar las diferentes problemáticas de
Latinoamérica desde la perspectiva de la Nueva Cultura del Agua, pretendiendo
servir de puente entre el ámbito técnico-científico y los movimientos sociales",
según ha declarado a EL
OBSERVADOR la FNCA.
EL encuentro, del que se puede consultar un amplio dossier en PDF, está respaldado por el apoyo de un gran número de organizaciones, entre las que destacan los Ministerio de Medio Ambiente de Brasil y España, el Ministerio de Asuntos Exteriores español y el de las Ciudades brasileño. También suman sus esfuerzos, entre otros muchos, la Asociación Brasileña de Recursos Hídricos, la Alianza Mexicana por una Nueva Cultura del Agua y el Ayuntamiento de Zaragoza.
FRANCISCO Puche es uno de los integrantes de la destacada expedición española, entre los que se encuentran los intelectuales más relevantes en España en políticas de agua desde la perspectiva de esta nueva cultura, como el presidente de la FNCA, Pedro Arrojo, y el doctor en Geografía por la Universidad de Sevilla y miembro de la Red Andaluza Nueva Cultura del Agua, Leandro del Moral.
LA Nueva Cultura del Agua mantiene un compromiso ético que pasa "por
construir alternativas y ejemplos prácticos en los que las mejoras en la calidad
de vida, no sólo se demuestren compatibles, sino que se basen en la recuperación
y conservación de nuestros ecosistemas hídricos. En definitiva, se trata de
vivir mejor con menos recursos, pero de mejor calidad y más equitativamente
repartidos", según la FNCA.