05/04/06 MÁLAGA. Difícilmente
se sientan en la misma mesa la Administración, grupos ecologistas y
constructores. Cuando lo consiguen, los discursos son tan diferentes
que el acuerdo urbanístico es cuanto menos imposible.
05/04/06 MÁLAGA. Difícilmente
se sientan en la misma mesa la Administración, grupos ecologistas y
constructores. Cuando rara vez lo consiguen, los discursos son tan diferentes
que el acuerdo urbanístico es cuanto menos imposible. Con la idea de unificar el
idioma de las partes interesadas nació, en 2004 en Sevilla, la Fundación Ozono
Tres, que se presentó el pasado día 30 en el Hotel AC Málaga Palacio, y que llega
dispuesta a conseguir, a través del consenso, una solución a la explotación
inmobiliaria a la que está sometido el litoral malagueño.
LAS
líneas generales de actuación de la organización son básicamente dos: por un
lado, la formación de trabajadores y empresas en materia ambiental, y por otro,
la coordinación y puesta en marcha de proyectos que beneficien al ecosistema.
“Hemos observado que la PYMES son las que más dificultades presentan a la hora
de cumplir las medidas ambientales debido a la carencia de medios”, asegura a EL OBSERVADOR el delegado de la Fundación en Málaga, José Luis Salvador. Y añade que es por
medio de encuentros y jornadas cómo se hallan las soluciones a este
problema.
ADEMÁS,
de estas funciones generales, la Fundación ha elaborado un proyecto específico
para cada provincia acorde con su problemática. Es por eso que en la
organización se han propuesto que antes de aprobar un proyecto urbanístico en
Málaga, ayuntamientos, ecologistas y empresarios discutan hasta que nazca una
idea que sin dejar de dar beneficios económicos, no repercuta negativamente en
el medio ambiente. “La situación es muy complicada pero preferimos pensar que
todavía existe una solución”, comenta el delegado.
PARA la Fundación, la proliferación de urbanizaciones de lujo y viviendas a pie de playa que atraen al turismo nacional y extranjero ha afectado considerablemente al litoral y ha producido un gran gasto de agua en los pantanos. “Tenemos que buscar un turismo de calidad que respete el ecosistema. No se puede permitir que se sigan construyendo urbanizaciones y hoteles con piscinas y campos de golf cuando ni siquiera hay agua para abastecer a la población”.