19/01/10. Medio Ambiente. Un número indeterminado de carpas y percas negras se ha infiltrado en el río Guadiaro tras la rotura de los muros de contención del estanque conocido como ‘El Pantanillo’ de Montejaque. La ‘fuga’ de estas dos especies ha creado inquietud en el colectivo...
Ambas especies no
son autóctonas del río, muestran mayor resistencia a la contaminación y su
voracidad las convierte en una amenaza para la biodiversidad
19/01/10. Medio Ambiente. Un número indeterminado de
carpas y percas negras se ha infiltrado en el río Guadiaro tras la rotura de
los muros de contención del estanque conocido como ‘El Pantanillo’ de
Montejaque. La ‘fuga’ de estas dos especies ha creado inquietud en el colectivo
ecologista dado que no son autóctonas del río y su voracidad y resistencia ya
han causado pérdidas de biodiversidad en otros ecosistemas. La Delegación de
Medio Ambiente de la Junta en Málaga explica a EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com
que el equipo de control de especies exóticas invasoras ya ha realizado un informe
sobre lo sucedido y trabaja ahora para minimizar los efectos de esta
infiltración. Puede ver en esta GALERÍA
DE IMÁGENES el estado en que ha quedado la presa de ‘El Pantanillo”.
‘EL Pantanillo’ de Montejaque se localiza
en la finca El Alcornocal Bajo, en el término municipal de Ronda lindando con
Montejaque, dentro de las lindes del Parque Natural de Grazalema. En este gran
estanque vive una abundante población de percas negras y carpas. Con las
lluvias caídas entre diciembre y enero, la cota de agua aumentó y uno de los
muros de contención cedió vertiendo sus aguas y sus peces al arroyo El Cupil que
nutre al río Guadiaro. Puede ver en esta GALERÍA DE IMÁGENES como ha quedado ‘El
Pantanillo’.
LA carpa no es una especie autóctona
del Guadiaro si bien su presencia en el río esta documentada desde hace años en
zonas de aguas estancas o escasa corriente. No ocurre lo mismo con la perca
negra o perca americana (‘black bass’), especie originaria de Norteamérica que
ha sido introducida en otros muchos hábitats con fines de pesca deportiva, cuya
voracidad hace que en un número elevado resulte perjudicial para la
biodiversidad de los ecosistemas en los que se radica. Tanto percas como carpas
son más resistentes que otros peces a ambientes contaminados y carecen de un
depredador que limite su crecimiento en el Guadiaro, apunta el biólogo Óscar
Gavira.
EL equipo de control de especies exóticas invasoras está
al tanto de lo sucedido y actualmente trabaja en el control de la población de
ambas especies en el Guadiaro, según informó ayer la delegación de Medio
Ambiente de la Junta de Andalucía en Málaga a EL OBSERVADOR.
EL río
Guadiaro está catalogado
por normativa de la Unión Europea como Lugar de Interés Comunitario (LIC)
por la presencia de hasta siete especies de peces endémicas, especialmente de
la lamprea marina (Petromyzon marinus), especie amenazada, que encuentra en
este río su única población del Mediterráneo.
ORGANIZACIONES
como Silvema-Ecologistas en Acción han denunciado en varias ocasiones el estado
del Guadiaro y las amenazas ambientales que sufre por deforestación, falta de
depuración y pozos de extracción ilegales.
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