El trabajo y dinero invertidos en los últimos cuatro años, ‘en el aire’ por la intención municipal de reclasificar unas 16 hectáreas para un campo escuela de golf
20/10/06 MÁLAGA. El
Ayuntamiento de Málaga organiza hoy una campaña de reforestación de una zona
verde en La Pelusa (El Palo) donde pretende, según se recoge en el avance del
PGOU, recalificarla para un “posible uso como campo escuela de golf”.
El
trabajo y dinero invertidos en los últimos cuatro años, ‘en el aire’ por la intención
municipal de reclasificar unas 16 hectáreas para un campo escuela de golf
20/10/06 MÁLAGA. El Ayuntamiento de Málaga organiza hoy una campaña de reforestación de una zona verde en La Pelusa (El Palo) donde pretende, según se recoge en el avance del PGOU, recalificarla para un “posible uso como campo escuela de golf”. Una jornada de fotografías donde niños y voluntarios plantan arbolitos gracias a la subvención del consistorio malagueño para que, si se aprueba esta propuesta de estudio, se elimine la parcela verde, se acabe con lo reforestado durante los últimos años y se convierta en un campo escuela de golf. En la rueda de prensa que se celebró ayer para la presentación de las actividades, ni se nombró que existiera esta posibilidad salvo cuando lo preguntó este medio de comunicación.
LA concejala de Medio Ambiente, Patricia Marín, y el director del Área de Participación Ciudadana, Julio Andrade, presentaron ayer en rueda de prensa la campaña ‘A limpiar el mundo’, con la que hoy viernes, de 10 a 13 horas, se realizará una “reforestación en la zona verde municipal de la Pelusa (El Palo)”, que Andrade calificó como “zona de importante valor ecológico”. Es la misma extensión de terreno en la que el Ayuntamiento proyecta, según el avance del PGOU, un “posible uso como campo escuela de golf del suelo calificado como zona verde en el SUP LE-1 Miraflores”. La revista EL OBSERVADOR preguntó ayer en la rueda de prensa por la “contradicción” de realizar la reforestación de este lugar durante los últimos cuatro años para que acabe usándose como campo de golf, precisamente además a escasos 500 metros de distancia del campo de golf de El Candado.
A la primera pregunta realizada se respondió que esa decisión todavía no era definitiva. A la pregunta de qué se haría con los árboles que se han plantado allí si finalmente se instala el “campo escuela de golf” Andrade salió por la tangente y habló de los “actos vandálicos” que en esa zona se producía antes (?). A la última cuestión acerca de qué Área del Ayuntamiento había propuesto la idea recogida en el nuevo PGOU, Patricia Marín respondió: “No lo sabemos, ha podido ser hasta el propio Urbanismo”.
ENTRE los años 2003 y 2006, según se recoge en la memoria de actividades de la Asociación de Monitores Medioambientales Almijara (que se puede consultar en su web), se han plantado en esa zona un total de 2.720 plantas (1.848 de reforestación y 872 de restauración), han participado en las actividades 1.774 personas (1.432 niños, 207 adultos y 87 alumnos de cursos del Área de Juventud) y ha invertido el consistorio municipal un total de 36.000 euros, aproximadamente. Son algunos de los datos más destacados de la acción concreta que se lleva realizando en esta zona verde de La Pelusa (en la barriada El Palo).
DEBIDO a esta labor, a que se trata de la única zona verde de esa magnitud (16 hectáreas) que tiene la zona urbana de El Palo por debajo de la autovía y a otros factores negativos que conllevarían el campo de golf, varias asociaciones han presentado alegaciones al PGOU en este aspecto concreto.
COMO se recoge en la alegación presentada por la asociación Almijara, “la zona verde municipal de La Pelusa es como su propia denominación indica un espacio público (…). De ser construido este campo de golf, llámese escuela o con cualquiera otra denominación, el único espacio llano de la zona dejaría de ser útil para el vecindario y sería secuestrado de sus usos públicos en pro de otros más restringidos y privativos. Si a esto añadimos la necesidad de aparcamientos, cierres y vallados, se completaría la invalidación de este espacio como de uso público, libre y abierto”.
TRAS hacer un breve recorrido por los datos de las reforestaciones de estos años pasados, la alegación asegura que toda “esta incipiente diversidad y futura riqueza natural estaría seriamente amenazada por las diferentes construcciones e instalaciones necesarias para la creación de esta infraestructura. Asimismo, la mayor amenaza para la vida en general provendría del cóctel de productos usados para el mantenimiento de los campos de golf que, como es natural si se quiere una pradera expedita y en buen estado fitosanitario, son imprescindibles para ello: bactericidas, fungicidas, nematicidas, acaricidas, otros insecticidas generalistas o específicos y herbicidas”.
POR último, el escrito valora “que poco, o mejor dicho, nada se han tenido en cuenta todos estos factores socioambientales de la zona y su necesidad desde el ámbito de la salud y la psicología ambiental, pudiéndose generar con tal construcción/destrucción daños irreparables a nivel de derechos y necesidades públicas de la ciudadanía, así como medio y ambientales. Aún menos se ha tenido en cuenta el valor del trabajo altruista y voluntario de miles de personas, hasta el punto de resultar un verdadero menosprecio hacia ellas el hecho de querer privarlas ahora de su uso y disfrute”.