El Partido Popular está aguantando con respiración asistida a Ciudadanos, que parece caminar hacia la irrelevancia de forma imparable, antes de tener que abrazarse más fuerte aún a la extrema derecha de VOX

OPINIÓN. La columna de Cristo
. Por Cristóbal Fernández
Graduado en Derecho y coordinador en la FAMP


06/09/21. Opinión. El coordinador en la FAMP Cristóbal Fernández escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre los objetivos de los partidos políticos tanto en España como en Andalucía: “La estrategia en el PP respecto al gobierno progresista es clara: ni agua. Oposición descarnada en todos los frentes, bloqueo de las instituciones constitucionales (el mejor ejemplo el CGPJ) y...

...no alcanzar ningún tipo de pacto con el PSOE. Los intereses partidistas muy por encima de los asuntos de Estado”.

La política vuelve al cole

Se inicia un nuevo curso político que promete, tanto a nivel nacional como autonómico. Los partidos políticos han engrasado la maquinaria y disponen sus estrategias para alcanzar los objetivos propuestos. Los de unos, mantenerse en el gobierno; los de otros, recuperarlo. Algunos bastante tendrán con sobrevivir y no desaparecer en el intento.


En la política española, los dos grandes partidos se afanan en tener la iniciativa política. El presidente Sánchez se haya inmerso en una operación de renovación de estructuras institucionales y orgánicas que le permita recuperar el vuelo. A la profunda remodelación del ejecutivo, se suma el cambio en la dirección de los grupos parlamentarios y la configuración de un nuevo equipo, más reducido y operativo, en la dirección del partido que salga del 40º Congreso Federal.

A su favor cuenta con el éxito de la vacunación, los buenos datos de la economía y el empleo (todo hace indicar que se acentuarán en 2022), la inminente subida del SMI y la llegada de los fondos europeos, que serán la palanca en la que Pedro Sánchez se apoye para afianzar la recuperación económica y social. En el aspecto negativo aparece la imparable subida de la factura de la luz, aprovechada por la oposición y hasta por los socios del PSOE, porque ya sabemos que todo aquello plausible que aprueba el Gobierno se debe a la presión de Unidas Podemos y las cuestiones más negativas sólo son responsabilidad de la parte socialista de aquel.

Por su parte, el Partido Popular pretende instaurar en el imaginario colectivo que el presidente está quemado, que sus días en Moncloa están contados y que hay que votar cuanto antes. La estrategia en el PP respecto al gobierno progresista es clara: ni agua. Oposición descarnada en todos los frentes, bloqueo de las instituciones constitucionales (el mejor ejemplo el CGPJ) y no alcanzar ningún tipo de pacto con el PSOE. Los intereses partidistas muy por encima de los asuntos de Estado. El último y bochornoso ejemplo ha sido la crisis de Afganistán. Y el sorpasso de VOX ya no asusta en Génova (que sepamos aún no la han vendido y siguen allí).

En Andalucía comenzamos, sin duda, el último curso político de la legislatura autonómica. En ningún caso las elecciones se celebrarán más allá de la primavera del año próximo. Un buen indicio son los mensajes del Gobierno andaluz anticipando una más que probable prórroga presupuestaria, dando por finiquitado el mandato.

Es solo cuestión de tiempo. El Partido Popular está aguantando con respiración asistida a Ciudadanos, que parece caminar hacia la irrelevancia de forma imparable, antes de tener que abrazarse más fuerte aún a la extrema derecha de VOX. Este último partido, sujeto a las órdenes de su líder Abascal, tan solo aportará inestabilidad y sobre actuación hasta que se convoquen los comicios, en los que esperan conseguir un resultado que les permita de forma definitiva mandar (si es que no lo hacen ya) en nuestra tierra.

Por su parte, el PSOE de Andalucía, se apresura a renovar su programa, sus equipos y estrategia, para consolidar el liderazgo de Juan Espadas. El periodo de congresos, incluidos los provinciales, deberán estar concluidos en diciembre, para que el partido pueda afrontar de forma organizada las elecciones autonómicas y encarar el objetivo de recuperar el Gobierno andaluz.

Ahí va mi apuesta: elecciones en Andalucía entre marzo y mayo de 2022.

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