“Sería fantástico que su uso se extendiera pues su cultivo es muy fácil y barato siendo capaz de combatir el hambre en las zonas más desfavorecidas del mundo”
Cocina vegetal
Por Dela Uvedoble
23/03/21. Opinión. La conocida escritora malagueña Dela Uvedoble comparte con los lectores de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com recetas de ‘su’ cotidiana cocina vegetal: “Aquí encontrarán recetas sencillas y familiares, la mayoría malagueñas. Son las comidas que preparo para los míos, sanas, económicas y... totalmente vegetales”. Esta semana nos trae una...
...receta de Salicornias. Pasen y pónganse el delantal.
Receta 22. Salicornia al ajillo, manjar de sirenas
Hoy no traigo solo una receta sino un ingrediente polivalente y casi milagroso, hasta hace poco desconocido para mí, que me parece curioso y necesario incluir de vez en cuando en la dieta. Es una planta carnosa, de las llamadas “suculentas” por su grosor y en este caso doble acepción. Se la conoce como “espárrago de mar, hierba de cristal o hierba salada”, aunque el nombre con el que se comercializa es Salicornia.
Ingredientes (para guarnición de tres personas)
—Un paquete de Salicornia.
—Aceite de oliva, en cantidad para saltear, sin exceso.
—Ajos picados en rodajas (5/6)
*Tofu adobado, arroz blanco, pasta... lo que queráis que guarnézca.
Preparación:
1) Lavar bien la Salicornia y secarla. Dejad escurrir.
2) Poned en una sartén el aceite y dorar los ajos, antes de que tomen demasiado color, echad la verdura para saltearla. Tened cuidado pues dada la gran cantidad de agua que contiene, salpica.
3) Cuando al probad la Salicornia quede al dente (o como os guste más la textura) estará lista. Solo tarda unos tres minutos en hacerse.
**No añadáis sal, esto es importante. No en vano uno de sus nombres es “hierba salada”.
Queda estupendo este salteado sobre un arroz en paella, no mezclado con el sofrito sino por encima. Yo he querido probarla de la manera más sencilla para apreciar mejor su sabor, que es saladito. Pienso que por textura y aspecto quedaría estupenda ocupando el lugar de los espárragos en una sopa tipo ídem.
Una planta muy aprovechable
Aunque pequeña, no suele superar los 30 cm de altura, es un regalo imperdible que nos hace la naturaleza. Tiene forma de cuernecillos y crece en aguas salobres, incluso tolera ser regada con la de mar y cubierta por este, por lo que algunos piensan que es un alga. Pertenece a la misma especie que la acelga y las espinacas y como ellas, es comestible.
Sería fantástico que su uso se extendiera pues su cultivo es muy fácil y barato siendo capaz de combatir el hambre en las zonas más desfavorecidas del mundo.
El que no se use tanto como alimento humano se debe, aparte de su ligero amargor, que desaparece al cocinarla, a que, por su alto contenido en sal, se empleaba para obtener ceniza de sosa, componente básico de jabones y vidrio. Así se hizo hasta finales del siglo XIX, cuando el procedimiento quedó obsoleto.
Hoy día se obtiene de ella biodiésel. Su aceite es similar a la turbosina que alimenta a máquinas industriales y aviones, siendo un 80% más limpia y ecológica pues reduce las emisiones de carbono industrial y aeronáutico.
Reitero que su cultivo es posible en arenales o espacios rodeados de agua de mar, así que no produce un impacto negativo en la agricultura, ocupando el lugar de otras plantaciones.
De las semillas secas sale una harina con la que se fabrica pienso para animales.
La Salicornia cuenta con un mecanismo regulador muy eficiente. Sus células son capaces de eliminar el exceso de cloruro de sodio que no necesitan, sin perder agua, así que no resultan saladas de solemnidad sino al punto sabroso.
Esta halófila es fuente importante de fibra, está libre de calorías, tiene un altísimo porcentaje proteico (43%) y aceites grasos esenciales en sus semillas. Además, nos proporciona minerales indispensables para el organismo: zinc, cobre, calcio, magnesio, sodio y potasio; estos dos últimos ayudan a mantener el cuerpo hidratado.
Descubrimiento gastronómico
Los más reputados cocineros españoles han empezado a utilizarla. Su peculiar sabor hace que se pueda prescindir de salar platos como postres y quesos cremosos. En Inglaterra se le considera del género “hinojo marino”. Su sabor, entre alga y espárrago, la hace exótica. Salteada o al vapor es como mejor se aprecia; cruda ofrece una textura interesante.
Como decoración es perfecta por su atractivo color verde, lo dicen los chefs franceses, aunque merece, por todas sus propiedades, un papel protagonista.
Sostenibilidad, el único futuro
En el supuesto de que el agua dulce escaseara (ciencia ficción cada vez menos ficticia), la Salicornia podría ser nuestra salvación: se riega con agua de mar siendo un alimento completo, de calidad.
Por si fuera poco, crece durante todas las estaciones del año y sobre arena, teniendo su coste de producción y venta, un precio muy bajo.
De momento se está introduciendo con éxito en países que sufren escasez y hambrunas, como la India y Pakistán.
Es cuestión de cambiar el pensamiento de que hay que comer carnes y peces para no morir desnutridos. Y de educar el paladar hacia víveres sanos, sostenibles y libres de crueldad hacia los animales.
Mitos, leyendas, cuentos, ¿por qué no?
Hubo un tiempo en que mortales y dioses, monstruos, hadas, ogros y cíclopes poblaban el mundo. O la imaginación de sus primeros moradores que viene a ser lo mismo.
Entre las criaturas marinas estaban las sirenas, mujeres que en vez de piernas tenían cola de pez. Uno de sus platillos favoritos eran las Salicornias y las algas, que masticaban graciosamente tendidas sobre el coral, tomándolas a bocaditos (nada que ver con la actriz Daryl Hannah en la película “Splash” que canibaliza langostas como una *merdellona en el restaurante, ante el espanto de Tom Hanks).
Las sirenas que imagino son veganas, el futuro que sueño lo deberá ser si queremos que llegue alguna vez a convertirse en presente.
Os quedo a deber un cuento con sabor a sal.
Mientras, para abrir boca, haceros con una brazadita de Salicornias para almorzar.
Pensad en verde esperanza.
*Tropecé esta semana con la palabra “merdellona” releyendo la novela “La señora Bovary” -Costumbres de provincias- de editorial Alba (2012) en una exquisita traducción de Mª Teresa Gallego Urrutia. El término se refiere, como muchos sabréis, a una persona zafia, grosera y orgullosa de parecerlo.
Puede ver aquí anteriores recetas de Dela Uvedoble.