“La palabra lasaña viene del griego lasanon, a través del latín lasãnum, que se refiere al recipiente en el que se cocinaba.”

Cocina vegetal

Por Dela Uvedoble


10/05/22. Opinión. La conocida escritora malagueña Dela Uvedoble comparte con los lectores de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com recetas de ‘su’ cotidiana cocina vegetal: “Aquí encontrarán recetas sencillas y familiares, la mayoría malagueñas. Son las comidas que preparo para los míos, sanas, económicas y... totalmente vegetales”. Esta semana nos trae una receta...

...de lasaña. Pasen y pónganse el delantal.

Receta 66. Lasaña (sin saña)

Habrá poca gente a la que no le guste la pasta, aunque sea una sola variedad de ella. Esta forma de cocinarla es, junto a los canelones, la que sin duda más engorda pues las lascas de pasta se alternan con un jugoso relleno, napadas con bechamel y gratinadas después de ser cubiertas con queso rallado. Festival del colesterol, pero ¡que rica está!


La que yo preparo se llama “sin saña” haciendo un fácil juego de palabras para acentuar que no lleva componentes que hayan costado la vida o la explotación a ningún animal.


Ingredientes

—1 paquete de láminas de pasta para lasaña


—Queso rallado vegano o la mezcla vegetal que lo sustituye (ver punto nº7)

Para el relleno:

—1 cebolla
—1 berenjena
—1 zanahoria
—1 lata de tomate triturado
—sal
—1 cucharadita de azúcar (para contrarrestar la acidez del tomate)
—Aceite
—2 puñados de proteínas de guisante texturizado fino (por fortuna se puede encontrar ya en muchos supermercados aparte de tiendas veganas y herboristerías)


Para la bechamel:

—1/4 de un vaso de aceite de girasol
—1 cucharada colmada de harina
—Sal
—Pimienta blanca y nuez moscada
—Leche de soja


Preparación

1)
Yo suelo aprovechar los restos de un pisto como relleno de la lasaña, pero si partís de cero como en este caso la farsa la he hecho pochando la cebolla, zanahoria y berenjena. Una vez moreadas añado el tomate triturado (o si queréis frescos) y dejo hacer. Cuando está listo le agregó los copos de proteína de guisantes, dejando que se esponjen bien.


2) La bechamel se prepara exactamente igual que la convencional, solo que la leche es vegetal. Yo utilizo la de soja sin azúcar y que no esté enriquecida con calcio: En un cazo pongo el aceite de girasol y cuando está caliente añado la harina y remuevo para tostarla, cuidado con la temperatura que se os puede pegar. Id añadiendo leche poco a poco sin dejar de remover hasta tener la cantidad de salsa necesaria. Salpimentar y poned ralladura de nuez moscada al gusto.

3) Coced las láminas de pasta según instrucciones. No pongáis todas a la vez porque se harán un amasijo. Sacadlas cuando estén a punto, escurridlas e id poniéndolas en una bandeja de horno en la que habréis vertido un fondo de bechamel.

4) Precalentad el horno en modo gratinado.

5) Alternar una capa de pasta con otra de relleno hasta terminar con una de pasta.

6) Verter sobre esta última capa la bechamel muy caliente.

7) Espolvoread con queso rallado vegano (existe y está muy bueno de textura y sabor) o, como me gusta más a mí, con una mezcla de anacardo crudo molido junto a dos cucharadas de levadura nutricional y un poco de sal. Esto es más saludable que el queso y con bastante menos grasa.

8) Gratinad con cuidado de que no se os queme y servid caliente.

La proteína de guisante sustituye deliciosamente a la carne picada


Capas y capas alternas de relleno y láminas de pasta


Una buena ración de esta lasaña con un poco de ensalada y fruta de postre conforman un almuerzo equilibrado.

*farsa= relleno
*morear = pochar, dejad cocer un alimento en aceite.


Origen del plato

Debemos retroceder hasta el siglo I a.C. donde el primer gastrónomo reconocido por la historia, el romano Marco Gavio Apicio, ya recogió la receta de lasaña en su libro De re coquianaria definiendo un plato formado por “láminas de pasta rellenas de carne y cocinadas al horno”, aunque parece que ya hubo en Grecia un manjar muy parecido.


Se conoce también que el filósofo y gran orador Marco Tulio Cicerón tenía pasión por ella y la tomaba a menudo, sobre todo al llegar a su vejez, pues le resultaba fácil masticarla.

El diario británico The Daily Telegraph se atrevió a reclamar la paternidad de la lasaña porque habían descubierto un libro de recetas del año 1390 con una dedicatoria al rey Ricardo II donde figuraba su preparación, pero la embajada de Italia salió al quite adjuntando unos textos de 1316 donde una cocinera italiana, María Borgogno, la mencionaba. No sería hasta 1634 cuando Giovanni Battista Crisci incorporara la mozzarella para que se fundiera al calor del horno.

El gran orador Cicerón


La primera versión que incluye la salsa de tomate en la farsa es de 1881, como queda reflejado en el libro “Principe dei cuochi o la vera cucina napolitana” de Francesco Palma.

La palabra lasaña viene del griego lasanon, a través del latín lasãnum, que se refiere al recipiente en el que se cocinaba.

Curiosidades

-
Cada 29 de julio se celebra el Día Mundial de la Lasaña.

-En Reino Unido es donde más se consume.
-En 2013 el chef Davide Svabin preparó una lasaña para la Estación Espacial Internacional y la bautizó como Lasaña Espacial. Cada porción se conserva sin problemas durante tres años y soporta el proceso de deshidratación e hidratación sin perder sabor.

El gato que lleva cuarenta años comiendo lasaña

Garfield es un gato gordo y anaranjado con rayas negras. Tiene siete años (unos cincuenta en edad humana) y pertenece a la raza british shorthair red (rabo corto inglés rojo). Le encanta dormir, odia los lunes y la báscula y sus aficiones principales son burlarse de su dueño y del perro Odie, pero sobre todas las cosas adora comer lasaña.


Garfield nació del lápiz de Jim Davis (Indiana, EEUU 1945) como tira cómica en 1978 y debe ser el gato más famoso del mundo junto a Silvestre y Tom. Curiosamente cuatro periódicos rechazaron los primeros bocetos, concentrados en el alter ego de Jim, Jon, el amo de Garfield. Este, siguiendo el consejo de los editores, dotó al mínimo de una personalidad sarcástica y egocéntrica. Gustó tanto que aún sigue el éxito.

Garfield es un gruñón que está siempre piándola o durmiendo. Jon es un hombre solitario y tímido (el gato le espanta las novias) y su perro Odie un ser inocentón que sonríe constantemente y al que todo le parece bien. Los diálogos del gato están dibujados en nube, es decir, que son pensamientos y Jon no los oye, ¡mejor para él!


El dibujante escogió el nombre de Garfield por pertenece a su abuelo James A. Garfield Davis, quien era, en palabras de su nieto, “un hombre enorme y escandaloso”.

A Jim, que se crio en una granja, le vino la inspiración de los veinticinco mininos que vivían en ella.

A mis gatos les encanta la lasaña, bueno, realmente les gusta lamer todo plato que no sea el de ellos, pero lo hacen por amor; como me dijo un día mi gata Besita: solo si es bueno para un gato, es bueno para su humano, ¿no son un cielo?

Puede ver aquí anteriores recetas de Dela Uvedoble.