“Nunca he entendido las excusas y muchísimo menos en una guerra, cuando se pierden vidas humanas por desacuerdos políticos”

OPINIÓN. La arquitectura del turista
Por Luis Callejón
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Arquitecto

10/03/22. Opinión. El arquitecto y experto en turismo Luis Callejón escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com un artículo sobre la guerra y lo que puede afectar al turismo: “En el mejor de los casos nos deja en un posible verano como el del año pasado, siendo nuestro principal cliente el nacional con algún posible despunte del inglés, si la guerra no dura y no afecta a la economía...

...mundial a consecuencia de bloqueos en una dirección y en otra”.

La excusa

Desde que se publicó mi ultimo escrito, solo nos azotan noticias que hacen que recordemos la frase de un chiste que decía: “Virgencita, que me quede como estoy”.


Hoy en Europa hay una guerra que nos afecta a todos, primero quiero decir que estoy totalmente en contra de la guerra en Ucrania. Nos implicará directa o indirectamente, con subida de precios de la energía y productos que importábamos de estos países, también veremos el descenso de turistas americanos, ya que para ellos Europa es pequeña y guerrera, por lo que hasta que la guerra no termine seguirán viajando a los destinos que han usado durante el COVID (cercanos).

Lo que me cuesta entender es que la guerra sea una justificación para la situación económica que vamos a sufrir según nos dice el presidente del Gobierno, ya que Rusia lleva avisando de sus planes desde hace tiempo según los que leemos las noticias, esto quiere decir que mucho antes lo saben nuestros gobernantes, y si es así, para mi lo fácil es buscar una solución al problema que se me puede plantear en el momento que ocurriese y no usarlo de excusa.

Hace mas de un año hablaba con un amigo dedicado al agroalimentario desde toda su vida, y me comentaba las subidas de un 30% en la alimentación, en aquel momento no se nos pasaba por la cabeza subidas del kilovatio hasta los precios de hoy (mas de 500 euros), esta situación ya la vemos todos en la factura del supermercado.


La ley de la oferta y la demanda hace que cuando los productos carecen, se eleva el precio y baja la demanda, es decir no hay para todos, aunque se use de excusa la subida de la materia prima, de los salarios, de la energía, etc.

Y en esta historia aun no han empezado a excusarse los bancos, es decir que llevan unos cuantos años con unos intereses demasiados bajos como para poder generar los beneficios necesarios para seducir a los inversores, y aprovechando que el “Pisuerga pasa por Valladolid” se subirán al carro de la subida del tipo de interés, esperemos que nos permitan aguantar hasta el año que viene.

Mi espíritu emprendedor lleva solapado el optimismo sin dejar atrás la realidad, esto hace que pueda analizar determinados escenarios por muy dolorosos que puedan parecer, pero paso esencial para conseguir resultados. Con dicho optimismo a cuestas, soy de la idea que este año sería bueno para el sector turístico, ya que había ahorro y ganas de salir con mas libertad para volver a la vida pre-covid, unido a que el dinero es relativamente barato, a que la turoperación empieza a desplegar sus alas, esto hace el coctel perfecto para que la temporada sea buena. En esos pensamientos optimistas, se me olvido meter la guerra, la subida de la energía en todas sus formas y la infracción que podemos alcanzar, por lo que es muy probable que lo use como excusa si no tenemos un buen verano.

Soy de la idea que los algoritmos no entienden de datos buenos ni de datos malos, se limitan a dar un resultado en base a las incógnitas y los datos que aportamos. El algoritmo que usásemos para intuir los flujos de turistas y nacionalidades, habría que incorporar una guerra sin el dato de cuando y como terminará, esto en el mejor de los casos nos deja en un posible verano como el del año pasado, siendo nuestro principal cliente el nacional con algún posible despunte del inglés, si la guerra no dura y no afecta a la economía mundial a consecuencia de bloqueos en una dirección y en otra.

Nunca he entendido las excusas y muchísimo menos en una guerra, cuando se pierden vidas humanas por desacuerdos políticos.

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