“Mis heridas son las sufridas en el encuentro con el mundo oscuro de la burocracia y la falta de sostenibilidad, tan predicada por nuestros políticos”

OPINIÓN. La arquitectura del turista
. Por Luis Callejón
Arquitecto


19/05/22. Opinión. El arquitecto y experto en turismo Luis Callejón escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com un artículo sobre la digitalización: “Soy defensor de un cambio en el sistema estructural que nos ha mantenido organizados durante más de un siglo, analógicamente y sin tener en cuenta la palabra sostenible y lo que ella implica, para que la organización de nuestra...

...vida administrativa pudiera ser ágil, rápida y resolutiva”.

El analógico se digitalizó

Hoy me gustaría reflexionar, es decir, hablar de mis heridas y proponer soluciones. Mis heridas son las sufridas en el encuentro con el mundo oscuro de la burocracia y la falta de sostenibilidad, tan predicada por nuestros políticos, donde una vez mas el refranero español lo clava con: “en casa del herrero cuchillo de palo”.


Redactaré mis experiencias en un hospital público de la provincia de Málaga. Era el mes de diciembre cuando mi pareja sufrió un accidente donde se fracturó la tibia y el peroné, directamente se le trasladó al hospital donde le diagnosticaron lo dicho anteriormente. Estuvimos 4 días para esperar la operación, situación que entiendo, y más sabiendo que estaba todo inmovilizado y ella tenia calmantes. Para mí fue duro por no tener conocimientos sobre medicina, hizo que aparecieran todos los miedos posibles, que intenté calmar con preguntas a médicos, sanitarios, ATS, limpiadoras, guardas de seguridad, etc.

Parcialmente pude controlar los miedos, y me fui dejando llevar hacia preguntas de futuro. Ya le habían operado, pasaron dos días y nos dijeron que al día siguiente posiblemente nos daban el alta, situación que celebramos ambos, no es lo mismo el hogar que el hospital, aunque los dos empiecen por H.

En el momento de exaltación de la alegría por saber que nos íbamos y que la operación parecía que había ido bien, se me ocurrió preguntar que cómo se podía mover a corto, medio y largo plazo, la respuesta del médico fue a la gallega, con otra pregunta, ¿no te han recetado unas muletas? Mi respuesta fue ‘No’, pues ahora te lo traigo, me respondió. Apareció con dos recetas, si dos papeles, uno para la muleta del brazo derecho y otra receta para la muleta del brazo izquierdo, sostenibilidad a tope, fue lo primero que se me vino a la cabeza, seguramente influenciado por los medios de comunicación transmitiendo discursos de la gran mayoría de políticos.

Ya tenía mis dos recetas, una para cada muleta, al menos contaba con una solución más o menos sostenible. Mi desconocimiento sobre el proceder en situaciones como esta me hace preguntar, y le pregunté, ¿qué hago con esto? Mientras sujetaba una receta en cada mano y las agitaba, me recordaba a José Tomas en una gran tarde paseando con las dos orejas. El doctor me dio amablemente las indicaciones para tramitar la adquisición de las dos muletas, la gincana consistía en bajar a la planta baja, buscar en el ala norte una oficina, preguntar si disponían de muletas, en caso positivo era solo recogerlas y si no, me las sellaban para que pudiera ir a cualquier ortopedia y recoger dos muletas.


Tras recorrerme varios pasillos en busca del despacho perdido, topé con él, y me encontré a tres seres humanos (me da miedo exponer el supuesto sexo) delante de tres ordenadores, les presenté mis dos papeletas y me respondieron que no tenían muletas, y que me las sellaban. El proceso duró 30 minutos, y consistió en poner un sello en un papel. Yo me considero una persona análogo-digital, vengo del mundo del lápiz y el papel y me he adaptado al mundo del teclado y el ratón, me manejo en ambos mundos, pero si me comparo con jóvenes como mi hijo que es totalmente digital, necesitaría aprendizaje y mucha práctica para alcanzar los niveles de efectividad digital que él dispone.

Este reconocimiento de mi carencia en el mundo digital no limita mis capacidades, al igual que los tres seres humanos que había sentados, pero si vi que, si ese procedimiento hubiera tardado 5 minutos, todos hubiéramos ganado, ya que hubiéramos ahorrado. Y mi reflexión pasa por preguntarme si sería mejor una formación continuada para hacer de nuestra administración la más sostenible y dar ejemplo a las empresas que son obligadas a cumplir requisitos de sostenibilidad, o por el contrario buscar soluciones de jubilaciones anticipadas, con el fin de que los nuevos funcionarios sean totalmente digitales, tal y como demanda la sociedad, para que ayuden a los que estamos luchando día a día para sacar la cabeza para respirar.

Soy defensor de un cambio en el sistema estructural que nos ha mantenido organizados durante más de un siglo, analógicamente y sin tener en cuenta la palabra sostenible y lo que ella implica, para que la organización de nuestra vida administrativa pudiera ser ágil, rápida y resolutiva. Los cambios deben ser revolucionarios, sacando lo positivo del pasado, detectar los defectos, y sobre todo nuevas reglas de juego que se puedan adaptar con facilidad a la variedad de demandas de la sociedad, y dar respuestas rápidas y sostenibles.

Digitalizar con herramientas del pasado, a mi humilde entender es bastante más caro y lento que con elementos digitales actuales, que con un simple clic se resuelven muchas cosas.

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