“Hemos visto como la maldición de la Consejería de Turismo se ha cumplido, no solo ha desaparecido el consejero, sino que también el partido político que él representaba”
“Comparto que el consejero sea malagueño, ya que por probabilidad es más fácil tener algo de conocimiento en una provincia que representa el 42% de toda la oferta turística de Andalucía”
OPINIÓN. La arquitectura del turista.
Por Luis Callejón. Arquitecto
30/06/22. Opinión. El arquitecto y experto en turismo Luis Callejón escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre la maldición que persigue al consejero de Turismo de la Junta de Andalucía y a su consejería, que ya adelantó en un artículo anterior en el que acertó al cien por cien su pronóstico (leer AQUÍ Elecciones y la maldición del turismo) de que todo político que es consejero del ramo,...
...cae en desgracia después. Como bien apunta en esta entrega, en este caso no solo ha desaparecido el consejero, Juan Marín, sino también su partido Ciudadanos.
Remedio a la maldición
Ya ha pasado la resaca de las elecciones autonómica, unos han celebrado otros han justificado y otros se han ido. Desgraciadamente hemos visto como la maldición de la Consejería de Turismo se ha cumplido, no solo ha desaparecido el consejero, sino que también el partido político que el representaba.
Si miramos la historia de esta consejería, nunca se ha realizado una estrategia en una legislatura, acorde con las necesidades del sector y del cliente y mucho menos mirando hacia el futuro. Se han realizado promociones en países donde se pensaba que eran clientes potenciales para el sector turístico de Andalucía, estos destinos suelen ser lugares donde los consejeros no habían estado nunca, lo positivo es que hemos ayudado a los consejeros para que hagan turismo y conozcan otras ofertas.
Estas actuaciones junto con los videos promocionales llenos de subtítulos en varios idiomas, son las únicas actuaciones que desempeña la consejería, bueno, algún decreto también se ha aprobado, otros han estado más de una década esperando ver la luz, como el de clasificación de gran lujo. El sector necesita algo más, no podemos quedarnos en las fotos del consejero por medio mundo poniendo el mismo video y esperando reacciones del mercado.
El turismo es muy sensible tal y como hemos visto estos últimos años, también es una necesidad, situación que estamos viendo este verano. Las reservas aumentan con respecto al 2019, desgraciadamente el incremento de reservas no coincide con la rentabilidad, los hoteles han incrementado su precio en una media del 21%, y teniendo en cuenta que tanto las energías como los productos básicos han subido de media más de un 30%, vemos que el incremento de precio hotelero no cubre los incrementos de costes de las materias primas, provocado por la inflación.
El valor seguro del turismo hay que cuidarlo y mimarlo, para ello habría que analizar los movimientos de los clientes en su economía particular, ya que la inflación hace que el dinero destinado a las vacaciones mengue, provocando una reducción en el periodo o en el gasto en destino.
Estos días vemos en las noticias el incremento del crédito o préstamo para ir de vacaciones, cuando en años anteriores el crédito solicitado para las vacaciones estaba en 2.500 euros, este ha año ha pasado a 3.900, tiene una fácil justificación ya que la necesidad de tener unas vacaciones como antaño, provoca que tras dos años de vacaciones a medias, con mascarillas, distancias de seguridad, eventos cancelados, necesitemos unas vacaciones como las de este año, donde las limitaciones se las pone cada uno. Pues esta situación ha hecho que tengamos muy buenos datos para esta temporada alta.
El sector pide desde hace décadas un consejero malagueño y con una única cartera, la de turismo. A mi entender esto es un riesgo para el futuro consejero ya que, si sigue en la línea de los anteriores, estará todo el día en el punto de mira del sector, mientras que, si le dan otras consejerías podrá camuflarse entre la maleza de las otras, y suele ser más llevadero, si comparto que sea malagueño, ya que por probabilidad es más fácil tener algo de conocimiento en una provincia que representa el 42% de toda la oferta turística de Andalucía. No veo que un político pueda aportar los conocimientos suficientes para que el sector navegue en todo tipo de mares, tormentas o calma chicha, pero si veo la posibilidad de un consejero con decisión y un equipo formado por lo público y lo privado, trabajando en la misma línea. Quiero recordar que es muy difícil encontrar un funcionario que sepa de ocupaciones hotelera, para que, según el tipo de cliente y la categoría del establecimiento, sepa desarrollar las estrategias necesarias en cada país para conseguir el máximo retorno, si saben de muchas otras cosas dentro del sector. Pero afortunadamente tenemos a profesionales de primer orden que pueden ayudar y estarían encantados para que el sector aporte los beneficios deseados y tanto ciudadanos, trabajadores y empresarios podamos hacer de nuestra tierra y destino un lugar sostenible.
Por todo esto soy de la opinión que es mucho más importante la estrategia que los títulos nobiliarios (consejerías) que pueda tener el consejero elegido. Es el momento de establecer actuaciones de éxito, sabiendo que la temporada baja puede ser larga, con cierre de más establecimientos que en el 2019, debido a la inflación, y pudiéndose alargar hasta el comienzo de la temporada 2023, pensemos que el año que viene ya habremos matado al gusanillo de las vacaciones de verdad, y empieza el calvario del pago de las facturas que se van incrementando a consecuencia de la inflación, esto es directamente proporcional a la reducción del gasto vacacional del año que viene.
Solo me queda desearle suerte al próximo consejero de Turismo y consejerías varias, para que tenga la visión del cambio de rumbo que ha de tomar la administración, para que seamos un destino de primera en todos los aspectos que demandan los clientes empezando por la sostenibilidad, y que no se convierta en fruto de la maldición del turismo, es decir, que sea puesto en dicho lugar para que desaparezca del ámbito político.
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