“No puede una única recepción y servicios comunes tener a un cliente alojado en construcciones de ladrillo y en construcciones de tela”
OPINIÓN. La arquitectura del turista. Por Luis Callejón
Arquitecto
13/10/22. Opinión. El arquitecto y experto en turismo Luis Callejón escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com un artículo sobre la legislación alojativa: “Hoy en día la legislación que regula el modelo alojativo está muy encorsetada, define los modelos y los ordena según categorías, sin permitir que bajo una misma actividad existan varios formatos de alojamiento para cubrir la...
...demanda del cliente”.
Tela en el hotel
Este fin de semana tuve la oportunidad de viajar en coche por motivos laborales a Almería, en el camino de ida no le preste mucha atención al entorno en el que me movía ya que debía llegar a Almería a una hora determinada e iba justo de tiempo (no superé la velocidad permitida), pero cuando me acercaba a mi destino (Almería), si pude apreciar la gran cantidad de terreno que se cubrían con plásticos blancos, fue entonces cuando a la vuelta, en mi viaje de regreso le preste más atención a los cambios de decorado del camino. Conforme salía de Almería todo era blanco grande superficie de invernaderos adosados unos a otros llegando al borde del mar, solo pequeños caminos que permitían comunicar o sacar las distintas hortalizas que se plantan en dichos huertos. Casi llegando a la provincia de Granada, el decorado comenzaba a cambiar, se introducía entre algún que otro invernadero zona de arboleda verde donde el cultivo era aguacate y mango. Esta situación se repetía y aumentaba el color verde con forme me acercaba a Málaga, las plantaciones al aire libre ganaban terreno, sin olvidar de forma testimonial el invernadero, que incluso en la zona de Vélez Málaga siguen existiendo superficies cubiertas de plásticos blancos, no dejando de ser del mismo propietario y tiene la posibilidad de realizar dos tipos diferentes de cultivo el cubierto y el descubierto.
Los modelos se adaptan al entorno y a la demanda para dar el mejor servicio según las condiciones en las que se encuentra. Esto me hizo reflexionar y ver cómo se pueden adaptar distintos modelos a la demanda de los consumidores. Y me di cuenta que esta situación no ocurre en todos los sectores, en uno de los que yo me muevo, alojativo, este modelo no es compatible, aunque si es funcional.
Analizando los modelos turísticos de Andalucía, concretamente el alojativo, tenemos varios modelos el hotel, el apartamento turístico, la vivienda con fines turísticos, dentro del hotel también tenemos albergues, pensiones y hostales, y fuera de ellos también están los campings. Cada uno de ellos, salvo las viviendas con fines turísticos, disponen de una categoría y clasificación según los modelos y dimensiones de sus espacios comunes y habitables.
Hoy en día la legislación que regula el modelo alojativo está muy encorsetada, define los modelos y los ordena según categorías, sin permitir que bajo una misma actividad existan varios formatos de alojamiento para cubrir la demanda del cliente. En la legislación andaluza, un hotel de cuatro estrellas nunca podrá ser compatible con un glamping o camping de las mismas características, es decir que no puede una única recepción y servicios comunes tener a un cliente alojado en construcciones de ladrillo y en construcciones de tela. Entiendo esta situación en la gran mayoría de los modelos hoteleros que existen en la Costa del Sol, ya que los modelos predominantes son el sol y playa y ciudad, y no suelen disponer de terrenos para implantar otro modelo y mucho menos de elementos que aumenten la edificabilidad. Tras la pandemia y el COVID hemos visto un cambio en la demanda del cliente, enfocado hacia espacios más abiertos, espacios naturales y turismo rural. Aunque el cliente sigue siendo el mismo, su demanda se ha modificado, pero no la calidad, buscando experiencias nuevas diferente que no se salga de lo que el cliente entiende por calidad.
Mi inocencia jugaba con la posibilidad de ver un establecimiento hotelero, que pudiera disponer de instalaciones alojativas con diferentes formas constructivas a las definidas en el modelo hotelero, siempre teniendo en cuenta las obligaciones que establece el decreto de clasificación Hotelera de la Junta de Andalucía, para mantener la misma calidad en todos sus alojamientos, siendo la única diferencia entro el modelo alojativo de un hotel y el de un camping o glamping, los elementos constructivos, es decir, el ladrillo para el hotel y la tejido para los camping.
La evolución de este producto, tiendas de campaña (vulgarmente conocidas), no tiene nada que ver con lo que estábamos acostumbrados a ver con elementos frágiles y sin ningún tipo de servicio interior, hoy en día se han desarrollado productos con estas características constructivas que incorporan todas las comodidades demandadas por los usuarios de Hoteles de cuatro estrellas o incluso cinco estrellas, siendo un producto ecológico y sostenible.
Un cliente puede elegir entre las habitaciones de un hotel si tienen vistas al mar, si tienen balcón, si están ubicadas en un patio interior, todo esto lo puede seleccionar un cliente cuando llega un hotel, pero hoy no puede seleccionar el tipo de construcción que tenga su alojamiento, ya que la incompatibilidad de la tela con el ladrillo hace que no se pueda compaginar en una misma recepción y con unos mismos servicios comunes el hotel y el camping.
Los empresarios han sido los que han ido forjando los modelos que ponían en el mercado, teniendo en cuenta su experiencia se desarrollaron modelos que marcaban la línea de la demanda de nuestros clientes. Hoy ya no es el empresario el que pide los cambios y el que plantea los nuevos modelos, son los clientes los que demandan nuevos productos nuevas experiencias para sus vacaciones, ser pionero en esta andadura nos hará ser los primeros en el modelo vacacional.
Permitir modelos mixtos por parte de la administración, no supondría ningún daño a la misma, sino que por el contrario aumentaríamos los modelos de nuestra comunidad autónoma. El único que podría sufrir una consecuencia negativa sería el empresario, que pudiese equivocarse en su buyer persona y no encontrar al que demanda dicho producto. Creo que eso sería un error asumible, ya que, si vemos el destino Costa del Sol que partía de un modelo de sol y playa en sus orígenes, y hoy es un destino con todos los modelos posibles, incluido el de nieve si consideramos a sierra nevada como parte de la oferta. Vemos como conviven en el mismo destino varios buyer persona, el de sol y playa, el de gastronomía, el de trabajo, el cultural, etc. y comparten los mismos espacios desde el cliente cinco estrellas gran lujo al joven mochilero.
¿Por qué no la variedad en el alojativo? Con la misma calidad.
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