“Cuando se cierre el año estaremos en situaciones diversas, unos tenían pulmón y lo han aguantado, otros, padecían algo de asma y ahora casi no pueden respirar y otros se reciclarán”

OPINIÓN. La arquitectura del turista. Por Luis Callejón
Arquitecto


27/10/22. Opinión. El arquitecto y experto en turismo Luis Callejón escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com un artículo sobre el invierno en los establecimientos hoteleros: “Este invierno puede ser que la inflación haga que se reduzcan algo las ocupaciones, ya que el miedo se ha transmitido, no hay un día que pongamos las noticias, leamos un periódico o escuchemos la radio, y...

...nos encontremos la recesión hasta en la sopa”.

Las cositas del invierno

Está llegando a su fin el mes de octubre y con él se van los últimos coletazos del calor, de ese verano que con tanta ansiedad hemos cogido y disfrutado. Antes de la pandemia, llegada estas fechas comenzaban los cierres de establecimientos hoteleros, otros se adaptaban y estructuraban para vivir el invierno con los clientes del IMSERSO, y en Andalucía había 44 establecimientos que se dedicaban a este cliente en exclusiva. Este año solo han quedado 24 establecimientos hoteleros para esta oferta, de esos 44 establecimientos la Costa del Sol tenía 15 y hoy solo quedan 10, teniendo en cuenta que la agencia le paga al hotel 22 euros + IVA por cada cliente que recibe, y por ese precio el hotelero está obligado a ofrecer al cliente lo siguiente: pensión completa, alojamiento y copa de bienvenida, por lo que es muy difícil por no decir imposible, el cubrir gastos hoy con esa cantidad. Entiendo que dichos productos se difuminen en un periodo relativamente corto, ya que si no incrementamos el precio que recibe el hotelero, es complejo asumir las subidas de los distintos elementos que forman un hotel, desde trabajadores, proveedores, energía, etc. por ello el resultado es cierre de casi la mitad de los establecimientos que se han dedicado a este producto años atrás.


Cuando hablaba de la llegada del fin de la temporada de verano o temporada alta, me refería al fin de la llegada masiva de clientes, y pasamos al formato turoperación de invierno, con flujos muy inferiores a los de la temporada alta que provocan un cierre de entorno al 25% de la planta hotelera. También es cierto que dependiendo del municipio y la oferta complementaria que se ofrezca, estos datos varían.

Ahora ponemos esos datos en nuestra coctelera, cierre de hoteles que trabajan el IMSERSO, un incremento en el cierre de establecimientos, unos por obras y otros por falta de clientes, que se sitúa entre un 25% - 30%, vemos que lo que hablamos de un año de récord se queda en 4 meses de grandes ocupaciones y bajas rentabilidades, con unos meses de enero, febrero y marzo de este año, fueron meses de malas ocupaciones por las limitaciones producidas por la tercera ola del COVID tras la navidad. Cuando se cierre el año estaremos en situaciones diversas, unos tenían pulmón y lo han aguantado, otros, padecían algo de asma y ahora casi no pueden respirar y otros se reciclarán.


Si, tenemos las condiciones necesarias que se requieren para una buena calidad de vida, o así se reconoce en algunos lugares y por algunas personas, que han posicionado a la Costa del Sol en un lugar de deseo para trabajar, para vivir, para emprender y para disfrutar, lo que dure ese deseo depende de las expectativas con las que llegó y las experiencias en su estancia, sea por el tiempo que sea.

Cuando miramos hacia atrás vemos que se han ido mejorando las ocupaciones del invierno con promociones y por supuesto con servicios, y casualmente los municipios con más servicios y eventos son los que disponen de una planta hotelera con menor número de cierres. Este invierno puede ser que la inflación haga que se reduzcan algo las ocupaciones, ya que el miedo se ha transmitido, no hay un día que pongamos las noticias, leamos un periódico o escuchemos la radio, y nos encontremos la recesión hasta en la sopa.

Aun con estos factores sombríos, hay eventos que se la juegan al realizarlos en temporada baja, ya que hacerlo en temporada alta cuando hay altas ocupaciones es mucho más fácil, es como la pesca del oso cuando el salmón vuelve río arriba para desovar, solo tienen que buscar una buena ubicación y esperar el salto del salmón hacia su hocico. Pero el invierno es otra cosa, algunos pueblos se apagan, otros entran en hibernación como los osos, por lo que apostar por un evento en febrero es bastante arriesgado para el empresario, salvo que el planteamiento sea otro y no el de la rentabilidad asegurada. Dicho esto, me gustaría en primer lugar alabar a esas personas emprendedoras que tienen el invierno como su escenario para aportar al destino con sus apuestas. Entre todos ellos me gustaría resaltar a una persona querida por mí y que lleva 29 años haciendo en Torremolinos un festival de música en el primer fin de semana de febrero, bueno así empezó, hoy empieza un miércoles y finaliza un domingo, por el festival pasan unas 40.000 personas, que aportan al municipio una inyección económica. Guillermo, que así se llama mi amigo y organizador, junto con su mujer, tienen una pequeña tienda de discos en calle Dos aceras desde hace mucho tiempo y donde empezaros a organizar este festival. Son amantes del género de música que ellos venden en su tienda de discos, y que les empujo a realizar el primer encuentro hace más de 30 años, aquello fue la semilla que origino esta maravilla de festival. Empezaron en los salones de un hotel, cuando se les quedo pequeño pasaron al palacio de congresos de Torremolinos, y se les volvió a quedar pequeño y gracias a un movimiento empresarial compuesto por todos los sectores productivos del pueblo de Torremolinos en apoyo al festival, permitió que se cediera las instalaciones del auditorio de Torremolinos, hoy ya cuelga el cartel de no hay entradas, y afortunadamente, algunas instituciones como Diputación y el Ayuntamiento de Torremolinos, han visto el retorno de este evento y le ayudan a mejorar. Si retorno, ya que se posiciona la imagen de Costa del Sol y de Torremolinos en las revistas especializadas del sector en países como USA, Reino unido, Alemania y España. Y termino con un pequeño detalle sobre este festival que podemos disfrutar en febrero, tiene el reconocimiento de AMERIPOLITAN MUSIC AWARDS como el mejor festival de música rock de los años cincuenta fuera de Estados Unidos en el año 2019. Son estas las iniciativas que salen desde el corazón y que resultan ser un aporte a la Costa del sol, y es trabajado cuando los salmones están en el mar y debes de ir a por ellos, ya que no vienen a ti.

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