“Hoy no es necesario que los camareros vayan de chaqueta y pajarita por la piscina para transmitir la calidad, pero si es necesaria la formación, como bien sabían los pioneros”
OPINIÓN. La arquitectura del turista. Por Luis Callejón
Arquitecto
03/05/23. Opinión. El arquitecto y experto en turismo Luis Callejón escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com un artículo sobre pasado, presente y futuro del turismo: “Construir con los cimientos de nuestra historia y con las experiencias de nuestros mayores apoyados con los grandes avances de la tecnología, nos ayudaría a cometer menos errores y avanzar ágiles, hacia...
...un equilibrio sostenible entre los ciudadanos y los visitantes que nos permita seguir aportando felicidad”.
El turismo en pasado sigue presente
La semana pasada participé en el programa de Málaga en Blanco y negro con José Enrique Sánchez y Paula Sánchez como presentadora. En esta ocasión José Enrique trajo un corte del largometraje de promoción turística que se rodó con el producto de Marbella como base, sin olvidar los municipios turísticos de su entorno, publicado en 1968 y con el guión de Luis Callejón Blanco (mi padre) y voz de Matías Prat. En los fragmentos que vimos, fueron varias las imágenes que llamaron mi atención, unas por la gran diferencia que existe en el cómo damos el servicio solicitado y otras porque siguen siendo las mismas demandadas de los clientes de hoy en día, aunque en formatos diferentes.
Hay que recordar que este largometraje se realizó en el año 1968, el turismo ya hacía unos años que se había instalado en las costas occidentales de la provincia de Málaga, y en el primer fragmento pudimos ver piscinas de los hoteles, Campos de Golf y el Parque Las Medranas. Me quedo con los campos de golf, se plantea en la película como el comienzo de un deporte en auge, aunque el primer campo de golf en la Costa del Sol es de 1959, y a comienzos de los 70 había ya una docena de campos de golf repartidos por la costa. Hoy hay 70 campos en la Costa del Sol y del Golf, fueron unos visionarios, y más existiendo la cantidad de deportes que se pueden practicar en esta tierra. Este ha sido uno de los pocos segmentos de la oferta turística, que se ha adaptado a la sostenibilidad en parte por obligación de las administraciones, empezando por los riegos de sus extensiones, las cuales son alimentadas con aguas recicladas para mantener sus instalaciones deportivas, y gracias a ellos no tiramos tanta agua reciclada al mar, más del 60%.
Nuestros mayores, los pioneros del turismo y creadores del producto Costa del Sol, vieron el potencial del deporte, el golf como bandera y como complemento al sol y playa, sin olvidarnos de los deportes náuticos, como el que se practica en el parque de Las Medranas, una presa que supo hace 60 años adaptarse a las demandas, realizando deportes acuáticos, y hoy siguen aportando valor e incorporando tecnología, cambiando el motor de los barcos por un cable sky, que sigue después de más de 50 años dando servicio.
En el segundo corte, me llamo la atención ver que en la época en que yo aun no existía, ya teníamos las costumbres de agruparnos y compartir experiencias, en este caso pude observar una excursión por la zona de nueva Andalucía en burro, formado por más de veinte personas cada una subido en un pollino. Hoy hemos cambiado el burro por los patinetes eléctricos, para marchar en grupo conociendo los rincones de las ciudades. Los burros solo se ven en Mijas en forma de estatua donde los visitantes pueden subirse para realizar un selfi (elemento básico de un turista del siglo XXI), y parece correr la misma suerte los patinetes, como en Paris que ya han sido prohibido, previo referéndum. Esta situación me asusta, ya que entiendo el malestar de este medio de transporte sin viales propios para su utilización, pero como cuando empezó el coche a sustituir al carruaje, hubo atropellos, las vías no estaban adaptadas, y los peatones menos, pero supimos adaptarnos, construimos vías para los coches, elementos que otorgaban seguridad a los peatones, como los semáforos y pasos de cebra, hasta llegar a hoy en día donde medianamente convivimos peatones y vehículos. El problema que se detecta es introducir nuevos artilugios para el desplazamiento y no tener infraestructuras para ellos o no saber integrarlos a la convivencia, aun siendo sostenibles.
En este fragmento de la película, también me llamó la atención el uniforme de los camareros, con chaqueta blanca, pajarita negra, pantalón negro y camisa blanca en la zona de piscina, mientras los clientes disfrutaban. El concepto calidad y lujo era demostrado con el producto que se ofrecía y como se ofrecía, la formación y la indumentaria de los trabajadores era acorde con los tiempos, hoy no es necesario que los camareros vayan de chaqueta y pajarita por la piscina para transmitir la calidad, pero si es necesaria la formación, como bien sabían los pioneros, de hecho, Marbella cuenta con la escuela de hostelería más antigua de la Costa de Sol, Bellamar a la que le siguieron otras. Hoy tenemos carencia en formación para el sector servicio de la hotelería y hostelería, no hemos sabido mirar hacia atrás para apreciar las tendencias de la demanda, las cuales han variado muy poco con las que proponían los pioneros hace más de 60 años, consistían en Sol y playa, acompañado de ocio, gastronomía y naturaleza. La gastronomía la aportaban los hoteles, ya que no existía una oferta de calidad en los entornos, duro hasta los años 90 donde la oferta gastronómica del entorno mejoro y amplio su oferta, el hotel se transformó en habitación y desayuno. Hoy el hotelero trabaja para recuperar al cliente gastronómico, dando una oferta de primer nivel, recordando sus comienzos y lo que el cliente quiere.
La historia se repite, somos animales de costumbre, nos cuesta mucho hacer cambios, y lo que vemos de pequeño lo repetimos, y si lo mejoramos es conservando los patrones iniciales.
De niño me enseñaron a escuchar y respetar a los mayores, en aquel entonces si entendía lo del respeto, pero me costaba más el escuchar, ya que cuando me relacionaba con ellos escuchaba repetidamente las mismas batallitas, que eran aquellas que a esa persona le marcó, pero cuando empecé a preguntar sobre temas que me interesaban, era como tener una enciclopedia abierta a mi antojo, un lujo al cual le hemos dado la espalda. Construir con los cimientos de nuestra historia y con las experiencias de nuestros mayores apoyados con los grandes avances de la tecnología, nos ayudaría a cometer menos errores y avanzar ágiles, hacia un equilibrio sostenible entre los ciudadanos y los visitantes que nos permita seguir aportando felicidad.
Puede leer aquí anteriores artículos de Luis Callejón