“Parte de la población canaria ya ha empezado a mostrar su malestar con la industria turística. Los motivos son varios, aunque los principales son la saturación, el consumo de recursos, en definitiva, que el ciudadano se ve desplazado por los turistas en su propia casa”

OPINIÓN. La arquitectura del turista. Por Luis Callejón
Arquitecto


15/05/24. Opinión. El arquitecto y experto en turismo Luis Callejón escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com un artículo sobre turismofobia y sostenibilidad: “Hay tiempo, pero pocas herramientas, necesitamos un giro radical y valiente que transforme este agujero negro de legislación en un espacio sostenible de convivencia y desarrollo”...

El ocio eclipsa a la sostenibilidad

Tras la resaca de las elecciones catalanas, y aunque nos queda tela que cortar, es decir, aguantar intentos de acuerdos, chantajes y sobre todo ignorar al votante, pero seguiremos viviendo, aunque un poco más cansados de repetir y repetir.


Sigamos con el cansancio, en este caso vamos a ver factores que influyen a la hora de generar turismofobia. Parte de la población canaria ya ha empezado a mostrar su malestar con la industria turística. Los motivos son varios, aunque los principales son la saturación, el consumo de recursos, en definitiva, que el ciudadano se ve desplazado por los turistas en su propia casa.


Siempre he sido un defensor de la sostenibilidad, sus tres patas abarcan un amplio espectro de oportunidades para buscar equilibrio en lo social, lo medioambiental y lo económico, aunque las buenas actuaciones chocan con la legislación actual y se demora su implantación. Ejemplos como la implantación de la LISTA, que visualizaba una bocanada de aire fresco, pues fue temporal, ya que apareció el Reglamento y volvimos a lo de siempre.

No me olvido de la rigidez de nuestra legislación, como los PGOU, que no son capaces de absorber y planificar los nuevos usos que surgen en la economía actual. Recordar que la modificación de un PGOU son 10 años en el mejor de los casos, en ese tiempo somos capaces de saturar lo que nos pongan por delante.

Creo en un destino sostenible, aunque hoy sea algo en lo que sueño y no una realidad, vemos las carencias de las infraestructuras básicas, no solo el tren, sino también infraestructuras de saneamiento y de abastecimiento. La suerte que tenemos es que aún no ha llegado el cliente sostenible, por lo que no se alarma por las carencias de nuestro destino, para un turista el ocio prevalece a la sostenibilidad, en las vacaciones preferimos desconectar y centrarnos en recargar baterías, obviamente es necesario que el decorado sea aparente y resolutivo, eso lo tenemos afortunadamente, pero a medio plazo no será suficiente. Espero que esta temporada, los turistas que nos visiten pierdan la conciencia entre sangría y sangría (bebida), y no aprecien la falta de agua en las duchas de la playa.

Los turistas que vienen a visitarnos, lo hacen porque tenemos uno de los segmentos turísticos elegidos para sus vacaciones, sin saber el modelo alojativo que va a elegir en primera instancia, unos se deciden por la calidad, otros por la ubicación, otros por el precio y otros por el modelo. Todos los turistas desconocen la legislación y los impactos que generan en las ciudades sus visitas, aunque ya los medios de comunicación están haciendo el trabajo de informar sobre el malestar del residente.

Esto ocurre porque los visitantes aun no son sostenibles, pero tampoco son responsables del aumento del malestar del oriundo. Hoy el PGOU ayuda mucho a incrementar la fobia por los turistas, voy a poner un ejemplo, tengo clientes que son propietarios de locales comerciales, que ven como no tienen posibilidad de alquilar para uso comercial sus inmuebles, y como cualquier mortal quiere rentabilidad de su inmueble, por lo que mira cuales son las carencias principales en su entorno y propone un cambio de uso hacia la demanda. En Málaga capital y toda la costa en general,  estamos cansados de escuchar que faltan viviendas, pues ese propietario cree ver la luz y se plantea la posibilidad de convertir en vivienda su local, y así aportar a la demanda de alquiler de larga temporada. La idea es buena, pero este propietario no ha tenido tiempo para leerse el PGOU, y le encarga a un profesional que le traduzca dicho documento, a lo primero que se enfrenta es a la densidad de viviendas, que puede hacer que su local se ubique en un edificio con demasiadas viviendas, esto hace que esa idea inicial se diluya, tras la desilusión surge el técnico que ha leído el documento y le plantea un plan B, el Apartamento Turístico, y el propietario pregunta ¿qué es eso?, y el técnico dice, alquiler para turistas (cortas estancias) y no para residentes (largas estancias). Al propietario la palabra alquiler le motiva, sin tener en cuenta que hay publico demandando alojamiento de larga temporada, ya que la legislación le hace que mire hacia otro lugar para generar rentabilidad.

Las consecuencias de este desequilibrio es que los que buscan viviendas de alquiler de larga temporada, ven que la oferta de estos locales se transforma en viviendas para turistas (AT), dejando desplazados a los que trabajan en los destinos, normal que se genere turismofovia, y sigamos sin ser sostenibles.

¿Hasta cuándo vamos a poder camuflar la falta de sostenibilidad con el ocio?, hay tiempo, pero pocas herramientas, necesitamos un giro radical y valiente que transforme este agujero negro de legislación en un espacio sostenible de convivencia y desarrollo.

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