“Los destinos turísticos han cambiado, y los visitantes o turistas más, el modelo del cliente de los años 70, difiere en un 100% del cliente de hoy en día”
OPINIÓN. La arquitectura del turista. Por Luis Callejón
Arquitecto
18/09/24. Opinión. El arquitecto y experto en turismo Luis Callejón escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com un artículo sobre la sostenibilidad en el turismo: “Me cuesta entender como la sociedad se adapta a la sostenibilidad, con reciclajes, consumo energético reducido, etc., y en cambio la promoción no ha sido capaz de conseguirlo. Son muy pocos los eventos culturales en...
...invierno, conciertos, actividades de ocio, y son los elementos necesarios para seducir en temporada baja, ya que el clima suele acompañar”.
La promoción con sostenibilidad
Tendría unos 7 años cuando viajaba en el coche con mis padres desde Fuengirola a Marbella, si he dicho viajaba, ya que era mínimo dos horas, ya que recuerdo un carril en cada sentido y curvas que contribuían a que todos los alimentos recién ingeridos, salieran por la ventana. Eso si después llegaba un olor a pino que facilitaba la recuperación.
En aquel entonces, mi padre visiono lo que es hoy la costa, hablo que corrían los años 70, y comentó en varias ocasiones que todo el litoral se edificaría. Para un niño de siete años y con una imaginación limitada, eso era difícil de digerir, ya que partía de un concepto muy limitado de ciudad, bloques separados por carreteras con muchos coches, esa era mi imagen en ese momento.
Otra de las cosas que también le escuche, es que la promoción debía de ser obligatoria, que un destino por muy conocido que sea, no se puede permitir el lujo de no hacer promoción. Un ejemplo de promoción que no tiene que ver con el turismo, podrían ser las marcas de refrescos, que todos conocemos y sin embargo año tras año vemos su publicidad en navidades con mas intensidad, pero sin olvidar la promoción del resto del año. En el campo de los refrescos el incremento de consumidores se lleva cómodamente, porque mientras haya agua, le podrán añadir lo que quieran y cubrir la demanda, el problema será cuando esa agua no sea tan fácil de conseguir.
Los destinos turísticos han cambiado, y los visitantes o turistas más, el modelo del cliente de los años 70, difiere en un 100% del cliente de hoy en día, partiendo que estamos en la era del selfi, donde todos deben generar envidias, realizando autorretratos en todas las partes de este planeta y aportando fotografías comiendo de todo, incluso coleópteros, es difícil poner freno a una línea de actuación sin poner a jugar todos los nuevos factores que influyen hoy y antes eran impensables. El teletrabajo es uno de esos factores que no existían el siglo pasado, sin buenas comunicaciones era imposible, y en aquella época contábamos con el telegrama como el medio de comunicación más rápido.
Aquel modelo que se planteó en base a las dificultades que existían en la movilidad, y sobre todo el costo del transporte, hacia que fuese necesario una promoción con megáfonos, deambulando por los países más próximos para ir guitando por las calles: “vendo camas”, y conseguir que cada vez mas turistas escucharan esa descripción del destino y vinieran a conocer lo que narraban aquellos hoteleros que partían como Cristóbal Colon, sin conocimiento de lo que se podía encontrar, pero intuyendo que algo había.
La promoción es la misma, con más variantes a la hora de promocionar un destino, se diversifica en segmentos, que se suman y combinan, dando una grandísima posibilidad de acertar con el deseo de cada vez más gente.
También decir que las carencias son las mismas que antaño, ya que se sigue teniendo una descompensación entre los objetivos de captar clientes en invierno con respecto al verano, de todos es sabido la gran saturación de los meses de verano y el cierre de hoteles a partir de noviembre.
Me cuesta entender como la sociedad se adapta a la sostenibilidad, con reciclajes, consumo energético reducido, etc., y en cambio la promoción no ha sido capaz de conseguirlo. Son muy pocos los eventos culturales en invierno, conciertos, actividades de ocio, y son los elementos necesarios para seducir en temporada baja, ya que el clima suele acompañar, aunque está claro que nuestra estrella es el cliente de sol y playa abanderado por los británicos, que es el mayor emisor de visitantes.
Es cierto que se está cambiando la promoción, hoy se tienen datos sobre la intención de los turistas por barrios que pretenden viajar a la costa del sol, pero nos centramos en el verano, no se premia a los promotores de actividades culturales del invierno, y sobre todo existe una gran descompensación en el volumen de clientes en verano y en invierno, sería estupendo tener un flujo continuo y equilibrado de visitantes, que los 14 millones que se esperan este año, estuvieran equitativamente repartidos a lo largo de todos los meses. Me gustaría ver una promoción que se encendiera cuando la necesitamos y se apagara cuando el volumen necesario se ha alcanzado, para evitar saturaciones, tal y como realizan los hoteleros la gestión de la electricidad en sus unidades alojativas, ya que si el cliente sale de la habitación todo se apaga, no es necesario tener luces encendidas.
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