“Si la tecnología nos está empujando a que todo sea inmediato o casi, ¿cómo la administración no lo es?, el ser humano si lo es, solo hay que ver la reacción de los habitantes de este país a la hora de ayudar a alguien que lo necesita de verdad”

OPINIÓN. La arquitectura del turista. Por Luis Callejón
Arquitecto


13/11/24. Opinión. El arquitecto y experto en turismo Luis Callejón escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com un artículo sobre leyes y políticos: “Los gobernantes desconocen la legislación que ellos mismos desarrollan y los medios con los que cuentan para actuar en determinadas situaciones de emergencia, y muchos menos son conscientes de las consecuencias que ocasionan en...

...la población sus decisiones o la falta de ellas. Igual que en pandemia, la Dana les ha pillado discutiendo y sin hacer el trabajo por el que fueron elegidos”.

Corazón, sin que lo pidan

Mi primer recuerdo es para las víctimas de la Dana en Valencia, Castilla-La Mancha y Andalucía, y sus familiares, también mi solidaridad con todos los que han perdido sus casas, negocios y trabajos.


En estos años he escrito sobre los sin sentidos que tiene la gestión de este país, con 14 comunidades autónomas, con sus 14 tipos de legislación en todos los campos, y sus protocolos legislativos generados a lo largo de décadas, sumándose y no sustituyendo legislación, también añadimos provincias, y municipios al cómputo general de posibles legisladores. Situaciones como las vividas en Valencia son las que muestran la realidad de tanto gobierno para tan poca actuación. Todo esto supuestamente sincronizado por un gobierno central, que a su vez también legisla y tiene competencias.

Los gobernantes desconocen la legislación que ellos mismos desarrollan y los medios con los que cuentan para actuar en determinadas situaciones de emergencia, y muchos menos son conscientes de las consecuencias que ocasionan en la población sus decisiones o la falta de ellas.


Igual que en pandemia, la Dana les ha pillado discutiendo y sin hacer el trabajo por el que fueron elegidos. Proyectos como el que existía para las mejoras del barranco del pollo, que se ha conseguido mantener en un cajón 15 años sin ejecutar, compitiendo en tiempo de espera con otros muchos proyectos de necesidad para los habitantes de este país. Al ser proyectos que se plantean y redactan, entiendo que es porque alguien en un momento dado ve de la necesidad de actuar para el bien común, pero esos proyectos se encuentran con la gestión administrativa que casualmente tiene unos procedimientos burocráticos venidos arriba, con muy pocos huecos franqueables, por lo que resolver se hace largo y costoso, si se consigue.

Me imagino a un pobre proyecto de una gran infraestructura local, una vez redactado y con su precio de ejecución, bien resaltado en negritas, a la vista del político, que acepto redactar el proyecto porque vio la necesidad, pero el precio no encaja con su deseo y mucho menos con el presupuesto municipal. ¿Qué puede hacer ese pobre político si el presupuesto del municipio no alcanza para la obra? Y teniendo que resolver el día a día de su pueblo, al alcalde solo le queda pedir ayuda al órgano administrativo superior, las mancomunidades de municipios, pero la inversión necesaria también supera sus posibilidades, el alcalde no desiste, aunque ya haya pasado un tiempo desde que solicito el proyecto. Sigue buscando el capital y recurre a la Diputación, que abarca a todos los municipios de las provincias de este país, pero no todas las diputaciones disponen de los mismos recursos, y por motivos del azar dicha Diputación es de recursos reducidos, y nuestro alcalde choca de nuevo con un muro, pero el hombre es consciente de la necesidad y encima es en su pueblo natal, por lo que sigue adelante. Vayamos a la comunidad autónoma para solicitar que nos ayude a ejecutar el proyecto, aquí a igual que antes interviene un factor reductor de expectativas directamente proporcional al color del partido del solicitante en relación con el de la comunidad autónoma, pongámonos en el peor de los casos que como dice el refrán: “piensa mal y acertaras”(no soy partidario de este refrán, lo pongo por el guión del ejemplo), no han coincidido en el color político, y eso implica que si no es de vital necesidad, se le da el pase para que se lo pidan al siguiente que no es otro que el gobierno central. Aquí dependerá si la administración central es capaz de consigue seducir a los europeos para que suelten subvenciones con el fin de realizar nuevas infraestructuras, entonces nuestro alcalde podría tener suerte, pero si no es así, esta fastidiado ya que para el gobierno central es necesario invertir en mantener infraestructuras, como las suyas, y no para desarrollar nuevas, aunque puedan salvar vidas.

Todo esto que yo he descrito en unas pocas líneas como ejemplo de un pobre alcalde de un municipio cualquiera, son años en la realidad y con la desgracia que, si el proyecto lo hizo un color político y entrase otro diferente a gobernar en el municipio, al ser de la competencia suele ser despreciado o con suerte se realiza otro con nuevas medidas para que sea mejor que el anterior incrementando el tiempo para resolver la necesidad, en definitiva, no me sorprende que un proyecto este mas de 15 años intentando ver la luz.

Si la tecnología nos está empujando a que todo sea inmediato o casi, ¿cómo la administración no lo es?, el ser humano si lo es, solo hay que ver la reacción de los habitantes de este país a la hora de ayudar a alguien que lo necesita de verdad, los han intentado frenar y no lo han conseguido, el corazón no tiene barreras. Los voluntarios han venido de todas las regiones, de distintos colores políticos, distintas clases sociales, distintas profesiones, etc. y con un único objetivo, ayudar, y lo mejor de todo es que nadie se lo ha pedido y están desde el día siguiente de la riada.

Es posible que algún día nos adaptemos para que podamos dar respuestas inmediatas en todos los campos de la administración para cualquier necesidad, sobre todo las de emergencias, o al menos eso es lo que me gustaría ver.

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