“Sin representar a la primera fuerza de la oposición, Remedios Ramos es quien está al lado de los vecinos, a pie de calle, día sí y día también, en esta ciudad”
“Es una persona afable y empática, aunque firme en sus principios. No necesita darse golpes en el pecho públicamente. Su compromiso lo lleva dentro y lo vive con intensidad”
OPINIÓN. La grieta. Por Alejandro Díaz
Periodista09/02/22. Opinión. El periodista Alejandro Díaz escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre la concejala de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Málaga, Remedios Ramos: “Para muchas, para muchos, la alcaldesa de Málaga esta legislatura ha sido la persona que ha permanecido, incansable, donde debe de permanecer alguien que representa...
...la voluntad popular: del lado de sus conciudadanos. Y esa persona se llama Remedios Ramos, la alcaldesa de Málaga”.
La alcaldesa de Málaga
Hablaba el otro día con un amigo sobre el estado de la política local. En un momento de la conversación, más en serio que en broma, coincidimos en que quien parece realmente la alcaldesa de Málaga es la portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento, Remedios Ramos. Sin representar a la primera fuerza de la oposición, Ramos es quien está al lado de los vecinos, a pie de calle, día sí y día también, en esta ciudad.
Ella es una militante de base, de la vieja escuela, me cuentan quienes la han conocido desde que comenzase su activismo político y social. Trabaja con humildad, sin grandilocuencia ni aspavientos. Con temple y sencillez. Allá donde un colectivo, un movimiento vecinal o cualquier persona sin importar la adscripción denuncien una injusticia, está la concejala de IU Málaga para dar la cara, pero también para trabajar de puertas para dentro, a través del diálogo, con quienes piensan diferente, para sacar adelante mociones que mejoren las condiciones de vida de las malagueñas y malagueños.
Es una persona afable y empática, aunque firme en sus principios. No necesita darse golpes en el pecho públicamente. Su compromiso lo lleva dentro y lo vive con intensidad. Eso me dicen. Mientras muchos políticos se pegan codazos para salir en la foto en algunos de esos eventos completamente desfasados y que sólo sirven para despilfarrar recursos del erario público, Ramos está escuchando y, sobre todo, apoyando hasta el final, a los trabajadores que van a ser despedidos por el ERE de Unicaja; a los vecinos de la zona de La Pelusa que quieren paralizar la construcción de una gasolinera al lado de sus casas; a los residentes del Centro Histórico que reivindican su derecho al descanso y a permanecer en su barrio; a la gente de El Perchel. Y así, un largo etcétera.
La concejala de IU Málaga tiene Málaga en su cabeza, porque no hay rincón que no conozca. Viene de esa clase política en peligro de extinción que puebla las aceras más que los despachos. Lo hemos comprobado estos últimos meses, cuando incluso con una pierna inmovilizada por una lesión, ha estado presente donde se la ha reclamado. De una forma u otra, todos la conocemos. Sabemos que, si tenemos algún problema, ella va a hacer lo posible y lo imposible para sumar. ¿Y cuál es, si no ésa, la tarea de un alcalde?
Todas las problemáticas de la ciudad las tiene muy presentes, porque es una política cercana, sin dobleces. No sólo da respuesta en persona a la gente, sino que además domina los tiempos y trabaja, no con menor esfuerzo, en llevar a los plenos de La Casona soluciones para las penurias que padece el pueblo. Ante un Francisco de la Torre ausente, encerrado en su despacho (no sé si negociando lo que queda por vender de la ciudad con sus malas compañías cataríes, israelíes, madrileñas y demás fondos especulativos), Ramos representa la antítesis. En el fondo y en las formas.
Me recordaba mi amigo que ésta ha sido la forma de trabajar de Izquierda Unida siempre. Especialmente, de aquellos afiliados al PCE que lo son de antes incluso de que irrumpiera el PSOE. Es su esencia. El programa, programa, programa. El estar del lado siempre de las asociaciones vecinales. Las asambleas. El no acomodarse y saberse prescindibles. El primar el proyecto colectivo frente a los egos. Apartarse cuando la militancia se lo pida, con elegancia, y asumir responsabilidades cuando correspondan. La democracia interna y participativa en la política española ya existía desde que se configuró Izquierda Unida.
Políticos que trabajan mucho sin alardear de ello y no abusan del conflicto. Parten, siempre, de un principio de compromiso y humildad. Ramos representa esos valores democráticos que hoy están tensionados, fruto de la polarización en la que nos ha instalado la ultraderecha política y mediática. Su labor incansable esta legislatura debe servir a muchos, de forma transversal, para replantearse la forma de hacer y entender la política. Para tomar conciencia de por qué están ahí y adquirir sensibilidad, practicar la empatía, la mirada a largo plazo y la del día a día. El gobierno del Partido Popular parece trabajar en cualquier dirección, menos en la de los intereses de la Málaga real: la de uno de cada tres habitantes en la exclusión social. No hay peor venda que la del clasismo.
El caso de Ramos me recuerda al de la diputada Inmaculada Nieto en el Parlamento Andaluz. Ambas vienen de la misma familia política. Nieto tampoco es la portavoz del principal partido de la oposición en el hemiciclo, pero se ha revelado como si lo fuese. Sus intervenciones, algunas ya para la hemeroteca, han sacado los colores y los sudores en más de una ocasión al consejero de Sanidad de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre, y al presidente Juan Manuel Moreno Bonilla, quien se ha quedado sin palabras, respondido con evasivas o, incluso, se ha ausentado recientemente de una sesión plenaria para irse a Castilla y León, con la excusa de hacer campaña en favor del candidato Alfonso Fernández Mañueco, por temor a la que se le venía (o viene) encima.
Como Ramos, Nieto conoce a la perfección los problemas de su ámbito de actuación: nada menos que Andalucía. No en vano, fue concejala del Ayuntamiento de Algeciras, una de las zonas de nuestra tierra más golpeadas históricamente. Nieto se ha implicado en la lucha por el sistema público de salud andaluz, que el gobierno de Moreno Bonilla ha laminado en plena pandemia a pesar de cerrar el ejercicio fiscal con un superávit de más de dos mil millones de euros. Ella ha estado en todos los frentes y ha ejercido como la verdadera oposición en San Telmo mientras el PSOE-A deshojaba la margarita para pasar la pesada página del susanismo.
Dos mujeres andaluzas, preparadas, cercanas, que saben llegar a acuerdos a pesar de las circunstancias y que, desde sus pequeñas parcelas, han hecho más por el pueblo andaluz y malagueño que quienes están en los respectivos ejecutivos. Hemos normalizado que desde los medios no sólo se critique sistemáticamente a nuestros representantes, sino que se llegue a difamarlos. Eso genera una falsa sensación en las sociedades democráticas: la de que todos los políticos son iguales. Una idea falaz que sólo beneficia a los poderosos y sus intereses, en tanto que desmoviliza y desencanta a quienes pensamos, todavía, que la democracia es una herramienta para construir un mundo mejor y una vida más habitable.
Los periodistas también debemos ser sinceros cuando hablamos de nuestra profesión. La falta de transparencia y la dificultad para conocer lo que piensan los representantes del equipo de gobierno local del Partido Popular son mayúsculas. El trato que dispensan a aquellos medios y periodistas que no consideran afines no es homologable a una democracia plena. Existen vetos, una línea roja que nunca se debería traspasar. La opacidad y presiones de algunos ediles en el Ayuntamiento dificultan, cuando no imposibilitan, el desempeño de nuestra profesión. Haría bien la Asociación de la Prensa de Málaga en tomar nota y denunciarlo públicamente las veces que sean necesarias. Frente a ello, e insisto: esto lo sabe cualquiera que haya cubierto mínimamente la política local, IU Málaga es accesible y mantiene una relación sana, abierta y transparente con las personas que trabajamos para los medios de comunicación.
Ya veremos cómo trata la Historia el legado de De la Torre. Esta legislatura se le han visto todas las costuras y su modelo de ciudad ha hecho aguas. Es el regidor electo de la capital, nadie puede discutir eso, pero no se ha comportado como tal. No ha estado a la altura de las circunstancias ni de su cargo. Vive muy alejado de la realidad, en contra del relato que, a base de mucha publicidad institucional, consiguió instalar en el imaginario popular y que empieza a desvanecerse. Porque lo cierto es que vive completamente desconectado de las problemáticas sociales y medioambientales, y de los barrios populares, a los que le lleva su chófer de vez en cuando para sacarse la foto de turno con los medios que le siguen el juego. Allí juega a hacerse el nuevo cuando escucha los problemas con los que convive la mayoría de los malagueños. Para muchas, para muchos, la alcaldesa de Málaga esta legislatura ha sido la persona que ha permanecido, incansable, donde debe de permanecer alguien que representa la voluntad popular: del lado de sus conciudadanos. Y esa persona se llama Remedios Ramos, la alcaldesa de Málaga.
Puede leer AQUÍ otros artículos de Alejandro Díaz