En el año 2018 la administración rusa “condecoró de la mano de Putin al alcalde malagueño con la Medalla Pushkin”, se entiende que en agradecimiento por los más de tres millones y medio de euros invertidos en el Museo Ruso

“La colección del Museo no es privada, sino estatal. O sea, todo el dinero de los malagueños que ha dado el Ayuntamiento de Málaga para el pago del canon de sus exposiciones desde el año 2015 hasta hoy ha ido destinado al Estado ruso”, y sigue

Insolidario. “De la Torre lleva días haciendo malabarismos para mostrar su apoyo a la comunidad ucraniana de Málaga, a la vez que
anima públicamente al gobierno del país invadido a “ofrecer su neutralidad a cambio del respeto a su independencia”, una locura


OPINIÓN. 
La grieta. Por Alejandro Díaz del Pino
Periodista

02/03/22.
Opinión. El periodista Alejandro Díaz del Pino escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre el Museo Ruso de Málaga, cuya colección no es privada, sino estatal: “Como no se puede viajar al pasado, todos nos vemos obligados a lidiar con nuestros errores en el tiempo presente. De la Torre haría bien en devolver la Medalla Pushkin al sátrapa de Putin,...

...que ya lo era cuando le condecoró y el equipo de prensa del Ayuntamiento lo anunció, a bombo y platillo, a través de sus redes sociales y de una, ahora desaparecida, nota de prensa que reprodujeron agencias y medios locales, regionales y estatales”.

Anatomía de una imagen

Dice el refrán que quien no se esté quieto, no sale en la foto. El alcalde de Málaga debe entonces a su falta de dinamismo el no quedarse fuera de ninguna. Qué álbum atesora. La última imagen incómoda que le está costando un sofoco a Francisco de la Torre ha sido una en la que estrecha la mano al presidente de Rusia, Vladímir Putin. Pero, ¿cuál es la intrahistoria de este grotesco retrato del munícipe?


La fotografía es una imagen fija que queda suspendida en el tiempo y que, fuera de contexto, puede dañar los intereses propios, y también los ajenos si la proyección del sujeto en cuestión es pública. La instantánea fue tomada en el año 2018 durante un acto celebrado en el Kremlin, donde la administración rusa condecoró de la mano de Putin al alcalde malagueño con la Medalla Pushkin, llamada así en homenaje al escritor ruso del siglo XIX.


Tres años antes, en 2015, año de la inauguración del Museo Ruso en Tabacalera, la Comisión de Cultura del Ayuntamiento de Málaga, de la que era responsable la edil del Partido Popular, Gemma del Corral, cifró en más de tres millones y medio de euros el gasto de las arcas municipales destinado a la colección de este espacio. Eran los años en los que la derecha española, capitaneada por M. Rajoy, nos pedía austeridad a los ciudadanos castigados por el paro, los desahucios y la falta de ayudas. Tanto el Partido Socialista como Izquierda Unida Málaga pusieron objeciones entonces y solicitaron un estudio independiente que avalase las cifras aportadas por Del Corral. Nunca se hizo porque el Grupo Popular se opuso.

La Colección del Museo Ruso no es privada, sino estatal. Esto quiere decir que cada partida del dinero de las malagueñas y malagueños que ha aportado el Ayuntamiento de Málaga al pago del canon para las exposiciones de este proyecto desde el año 2015 hasta el día de hoy ha ido destinada al Estado Ruso. No es de extrañar, por tanto, que el presidente Putin le estuviese ya tan enormemente agradecido a De la Torre como para condecorarle y agasajarle en un acto público en la zona histórica más influyente de Moscú tres años después.


Ahora ha estallado otra guerra. Putin invade Ucrania y amenaza con usar armamento nuclear. La actual edil de Cultura del Ayuntamiento, Noelia Losada, de Ciudadanos, se mostró ayer contraria a abonar los cánones a Rusia por las futuras exposiciones, aunque sólo “mientras dure la invasión de Ucrania”. Y aseguró que la actual muestra “ya está pagada”. Losada se mostró partidaria de mantener el Museo Ruso en Málaga porque “tiene trabajadores” y “la cultura siempre es puente tendido frente a la barbarie y la radicalidad”.

Mientras tanto, De la Torre lleva días haciendo malabarismos para mostrar su apoyo a la comunidad ucraniana afincada en la capital de la Costa del Sol, a la vez que anima públicamente al gobierno del país invadido a “ofrecer su neutralidad a cambio del respeto a su independencia”. Sólo en muy pocas cabezas cabe que un estado pueda permanecer neutral cuando está siendo atacado por tierra, mar y aire. Las torpezas del regidor no son fruto de la edad ni de la espontaneidad ni de la ingenuidad, sino de las decisiones políticas que ha adoptado a lo largo de su carrera política y por las que debe rendir cuentas.


Algunas pistas. Ahí las dejo. Por si sirven. Como no se puede viajar al pasado, todos nos vemos obligados a lidiar con nuestros errores en el tiempo presente. De la Torre haría bien en devolver la Medalla Pushkin al sátrapa de Putin, que ya lo era cuando le condecoró y el equipo de prensa del Ayuntamiento lo anunció, a bombo y platillo, a través de sus redes sociales y de una, ahora desaparecida, nota de prensa que reprodujeron agencias y medios locales, regionales y estatales. También debería dejar de financiar con nuestros impuestos a un estado oligárquico que incumple sistemáticamente los Derechos Humanos. Son dos medidas que podría tomar hoy mismo, ya no por él, sino por Málaga, a quien representa.

La cultura rusa es de una riqueza inconmensurable, pero seguro que existen mejores fórmulas para acercarla a los malagueños y a los visitantes que a través de un museo estatal de una dictadura financiado con fondos municipales. No se trata de castigar al pueblo ruso, que es víctima de un dictador, como los cataríes, sauditas o dubaitís son también represaliados por jeques, príncipes y reyes totalitarios. La cuestión es no abrirles las puertas a los todopoderosos que esclavizan a sus pueblos, por tentadora que parezca a priori esa manzana. No cederle más nuestra tierra para alimentar la megalomanía que caracteriza a estos seres sin alma.


Hasta la siempre neutral Suiza ha roto su neutralidad. Mientras Europa entera aísla en los mercados a Rusia, ¿qué pinta Málaga pagando un canon, por irrisoria que pueda ser la cuantía en términos macroeconómicos, a un estado que ha iniciado una guerra de ocupación contra un aliado? ¿Por qué, en términos futbolísticos, siempre acabamos en fuera de juego o, lo que es peor, marcándonos el gol en propia puerta? No entro en la fotogenia de De la Torre, pero desde 1971 hasta 2022 son ya demasiadas las veces que hubiese sido mejor que se apartase un poco de los focos.

Málaga: La ciudad de los museos franquicia

El alcalde cree que una ciudad de museos franquicia iba a traer prosperidad a Málaga, la Capitalidad Europea de la Cultura y no sé cuánto más. La realidad es que lo que nos han llegado son estampas, aberraciones de la ruina y la vergüenza: Ocho millones de euros y una sentencia condenatoria nos costó el malogrado Museo de las Gemas, que abrió sólo dos horas y a lo que habría que sumar otra partida de 20 millones de euros, que fue lo que costó entonces la remodelación del edificio de Tabacalera. Del Museo Automovilístico y de la Moda, otro hito ubicado en la misma zona, lo más mediático que ha trascendido en los últimos años fue el abandono de su entonces directora, Patricia Rueda, para ser cabeza de lista en el Congreso por Málaga en 2019 por la formación de derecha extrema Vox.


Ésta, y no otra, es parte de la realidad a día de hoy de la ciudad de los museos franquicias, pero también de los equipos de fútbol franquicias, de los muelles para cruceros y megayates franquicias, de los pretendidos rascacielos franquicias, de los centros históricos franquicias y de todo ese desarrollismo tan franquista como franquiciado. La imagen de Málaga se deteriora a la par que la de De la Torre. No es, ni mucho menos, una persona impedida, sino completamente capacitada, consciente de sus actos y rodeada de asesores. Por eso, cada minuto que pasa, el Ayuntamiento pierde el tiempo a la hora de transmitir una imagen seria y nítida de cuales son los valores de la sede donde reside la soberanía popular malagueña. Incluso sin el Grupo Popular y el alcalde, existe mayoría absoluta en el salón de plenos de La Casona para revelar una fotografía alternativa a la de esta decadencia sin fondo de la que, para mayor estupefacción, hay quienes siguen presumiendo. Ha llegado la hora. Que cada cual se retrate.

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