“Dos personajes son los actores principales en esta trama, o como dirían ellos, en estas actuaciones llevadas a cabo”. “El alcalde De la Torre y Luis Verde, concejal del distrito 7 de Carretera de Cádiz, el encargado de hacer el trabajo sucio, verdugo del bienestar vecinal”

“En otro momento entró en acción el Sr. Pepe del Río, concejal de movilidad encargado de ayudar a su compi Luis Verde, tratando de defender lo indefendible y lanzando promesas que jamás fueron cumplidas”


OPINIÓN. 
Calles de Málaga. Por Nacho Romera
Vecino comprometido por una ciudad mejor

14/11/22.
Opinión. Nacho Romera, vecino malagueño y activista, en su colaboración habitual para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com denuncia la gentrificación creada en el barrio de Huelin desde estamentos político municipales para especular con él ecónomicamente : “Necesitaban otro punto en la ciudad donde, por encima del bienestar vecinal, tenían que imponer sus actuaciones buscando satisfacer a...

...hosteleros e inversores. Otros sitios de la ciudad ya estaban demasiado saturados y no podrían estrujarlos más, era la hora de buscar otra zona”.

Una trama llamada Huelin (1)

Una vez más, hago referencia a mi barrio y mi entorno, donde basaré mi publicación de hoy.


Se trata del primer barrio diseñado para obreros de la ciudad, donde se alzaron las primeras chimeneas industriales de Málaga en el siglo XIX y se desarrollaron actividades textiles, tabaqueras, metalúrgicas, harineras y ferroviarias, donde se levantaron las primeras viviendas del barrio junto a la fábrica textil. Uno de los barrios más puros y castizos, que conserva gran parte de de su esencia marinera y popular. Una historia que se quiere borrar, como la que sufrieron otras barriadas míticas.


Para empezar, nos centraremos en dos personajes, los cuales son los actores principales en esta trama, o como les llamarían ellos, en estas actuaciones llevadas a cabo.

En primer lugar tenemos a Francisco de la Torre, alcalde de nuestra ciudad, empeñado en transformarla por desgracia, no para bien de muchos vecinos, sino pensando que sobramos, sobre todo en aquellas zonas imprescindibles para dicha transformación y las que se encuentran en puntos estratégicos. Máximo responsable de las actuaciones llevadas a cabo y cabecilla de ellas.

Y por otro lado tenemos a Luis Verde Godoy, concejal del distrito 7 de carretera Cádiz, el encargado de hacer, digámoslo así, el trabajo sucio, verdugo del bienestar vecinal y propicio para trabajos como éste.

Comento lo de propicio porque en más de una ocasión hemos podido comprobar como no le tiembla el pulso a la hora de acusar a vecinos con el fin de confrontarlos, y también su poca ética y empatía hacia ciudadanos que expresan su malestar. A lo largo de la publicación mencionaremos algunas de estas conductas poco éticas para un cargo público, a mi parecer.


No nos vamos a trasladar muy en el tiempo, aunque esta trama seguramente hace años que ya estaba en la mente de los presentes y de los más beneficiarios, hosteleros e inversores. A 2019, justo antes de las anteriores municipales. Les hacía falta más tiempo y tenían que lograrlo para llevar a cabo su plan, por lo que no dudaron en utilizar todo tipo de argumentos, mentiras y falsas actuaciones con el fin de engañar nuevamente al votante y conseguir su cometido fuese como fuese.

Luis Verde se daba a conocer en el barrio y presentaba entre los vecinos y comerciantes su buque insignia para las elecciones, la remodelación de nuestro mercado, un mercado viejo, con instalaciones precarias, falto de seguridad y con una notable falta de mantenimiento por parte de las administraciones.


Pero pasó mayo, Francisco de la Torre conseguía por los pelos formar gobierno con Ciudadanos, y después consiguió mantenerlo gracias en gran parte al señor Cassá, tránsfuga de su partido, que no pestañeó en dar su voto a cambio de lo que le ofrecieron, una oferta económica suculenta, que nos cuesta pagar a los malagueños.

Habían cumplido su objetivo y las promesas quedaban en humo, muchos sabíamos lo que iba a pasar, pero jugaban con los deseos de muchos vecinos.

Una vez conseguidos cuatro años más a cargo del Ayuntamiento, empezaron con su verdadero propósito, la transformación de Huelin. Y es que necesitaban otro punto en la ciudad donde, por encima del bienestar vecinal, tenían que imponer sus actuaciones buscando satisfacer a hosteleros e inversores. Otros sitios ya estaban demasiado saturados y no podrían estrujarlos más, era la hora de buscar una nueva zona para satisfacer las necesidades de estos colectivos.

En Huelin lo tenemos todo, bien comunicado, zonas de amplias calles y lo más importante estratégicamente y goloso, estamos a pie de playa.

Primer paso, ofrecer Huelin como zona turística. El Ayuntamiento así la ofertaba, algo extraño para los residentes, pues siempre hemos sido un barrio residencial, con sus cuatro bares y restaurantes pero con toda clase de comercios en sus calles.

Con este paso dado incrementaban de forma exagerada, por decirlo de alguna manera, los establecimientos dedicados a la hostelería, cualquier local era convertido, heladería, concesionario de coches, estudios de fotografía y todo aquel al que podían acceder. Recordemos que este colectivo tiene un gran método de persuasión, el dinero y, por supuesto, no iban a escatimar y más sabiendo el futuro que los dirigentes tenían pensado para el barrio.

Ya con el barrio ofrecido y con la llegada de nuevos hosteleros, tenían que buscar algo más de espacio. Los vecinos llevamos años reclamando sitio para poder estacionar nuestros vehículos, volvemos a recordar que Huelin y las zonas colindantes están compuestas de grandes edificaciones, de entre 13 y 14 pisos de altura media, que son antiguas y no tienen aparcamientos, y ante la imposibilidad de poder subirse los coches a casa, necesitamos un sitio donde estacionarlos, dejarlos ahí el mayor tiempo posible, evitando las emisiones y en un futuro, cuando por fin dispongamos de una red de transporte público eficiente, prescindir de él. Pero mientras tanto reclamamos mas espacio.

Nuestro mencionado concejal lo tenía a huevo, a principios de 2020 y con el engaño de las obras del mercado, anunciaba grandes actuaciones en el barrio, actuaciones para proveer de más espacio de estacionamiento para los vecinos y por las cuales el Ayuntamiento hacía un gran desembolso de dinero público.

Ingenuos, ¿os lo creísteis? La cabra siempre tira al monte y en pocos meses esos aparcamientos serian pintados de azul y pasarían a disposición de SMASSA, los pagafantas de los ciudadanos contribuíamos una vez más con nuestros impuestos a realizar actuaciones que luego pasarían a empresas privadas para lucrarse a costa de los vecinos.

Los vecinos y comerciantes pronto mostraron su desacuerdo y, como no, sus socios y los grandes beneficiarios salían al quite del equipo de gobierno, que necesitaba algún colectivo que apoyase dicha imposición para poder justificarse con algún tipo de argumento.


Más de un millar de vecinos apoyaban la plataforma creada, ‘No a la Zona Azul’, y plasmaban su firma en un escrito presentado en nuestro Ayuntamiento, con el fin de paralizar tal imposición, que es como mínimo incoherente.

En ese momento entraba en acción otro de nuestros dirigentes, el Sr. Pepe del Río, concejal de movilidad encargado de ayudar a su compi Luis Verde, tratando de defender lo indefendible y lanzando promesas que jamás fueron cumplidas.


Es otro personaje con dudosas formas de proceder. Con el único fin de desprestigiar e insultar a todos los que nos oponíamos y plantábamos cara. Un personaje el cual por llevar muchos kilómetros a sus espaldas se cree el más idóneo para gestionar este área, al cual le recordamos que “no por mucho comer pan, te conviertes en un buen panadero”.

Ya iban avanzado, con incumplimiento de promesas mediante, en actuaciones deliberadas con un fin claro, privatizar nuestras calles y ponerle alfombras a ese colectivo tan querido por nuestro alcalde, quizás más que querido, un colectivo que tras sus campañas de ayuda lo tiene cogido por alguna zona sensible.

Como venimos observando ninguna de las medidas adoptadas velaba por el bienestar de los vecinos, y aun sería peor pues los siguiente que tocaba era degradar el barrio.

A los inversores no les gustan los barrios con vecinos encantados con él y donde cualquier ciudadano se presta a buscar una vivienda para vivir allí. Por lo que empezaron con la dejadez en seguridad y limpieza, algo que degrada claramente una barriada y el bienestar de los vecinos, pero para ellos nada importante, sobre todo viendo la manera de proceder.


Algunos vecinos, sobre todo los de alquiler, dudaban de su continuidad y pronto vendría la puntilla, esos pisos que se encontraban vacíos pronto eran acondicionados como pisos turísticos y la demanda se venía arriba, los alquileres se disparaban y llegaban a precios inasumibles para los residentes, pero propicios para los inversores.

La indignación ciudadana crecía y el apoyo de un solo colectivo, como era la hostelería, ya se les quedaba corto.

Debían de ganar apoyos en el barrio aunque estos no salieran gratis…

(Continuará).

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