“Tenemos que salir del callejón sin salida del monocultivo del turismo, la construcción, la ganadería y agricultura hiperintensivas y, ahora, el negocio de la energía solar, que pretenden que nos convirtamos en tierra de sacrificio”
OPINIÓN. Málaga: Verde y morá. Por Mar González Báez
Coportavoz de Verdes Equo Andalucía
06/06/22. Opinión. La coportavoz de Verdes Equo Andalucía, Mar González, en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com escribe sobre las próximas elecciones: “En Andalucía ya partimos de una situación de desventaja. La desigualdad tiene, por desgracia, en España, cara andaluza. Y además, una desigualdad que se va a incrementar si no llevamos a cabo una transformación verde de...
...nuestros sectores productivos”.
Somos Vida. Por Andalucía
Aunque este título pueda sonar a mensaje enlatado de cualquier producto que alguien te quiera vender, es mucho más profundo y real.
La mayoría somos conscientes de la situación a la que nos vamos a enfrentar en el corto plazo: falla algún eslabón y la cadena se rompe. El problema es que ya hay varios eslabones rotos u otros a punto de romperse. Todo eso que sostiene el sistema económico actual está en entredicho. Y no porque dos o tres seamos críticos con este sistema de desigualdad. Hay gráficas y evidencias de que la mayor parte de lo que conocemos, de lo que nos sostiene en la actualidad, está en crisis.
Ante esto, hay opciones. Y habrá más opciones conforme antes lo afrontemos. Esto no es un deseo, es una realidad que si organizamos, si cooperamos, si prevenimos y adaptamos el sistema, los costes de la transición van a ser menos que si vamos ahondando cavando nuestra propia fosa. Todo lo sobrevenido va a provocar que paguen los de siempre, los más vulnerables.
Ya solo un necio negaría la emergencia climática y apuesto que no hay tanto necio como egoísta. ¿Egoístas por qué? Porque esos que niegan la situación no es que no sepan lo que se viene, es que no quieren pagar la cuenta. Cuenta, que por otro lado, para lo que serviría es para conseguir un mundo donde la convivencia sea más segura y agradable. Estos que piensan que podrán comprar bombas de oxígeno, desalar agua, poner placas solares, pero a la vez tendrán que poner muros con vallas electrificadas, salir de casa en contadas ocasiones con seguridad y vehículos blindados. Esto que os cuento, lejos de ser una distopía es la realidad de países como Brasil donde la desigualdad es tal, donde la desesperación por la falta de recursos para algunos, provoca que las vidas valgan poco o nada. Quien nada tiene que perder porque le han negado su misma condición humana (con sus derechos y libertades asociados) se convierte en un desequilibrio para la convivencia y la democracia.
En Andalucía ya partimos de una situación de desventaja. La desigualdad tiene, por desgracia, en España, cara andaluza. Y además, una desigualdad que se va a incrementar si no llevamos a cabo una transformación verde de nuestros sectores productivos.
Tenemos que salir del callejón sin salida del monocultivo del turismo, la construcción, la ganadería y agricultura hiperintensivas y, ahora, el negocio de la energía solar, que pretenden que nos convirtamos en tierra de sacrificio.
¡Como si no nos hubiéramos sacrificado ya lo suficiente! Miren ustedes, que la ciudadanía andaluza ya está harta de que se le tome el pelo. Hemos levantado la cabeza y ya nos plantamos.
Ante la falsa dicotomía de que esto es susto o muerte, decimos que no, que nosotros y nosotras somos vida. Y lo decimos sabiendo que hay alternativas, que hay futuro, que podemos ser resilientes y hacer que lo que viene sea lo más amortiguado para todas, sin que ninguna persona caiga.
¡El 19J vamos a ello Por Andalucía! ¡Al lío!
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