“En Canadá -que no es precisamente un país de izquierdas- han optado incluso por prohibir la compra de viviendas por parte de extranjeros para frenar la escalada de precios”
OPINIÓN. El templo inacabado. Por Manuel Ares
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17/01/23. Opinión. El militante de Adelante Andalucía, Manuel Ares, en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com escribe sobre el problema de la vivienda en Málaga, que el año pasado ha sido “la ciudad más buscada del mundo en AirBnB para alojarse. Estamos hablando del principal portal de alojamiento turístico a nivel global. Esta noticia, que sí bien da indicios de un posicionamiento de la ciudad...
...como lugar de referencia, no es precisamente positiva para quienes vivimos en ella”.
No es ciudad para pobres
Recientemente la revista Vogue daba a conocer en su artículo “The 12 Best Places to Travel in 2023” que Málaga había sido la ciudad más buscada del mundo en AirBnB para alojarse. Estamos hablando del principal portal de alojamiento turístico a nivel global. Esta noticia, que sí bien da indicios de un posicionamiento de la ciudad como lugar de referencia, no es precisamente positiva para quienes vivimos en ella. Y con esto no digo que sea negativo per se la llegada de turistas, sino que la masificación del turismo en Málaga está produciendo efectos devastadores en una ciudad cada vez más ajena a sus ciudadanos (como he reiterado en alguna que otra ocasión en este mismo espacio).
A finales del 2022 conocíamos que Málaga es ya la provincia española con más vivienda turística de España, siendo la capital sólo superada por Marbella en número de viviendas turísticas (lo de Marbella simplemente está a otro nivel).
Vemos sistemáticamente cómo las viviendas de nuestros barrios son compradas para este fin, cómo fondos de inversión adquieren edificios enteros para convertirlos en complejos de apartamentos turísticos (ya ni siquiera hoteleros, los cuales, al menos, tienen una legislación, generan trabajo -aunque este no sea en las mejores condiciones- y producen menor impacto en el precio de la vivienda, sino de apartamentos). Málaga es también la ciudad en la que más sube el precio de la vivienda de España -superando a Madrid y Barcelona-, provocado directamente por este boom de viviendas turísticas que asfixia ya al malagueño medio.
En mi anterior artículo decía que la realidad de la vivienda en Málaga se podía constatar con un simple vistazo en portales como Idealista. Por comodidad del lector traeré a colación un mapa de ese portal donde aparecen las viviendas en Málaga capital con un alquiler inferior a 650€ y a 700€. Inferiores a 650€ hay la friolera de 36 viviendas, mientras que, si subimos a 700€ la cifra sube hasta 57. Por debajo de 450€ directamente no hay nada.
Según diversos “expertos financieros” para tener una economía estable el porcentaje de tu sueldo destinado al alquiler debe ser inferior al 30%. Esto, en Málaga, supondría que el salario mínimo de la ciudad debería estar en los 1.800€ para garantizar el acceso a la vivienda. La realidad es bien distinta, ya que el salario medio se sitúa en 1.292€ brutos al mes (por tanto, el neto, el dinero que efectivamente se percibe en líquido, es inferior). Los datos dicen que, en Málaga, un adulto tiene que destinar un 44% de su sueldo en el pago del alquiler. Una cantidad absolutamente salvaje que condena a miles de jóvenes a no poder emanciparse, a compartir piso hasta edades avanzadas -como sucede en ciudades tan inhóspitas en cuanto a vivienda como Madrid, Barcelona o Mallorca-, o únicamente poder hacerlo cuando se tiene pareja y ésta también tiene trabajo, porque, si no lo tiene, en una tasa de desempleo del 20% y un 30% en jóvenes -hablamos de que 1 de cada 3 personas jóvenes en Málaga está desempleada-, es mejor olvidarse.
Luego nos dicen que la natalidad cae porque los jóvenes no quieren tener hijos, cuando la realidad es que los jóvenes no pueden ni plantearse tener hijos cuando, tras pagar alquiler y demás gastos fijos mensuales, rara vez queda dinero suficiente para más de un capricho o el ocio mínimo e indispensable. No, no es viable tener hijos, ni tampoco vivir en pareja debería ser sí o sí la única alternativa para no tener que compartir piso con otras personas. Una persona que decida vivir sola debería tener la posibilidad de hacerlo, y esto es cada vez menos viable en la ciudad del “eterno crecimiento”.
El problema es tal que parece que hasta nuestro alcalde se ha dado cuenta de que hay una gran parte de la población en Málaga que está sufriendo las consecuencias del modelo devorador al que estamos abocados -por él-, y se ha planteado incluso regular la vivienda turística. Eso sí, “siempre que haya aval jurídico por parte de la Junta o el Estado”, y esto parece que va para largo. Porque sí, salen medidas interesantes desde el Gobierno como la limitación de la subida del alquiler o la -aparente- prohibición de los desahucios a personas vulnerables, pero estas medidas no resuelven de forma alguna el problema de la vivienda que vivimos.
Porque, si no se interviene, lo que sucede es que sigue habiendo un trasvase de vivienda de alquiler, que es sacada del mercado general, para destinarla al uso vacacional, donde la ganancia es mucho mayor, el riesgo de impago menor y, de existir, es transitorio. Porque el propietario -y más si son grandes empresas y fondos de inversión- no piensa a nivel global ni en el beneficio colectivo a la hora de disponer de sus bienes, y es ahí donde, ante la problemática tan grave que se está dando, deben intervenir las instituciones.
En Canadá -que no es precisamente un país de izquierdas- han optado incluso por prohibir la compra de viviendas por parte de extranjeros para frenar la escalada de precios. El problema es que aquí siempre existirá un limitante claro: el PSOE. Ese mismo que, para contentar a nada menos que el sector de la caza ha dejado fuera de la protección de la Ley de Bienestar Animal a los perros de caza, y que tiene cero dudas en que no llevará a cabo medidas que realmente puedan suponer un cambio en tanto éstas puedan perjudicarles electoralmente.
Por eso es tan urgente entender que el PSOE no es un actor de cambio, y que, por ejemplo, en el caso de Málaga, aunque ahora se posicionen incluso contra la Torre del Puerto (oposición bienvenida, por supuesto), ésta no ha llegado hasta que no han visto que electoralmente ese posicionamiento les beneficiaba. No llega porque realmente crean que es negativa para la ciudad, sino porque sociológicamente han debido comprobar que existe un rechazo a la misma. Lo mismo sucederá con cualquier transformación que sea necesaria para la ciudad en este aspecto, no llegará en tanto les puede perjudicar electoralmente. Y, de la misma forma que es constatable la problemática de la vivienda echando un vistazo a portales como Idealista, es contrastable esto revisando cuál es la actuación del PSOE en ciudades como Sevilla: la misma que aquí el PP (privatización de espacios públicos, sobredimensión de la hostelería, nula apuesta por las zonas verdes, gentrificación, etc.).
Es por ello que, para encontrar soluciones, es necesario dejar de hacer lo mismo y esperar obtener resultados diferentes. Ni el PP ni el PSOE van a resolver la problemática narrada, y es por eso por lo que, quienes sufren de ella deben hacerse valer en las urnas. Ahí están las próximas municipales, que no os engañen con cantos de sirena, las cientos de propuestas que lanzan en campaña y jamás cumplirán en el Gobierno, y se apueste por fuerzas transformadoras. Esa es la única solución.