“El acoso es disciplinante, buscan amedrentar a toda la izquierda, no sólo a quienes se atrevan a asumir cargos políticos, también a sus familias, por ende a los votantes de las izquierdas, a sus militantes”
OPINIÓN. La mirada crítica. Por Eduardo Sánchez de Hoyos
Doctor en Historia del Arte, gestión del patrimonio cultural
29/04/24. Opinión. El doctor en Historia del Arte, Eduardo Sánchez, continúa su colaboración con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com con un artículo sobre la ultraderecha: “Han creado asociaciones civiles, han fundado medios de comunicación, y han coordinado a lobos solitarios que por su condición de clase heredada gozan de posiciones importantes como funcionarios en todos los cuerpos del Estado...
...Han tenido el apoyo financiero de muchos empresarios grandes y pequeños. Han terminado contagiando a la derecha liberal y democristiana. El neofascismo está en auge de manera internacional”.
De perdidos al río
La nueva ultraderecha internacional repite sus tácticas por doquier. Utilizan los recursos de los estados democráticos y de derechos para minarlos y degradar su funcionamiento, en pos de su programa autoritario y reaccionario. Lo han urdido cautelosamente. Sus partidos son solo la punta del iceberg. Han creado asociaciones civiles, han fundado medios de comunicación, y han coordinado a lobos solitarios que por su condición de clase heredada gozan de posiciones importantes como funcionarios en todos los cuerpos del Estado. Han tenido el apoyo financiero de muchos empresarios grandes y pequeños. Han terminado contagiando a la derecha liberal y democristiana. El neofascismo está en auge de manera internacional, ya sea porque conquistan el poder o porque imponen su narrativa.
España, quizás más que otros países, por su pasado franquista que devino en democracia pactada a través de la llamada transición, sufre de un poso reaccionario muy nutrido y transversal. Quizás estaba aletargado, dormido, o acomplejado, aunque la verdad es que ya en 1981 intentaron un golpe de Estado. O quizás la izquierda con el PSOE a la cabeza supo adecuar sus programas y fuerzas para poder llegar al poder. El programa reformista y socialdemócrata vivió bajo el turnismo frente al programa democristiano y liberal de la ya extinta derecha que encarnaba el Partido Popular. La caída de esta realidad política que hemos llamado bipartidismo ha cambiado el tablero político y la relación entre los actores políticos, coincidiendo eso sí con el auge internacional de un neofascismo que se encuentra en su salsa bajo la era de las fake news.
Si no gobiernan ellos, o los que lo hacen rompen los límites de la moral ultra y reaccionaria, los mecanismos de la fachosfera ponen toda la carne en el asador buscando derribar a las personas que mediante el voto hemos elegido como representantes. Pedro Sánchez no es el único, ni será el último que está padeciendo su acoso por tierra, mar y aire. El acoso es disciplinante, buscan amedrentar a toda la izquierda, no sólo a quienes se atrevan a asumir cargos políticos, también a sus familias, por ende a los votantes de las izquierdas, a sus militantes. Pedro Sánchez se preguntaba y nos hacía coparticipes de su reflexión a toda la ciudadanía si todo esto valía la pena.
En mi opinión tenemos que hacer que valga la pena. Esto es implementar las políticas transformadoras que tanto les hacen temblar. Es decir, de perdidos al río. Vamos a darles dónde les duele. Hoy más que nunca vale la pena apostar por el programa de la izquierda, ello se puede hacer perfectamente desde la democracia liberal. Implementar el Estado de Bienestar, —que en nuestro país solo lo ha sido de medio estar—-, arreglar nuestra sanidad, mejorar la educación, hacer valer los salarios con capacidad de poder adquisitivo real, acabar con el problema de la vivienda, recortar las horas de trabajo, permitir que los jóvenes tengan un plan de vida y los mayores sus pensiones aseguradas. Si nos van a dar un golpe de Estado silencioso vamos a darles más razones si caben. Esto si el gobierno de coalición pervive. Pero si el gobierno de coalición cae (que no lo creo) y damos paso al gobierno de PPVOX, la propia gente terminará echándoles cuando se den cuenta que el programa anti política y reaccionario que traen solo empeorará sus condiciones de vida tanto materiales como en libertades. Decida lo que decida Pedro Sánchez esto va de todos, de la mayoría social, de las clases trabajadoras y populares que somos la base sobre las que se sustenta la democracia.
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