“Estamos ante el máximo paradigma del capitalismo como modelo social fracasado que solo nos puede condenar a la destrucción natural y social en favor del 1%. Ellos le llaman sentido común”

OPINIÓN. La mirada crítica. Por Eduardo Sánchez de Hoyos
Doctor en Historia del Arte, gestión del patrimonio cultural


21/01/25. 
Opinión. El doctor en Historia del Arte, Eduardo Sánchez, escribe en su colaboración con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com un artículo sobre la vuelta a la presidencia de Estados Unidos de Donald Trump: “Los norteamericanos quedan prendados por la imagen egocéntrica y narcisista del magnate coronado como el 47 presidente de Estados Unidos. Una persona impune ante la justicia aun cuando...

...lo han declarado culpable. Con un verbo cuasi infantil, les promete un futuro próspero como nunca aunque alude a un tiempo pasado que nunca existió”.

…Y en eso volvió Trump

Para muchos es como una especie de mesías. Los norteamericanos quedan prendados por la imagen egocéntrica y narcisista del magnate coronado como el 47 presidente de Estados Unidos. Una persona impune ante la justicia aun cuando lo han declarado culpable. Con un verbo cuasi infantil, les promete un futuro próspero como nunca aunque alude a un tiempo pasado que nunca existió. La gente se traga sus mentiras y contradicciones evidentes. En su patético discurso de investidura ha repetido sus pretenciosas consignas: "La era dorada de Estados Unidos comienza ahora”. "El declive de EE.UU. ha terminado". En fin, en la democracia americana en el sistema de checks and balance, y con las elecciones a mitad de legislatura del senado, estamos hablando de dos años, en concreto de 18 meses para desarrollar su programa de gobierno. ¿En 18 meses se crea una era, o en cuatro años? ¿En 18 meses o cuatro años se cambia el rumbo histórico de una nación? Negativo. Ya lo vimos gobernar, en cuatro años, aparte de propaganda y leyes regresivas que padecen los más desfavorecidos, lo único que da tiempo es que los grupos económicos que lo auspician hagan más dinero. Además lo que sí puede hacer es continuar con la tendencia imperialista, consustancial a EE.UU. Y emborrachar al resto de naciones con un tsunami reaccionario en favor de las élites económicas.

Tras la victoria de Donald Trump, antes siquiera de su toma de posesión, o puesta en marcha de sus políticas, ya empezamos a ver como las grandes acumulaciones de capital entran a tomar decisiones y hacer anuncios de cuales son sus intereses sin tapujo alguno. Y es que, realmente, y a pesar de los discursos anti establishment de la ultraderecha mundial, han venido, como ya lo hicieron a lo largo de la historia a servir a los intereses de la élite económica. Dicho así para resumir y por usar su propia terminología con la que atacan desde sus voceros y fábricas de bulos, como bien ejemplifica el hombre más rico del mundo, Elon Musk. Quién trabaja cual esbirro al servicio de ese movimiento político, porque ello significa trabajar para su propia riqueza.


El trumpismo niega el cambio climático, pero persigue ocupar Groenlandia puesto que se está derritiendo y no piensan perderse esa oportunidad de recursos naturales. El trumpismo habla de bajar la inflación a la par que quiere subir aranceles, cuando si suben aranceles encarecen todos los productos. El trumpismo quiere frenar los coches eléctricos, pero su campaña la paga Musk, el dueño de Tesla la mayor marca de coches eléctricos. Las mentiras son tan malas y evidentes que cuesta trabajo entender como hay tanta gente de a pie cegada. Estamos ante el máximo paradigma del capitalismo como modelo social fracasado que solo nos puede condenar a la destrucción natural y social en favor del 1%. Ellos le llaman sentido común.

Me ha llamado la atención no solo el giro de Mark Zuckerberg, creador de Facebook, que cambia de opinión y cede ante los discursos de odio y las fake, aunque ellos prefieren decir que es en pos de la libertad de expresión. Cabe destacar en esta línea de gestos y declaraciones de los más ricos a favor de Trump, al importante grupo inversor Blackrock que representa aproximadamente el 7,7% del PIB del mundo. BlackRock es la administradora de activos más grande del mundo, con US$9,42 billones en activos bajo gestión al 30 de junio de 2023, y en 2024 aumentaron sus beneficios en un 16%. Blackrock tiene en España acciones en las principales compañías energéticas, Repsol, Naturgy, Acciona, etc. Están en 20 de las 35 empresas de IBEX 35. Un total de más del 30 % del IBEX 35 está en sus manos.

Pues bien, Blackrock había sido tachado por los voceros trumpistas, nada más y nada menos, de ideología wok, por invertir en el suculento negocio hiper financiado de las renovables. Algunos Estados, como Virginia, se negaban a hacer negocios con ellos. Ante la toma de poder trump Rápidamente dicen, lo cual no será verdad del todo, que frenarán sus inversiones en renovables. Y digo que no es verdad, porque la transición ecológica llevada por el capitalismo además de ser un desastre en todos los niveles está siendo suculenta en beneficios. ¿Acaso van a retirar su 8% de Repsol? ¿Y Repsol va a abandonar su inversión en megaplantas de renovables? Negativo, simplemente contentan a los actores políticos con los cuales seguirán haciendo negocio. Antes con unos y ahora con otros. Ejemplo de esta campaña política del gran capital en favor del discurso aunque no esté fundamentado en ninguna verdad económica y que luego pien incumplir por el bien de sus bolsillos son la declaraciones de CEO de Blackrock, quien afirma que las naciones con políticas migratorias «xenófobas» tendrán «un nivel de vida más alto que nunca». Evidentemente esta no es la realidad, puesto que Europa está envejecida y falta mano de obra dispuesta para los trabajos más duros, penosos y mal pagados. Lo que no quieren es regularizar a los migrantes, conscientes de cómo se van a ahorrar un dineral en sueldos.

En definitiva, el capital apunta y el trumpismo dispara. Durante los pasados siglos, y a lo largo de la historia la mayoría social, el pueblo, tenía claro que los ricos eran los culpables de la miseria, de las guerras, y de la explotación del ser humano. Hoy en el siglo XXI, en la era de la información, los auspiciamos al poder, los alabamos mientras que articulan supuestos discursos rebeldes contra la tiranía wok. Y allí, cual palmeros, mientras él daba su miserable discurso de fakes e intolerancia, y era investido el 47 presidente, había reunido a gran parte de la internacional reaccionaria e hipercapitalista, Meloni, Milei, Abascal, etc.

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