“En el último siglo, España ha perdido más del 60% de sus zonas húmedas. Actualmente, menos de la tercera parte están bien conservadas, mientras que el resto corre riesgo de desaparecer"
OPINIÓN. La mirada crítica. Por Eduardo Sánchez de Hoyos
Doctor en Historia del Arte, gestión del patrimonio cultural
03/02/25. Opinión. El doctor en Historia del Arte, Eduardo Sánchez, escribe en su colaboración con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com un artículo sobre los humedales: “La pérdida de humedales contribuye al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que estos ecosistemas actúan como sumideros de carbono. Además, su desaparición reduce la capacidad de retención de agua en el suelo,...
...exacerbando los efectos de las sequías y aumentando la vulnerabilidad a la desertificación”.
Defendamos los humedales para frenar la desertificación
El 2 de febrero es el Día Mundial de los Humedales. Oportunidad para repasar algunos datos y reflexionar sobre la importancia de estos ecosistemas.
España cuenta con un patrimonio de al menos 2.000 humedales, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Sin embargo, otras fuentes elevan esta cifra a 5.767, lo que evidencia la riqueza y diversidad de estos ecosistemas en el país. Sin embargo, en el último siglo, España ha perdido más del 60% de sus zonas húmedas. Actualmente, menos de la tercera parte están bien conservadas, mientras que el resto corre riesgo de desaparecer. Hecho que ayuda a explicar la creciente desertificación de la península ibérica. En España más del 75% del territorio está en riesgo de degradación del suelo, y un 20% ya sufre una desertificación severa.
Las principales zonas que padecen la desertificación son el sureste de España (Murcia, Almería y Alicante). Son Regiones semiáridas con estrés hídrico extremo. El Valle del Ebro, debido a problemas de erosión del suelo causados por la agricultura intensiva. Extremadura y Castilla-La Mancha, debido al riesgo creciente de abandono de tierras, suelos frágiles y pérdida de vegetación. En general el sur de la península, tanto Portugal (Alentejo y Algarve), como España (Andalucía) sienten el avance de la desertificación agravada por las consecuencias del cambio climático. Hecho que a su vez acelera el propio cambio climático.
Urge defender los humedales y las zonas verdes. La pérdida de humedales contribuye al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que estos ecosistemas actúan como sumideros de carbono. Además, su desaparición reduce la capacidad de retención de agua en el suelo, exacerbando los efectos de las sequías y aumentando la vulnerabilidad a la desertificación. Las proyecciones sobre el cambio climático en España apuntan hacia una creciente aridez y un aumento de las temperaturas, lo que favorece los procesos de desertificación.
A pesar de su importancia ecológica, muchos humedales en España, incluyendo los de Andalucía y Málaga, enfrentan amenazas significativas. La sobreexplotación de recursos hídricos, la contaminación y el cambio climático son desafíos constantes que requieren una gestión y conservación efectivas. Es crucial implementar medidas de protección y restauración para garantizar la supervivencia de estos ecosistemas y los beneficios que aportan a la sociedad. Su conservación es esencial no solo para la biodiversidad local, sino también para mitigar los efectos del cambio climático y la desertificación en España y Europa.
Doñana (Parque Nacional y Natural): Abarca aproximadamente 122,487 hectáreas, incluyendo marismas, dunas y bosques. Es uno de los humedales más importantes de Europa. Recientes estudios del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han evidenciado el deterioro de Doñana y su impacto en las aves acuáticas a nivel europeo. Cuando Doñana se encuentra en malas condiciones, las aves que invernan allí regresan debilitadas a sus lugares de cría en Europa, lo que provoca una disminución en las poblaciones debido a un menor éxito reproductivo y mayores tasas de mortalidad en la primavera siguiente.
En Málaga contamos con Laguna de Fuente de Piedra que es el humedal más grande de agua salada de Andalucía, con una superficie de 1,364 hectáreas. Destaca por su importancia para la reproducción del flamenco rosado. Actualmente Fuente de Piedra padece los efectos de largos periodos de sequía y alteración de los niveles de salinidad, hechos que afectan directamente a las especies que dependen de este ecosistema, como los flamencos y otras aves acuáticas. La falta de agua adecuada dificulta la reproducción y supervivencia de estas especies.
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