“La mayoría de las veces esos amores, de tan deseados, necesitados y anhelados, se convierten en un arma de doble filo y se vuelven del revés transformándose en un problema más que en un placer”

OPINIÓN. Por 
Ana Lucas
Escribir desde el corazón

21/02/24. Opinión. Ana Lucas continúa con su colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com escribiendo sobre el amor: “Habitualmente solemos relacionar el amor con temas eminentemente dirigidos al corazón pero bien es cierto que hay otros muchos tipos de afectos y pasiones diarias que puedan considerarse como “amor” y yo lo pondría incluso en mayúsculas si no fuera porque mi amigo...

...corrector me dice que convierto la palabra en errata”.

Vivir contigo no puedo y sin ti tampoco...

Hace apenas unos días que hemos salido de la vorágine del día de San Valentín, tema sobre el que voy a pasar de puntillas para no herir sensibilidades y, sobre todo, para no perder el tiempo ni hacérselo perder al lector…


Lo que está claro es que habitualmente solemos relacionar el amor con temas eminentemente dirigidos al corazón pero bien es cierto que hay otros muchos tipos de afectos y pasiones diarias que puedan considerarse como “amor” y yo lo pondría incluso en mayúsculas si no fuera porque mi amigo corrector me dice que convierto la palabra en errata...

La mayoría de las veces esos amores, de tan deseados, necesitados y anhelados, se convierten en un arma de doble filo y se vuelven del revés transformándose en un problema más que en un placer…


Sobre esa relación amor/odio escribí hace años una reflexión, esta vez en verso, que me ha parecido oportuno desempolvar y someter a vuestro criterio… Espero que los lectores descubran a qué tipo de querer me estoy refiriendo sin necesidad de llegar a las últimas estrofas, eso sería que el trabajo está bien hecho (y que probablemente sientan lo mismo)...

Siempre se ha dicho que hay amores que matan
y otros sin los que no pueden vivir los que lo catan
y yo en tu caso cada vez que te evoco,
compruebo que vivir contigo no puedo pero sin ti tampoco.

Nada me hace más daño que saber la dependencia a la que me veo abocada,
nada me hace sentir más vulnerable y desamparada,
me desarma comprobar que por mucho que lo intento
todo lo que hoy me prometo mañana se lo lleva el viento.

Me frustra la necesidad diaria que siento de tenerte pegado,
aunque a veces quiero ir sin ti a cualquier lado
por mucho que me lo propongo y lo intento
no dejo de reconocer que tu presencia me da aliento.

Me produces deseo, amor y rechazo,
a veces quisiera que estuvieras siempre en mi regazo
y otras prefiero que me dejes sin tu abrazo
porque cuando no estás todo lo demás lo desplazo.

Es infinita la pena que siento por desearte
porque quisiera ser más fuerte y no tener que usarte
sin embargo reconozco que dependo de ti en todo momento
por mucho que yo quisiera que la verdad fuera otro cuento.

Hay gente que por ti mata y por tu culpa muere,
la sociedad reniega de muchas cosas de las que luego depende,
y aunque dicen que ningún olor desprende
se huele de lejos el tufo a podrido que a tu alrededor se cierne.

Me hubiera gustado vivir en otra época
en que el trueque fuera la única moneda
porque siempre se ha dicho que el dinero nos envilece
y las conciencias del ser humano adormece.

Maldito dinero, «mardito parné» como decía la canción,
que por mucho que no lo reconozcan, divide nuestro planeta en dos,
incluso separa padres, hijos, familia y hermanos
que por unos pocos cuartos venden su alma al diablo.

Y como habréis imaginado, hasta aquí hemos llegado,
se ha resuelto el enigma de quién era mi enamorado:
lo que parecía una historia de amor ha terminado en tragedia,
pero son las dos caras de una misma moneda.