“En España hay más de 28 millones de animales de compañía, lo que supone que un 49% de los habitantes tiene uno, es decir aproximadamente un 39% de hogares”

OPINIÓN. Por 
Ana Lucas
Escribir desde el corazón

02/07/24. Opinión. Ana Lucas en su colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com escribe sobre los animales de compañía: “Uno de los temas más controvertidos a la hora de esgrimir pareceres, pros y contras, en una conversación entre defensores y detractores de los animales de compañía es el tiempo de atención que requiere cada uno. Cada cual plantea excusas y justificaciones que muchas veces...

...son muy parecidas a las que se utilizan cuando se decide tener hijos”.

Animales de compañía: como perros y gatos...

Está claro que cuando se habla de animales de compañía estas dos especies se llevan la palma, al menos en esta parte del mundo…


En España hay más de 28 millones de animales de compañía, lo que supone que un 49% de los habitantes tiene uno, es decir aproximadamente un 39% de hogares. La mascota más común en nuestro país es el perro y el segundo puesto lo ocupan los peces a pesar de que muchos pudiéramos creer que sería el gato -supongo que simple truco de las estadísticas que también suelen ser engañosas: no es lo mismo tener en casa 10 gatos que 10 peces-… ;-)

Por contra en Europa la palma se la llevan de lejos los gatos. Los datos de 2022 indican que había más de 127.000 gatos por algo menos de 105.000 perros… Después 53.000 aves ornamentales, casi 30.000 pequeños mamíferos, peces y por último reptiles.

El país con más mascotas en el mundo es Argentina donde hay un animal en 8 de cada 10 hogares. La raza de perro más cara del mundo es el Mastín Tibetano que puede costar entre tres mil quinientos y doce mil euros.


Uno de los temas más controvertidos a la hora de esgrimir pareceres, pros y contras, en una conversación entre defensores y detractores de los animales de compañía es el tiempo de atención que requiere cada uno. Cada cual plantea excusas y justificaciones que muchas veces son muy parecidas a las que se utilizan cuando se decide tener hijos: que si te restringirán tu libertad de movimiento, tendrán necesidades que te costarán tiempo y dinero, etc, etc… Pero lógicamente aquí sólo hay una forma de verlo: hay a quienes les compensa y a otros simplemente no… Y muchas veces ni eso, se trata sólo de que sea el momento adecuado: ¡Cuántas veces decimos que de este agua no beberé y nos terminamos emborrachando a base de bien!…

Habitualmente en estas “discusiones” los amantes de los perros suelen justificar su elección diciendo que son más cariñosos, más vivos y colaboradores, en definitiva que hacen más compañía… Para los que prefieren los gatos el argumento más utilizado es que no necesitan tanta atención ni que se les saque varias veces al día, los puedes dejar solos más tiempo, y en cuanto a la compañía depende de la raza y el animal en sí pero muchas veces resultan casi tan amigables o más que sus rivales.

Sea como fuere debe haber gustos para todo y en mi caso yo me decanto de lejos por los gatos… Hace años tuve uno que, tras 16 años de amor infinito, se me murió literalmente en los brazos y me dejó un trauma que he tardado casi una década en superar… Sin embargo, como he dicho un poco más arriba, sólo era cuestión de que llegara el momento adecuado, que se alinearan un par de planetas, teletrabajo y bajón emocional incluido, y cóctel servido para borrachera completa…


La suma de estos factores se llama “Curvi”, porque tuvimos que ir a recogerla a un lugar dónde llegamos a base de curvas y nudos de corbata casi colombianos ;-)… La madre parió una camada de seis hace apenas dos meses en un local apuntalado y prácticamente abandonado, casi sin luz (sólo un tragaluz en la parte alta por dónde apenas se filtraba algo de claridad y por dónde la madre salía y entraba a sus anchas pero parecía no poder o querer sacar a los cachorros), en medio de materiales de construcción oxidados y troncos de madera cortados: el escenario ideal para que esta película no hubiera terminado así. Allí la encontró el dueño del local, que no de la gata, hace unas semanas cuando fue a recoger algo de sus aperos, y allí llevó agua y alimento para que pudieran sobrevivir. Este próximo lunes -otra vez la alineación de los astros- tenían pactado con una protectora de animales que fuera a recoger a los tres gatitos que habían quedado (el dueño se quedó con dos y una amiga uno más)… Fue amor a primera vista -creo que mutuo-; apenas lleva dos días en casa pero ha derribado de un plumazo todas las barreras que yo misma me había autoimpuesto y ahora mismo escribo esta colaboración con su cuerpecito tibio sobre mi regazo…

Creo que los animales de compañía son la terapia perfecta y yo, hoy por hoy, he decidido predicar con el ejemplo y recomendarlo a los cuatro vientos.