“Ahora mismo en el mundo hay más de 250 millones de niños sin escolarizar. Hay aún 6 países que permiten el matrimonio infantil: Níger, Bangladés, Mauritania, Indonesia, Líbano y Yemen”

OPINIÓN. Por Ana Lucas
Escribir desde el corazón

05/11/24. 
Opinión. Ana Lucas en su colaboración en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com escribe su segundo artículo sobre las estaciones: “A diferencia de la edad cronológica que sólo se basa en el tiempo que ha pasado desde el nacimiento, la edad biológica se corresponde con nuestro estado funcional interno y es un concepto fisiológico que informa sobre el envejecimiento de nuestras células,...

...tejidos, órganos y sistemas… y quiero suponer que en esta parte, igual que en la infancia, habrá circunstancias atenuantes o acelerantes que hagan que no todos los ‘otoños’ sean iguales”.

Las estaciones - y II

Ahora sí que el otoño ha entrado por la puerta grande… casi se podría decir que incluso el invierno... y eso sin querer tocar ni de lejos el tema de la destructiva DANA que nos ha asaltado de lleno esta pasada semana la cual no ha hecho más que ratificar la apreciación de mi anterior escrito sobre la locura de las estaciones meteorológicas con el actual cambio climático… A veces uno no tiene precisamente el don de la oportunidad para hablar de ciertos temas aunque la segunda parte de mi colaboración no iba ni mucho menos dirigida en esa dirección… ¡Menos mal!


Porque bien pensado, si el tiempo y la climatología crean o se distribuyen en estaciones, entonces también podríamos asegurar que el ser humano tiene las suyas.¿En cuántas “partes” se puede dividir la vida de un hombre? Que no me salten encima las feministas que la RAE define el término como: “ser animado racional, varón o mujer” y no seré yo la que me ponga ahora a hacer diferenciaciones más allá de la citada descripción.

Pues según la OMS -desde la fatídica pandemia de Covid todo el mundo sabe que son las siglas de Organización Mundial de la Salud- el ser humano tendría seis estaciones (el que consiga llegar a completar el ciclo entero, claro está).

* Primera Infancia: 0 - 5 años
* Infancia: 6 - 11 años
* Adolescencia: 12 - 18 años
* Juventud: 18 - 26 años
* Madurez: 27 - 59 años
* Vejez: Más de 60 años

Sobre estas “estaciones” humanas a las que yo he querido referirme hoy hay muchos puntos básicos en los que casi todos los especialistas se ponen de acuerdo.

La etapa más importante son los primeros años, cuando el cerebro crece a un ritmo muy rápido, más rápido que en cualquier otro momento de la vida. El cerebro crea más de un millón de conexiones nuevas cada segundo.

La niñez es la etapa del desarrollo humano más importante, dado que es ahí donde se adquieren las habilidades psico-sociales y emocionales fundamentales para un desarrollo saludable y sienta las bases de lo que será el individuo en el futuro.

Pero la verdad es que las generalidades no son nunca de mi gusto, y en este tema en concreto menos aún… eso de establecer que un “individuo” de 28 años es maduro en los tiempos que corren por el simple hecho de haber visto dar 28 vueltas al sol es tan aleatorio como presuponer que un adolescente de 16 tendrá menos raciocinio que él por el simple hecho de no haber llegado a la madurez… ¡¿Quién de nosotros no conoce “cuarentañeros” para los que se necesitaría urgentemente revisar este insensato y poco actualizado baremo!?

Aunque es comprensible que haya que acotar ciertos parámetros para crear algo de equilibrio en las balanzas de cualquier tema significativo, está claro que hay muchos factores adicionales que podrán determinar en gran manera la rapidez y la necesidad de “maduración” vital, y personalmente creo que el más importante es el lugar del mundo en el que hayas nacido: estoy segura que no me equivoco si afirmo que la mayoría de nosotros pensamos que el hambre y la pobreza en general divide casi a la mitad estos tempos; un niño de diez años escolarizado, bien alimentado y vestido, jugando a una videoconsola no tendrá para nada la misma visión de la vida y por ende la misma madurez que uno que ande todo el día descalzo rebuscando en la basura para comer o huyendo de bombas o peligros varios para sobrevivir. Además, cuanto más “mullidito” sea nuestro “nidito” y menos necesidad de usar las alas para volar solo más tardará un individuo en alcanzar las siguientes “fases de la vida”...


Ahora mismo en el mundo hay más de 250 millones de niños sin escolarizar. Hay aún 6 países que permiten el matrimonio infantil: Níger, Bangladés, Mauritania, Indonesia, Líbano y Yemen. Sólo con los dos puntos de este párrafo la defensa de mi afirmación de que la edad y la madurez no tiene los mismos dígitos en todas las partes del planeta parece estar más que argumentada.

Pero es que realmente yo no quería hablar de la infancia, aunque no lo pareciera, claro… Ni tampoco de la juventud o la madurez… Estos dos “capítulos” de las estaciones se inspiraron en un trabajo que le mandaron a mi madre en su club de poesía sobre el otoño… y cuando ella mi pidió que colaborara en el proyecto y le dije que yo había escrito sobre el otoño meteorológico y sobre el otro no sabía a qué me refería…

A diferencia de la edad cronológica que sólo se basa en el tiempo que ha pasado desde el nacimiento, la edad biológica se corresponde con nuestro estado funcional interno y es un concepto fisiológico que informa sobre el envejecimiento de nuestras células, tejidos, órganos y sistemas… y quiero suponer que en esta parte, igual que en la infancia, habrá circunstancias atenuantes o acelerantes que hagan que no todos los ‘otoños’ sean iguales.

Porque los seres humanos también tenemos un otoño, ese al que todos tememos acercarnos pero al que es peor no llegar porque entonces sería seña de que te has quedado en las estaciones anteriores y eso no lo queremos ninguno.

Así que aquí os dejo mi reflexión poética sobre la sexta estación del ser humano, esa que la OMS bautizó como vejez pero cuyo término suena demasiado rotundo y taxativo para los tiempos que corren y para esta parte del mundo...

El otro otoño

La cálida e ilusionante primavera
con los labios de rojo amapola pintados
daba paso a largos y tórridos veranos
llenos de risas y grandes presagios
como si la vida fuera eterna
sin pensar nunca en naufragios
entendiendo que el otoño
sólo arrancaría las hojas del árbol
pero nunca las del calendario…

Y la estación te sorprende demasiado rápido
con sienes que sin verlas fueron plateando
fuerzas que poco a poco van mermando
y muchos más cortos los pasos
el largo camino se va haciendo pesado.
Cambiaste sexo y besos por largos abrazos
sueños por desvelos y menos descanso
y la vista cansada a pesar de la experiencia
nunca te preparó para esta decadencia…

Llegó el otoño,
temiendo al invierno
que son su frío manto
pronto nos cubrirá de llanto…