“Es un plan tan maquiavélico como perfecto: echar a los que votan a los otros, desgastarlos, como desgasta el mar los filos cortantes de los cascos rotos de cerveza en Los Baños del Carmen”
OPINIÓN. El Blues de la señora Celie. Por Ainhoa Martín Rosas
Licenciada en Sociología y diseñadora, @aimaro6
14/05/24. Opinión. Ainhoa Martín, socióloga y diseñadora, en esta colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com escribe sobre la gentrificación: “Se preguntaba alguien, el otro día en TwitterX, cómo se había llegado a la situación actual de gentrificación enfermiza en la ciudad de Málaga, y la respuesta, por desgracia, es bastante obvia: Desplazando poco a poco al votante autóctono. La jugada no es simple,...
...y se lleva a cabo en varias partidas simultáneas”.
Golpe al Equipo MA
En tiempos de los fenicios, un comando compuesto por cuatro gatos, de los mejores del populacho malaguita, fueron gentrificados por un delito “que no habían cometido”. No tardaron en fugarse de la prisión turística en la que se encontraban recluidos. Hoy, buscados todavía por el alcalde y sus compadres, sobreviven como soldados de fortuna. Si tiene usted algún problema y se los encuentra, quizá pueda contratarlos… El equipo MA (el equipo malaguita).
Se preguntaba alguien, el otro día en TwitterX, cómo se había llegado a la situación actual de gentrificación enfermiza en la ciudad de Málaga, y la respuesta, por desgracia, es bastante obvia: Desplazando poco a poco al votante autóctono. La jugada no es simple, y se lleva a cabo en varias partidas simultáneas:
Por un lado, la vivienda tiene que ser lo suficientemente cara e inasequible como para que el autóctono no la pueda pagar. Se requiere, por tanto, la paralización de la VPO o bien su descarte por un precio de salida completamente inalcanzable para la mayoría de la población.
En la pista dos, sin embargo, se juega con la persona mayor a la que, mientras se mantenga activa, hay que tener contenta, invirtiendo en peñas de feria que pierden miembros, y en asociaciones, más que en servicios propiamente dichos.
En la pista tres, tenemos al artista circense inmobiliario, dispuesto a rapiñar todo tipo de viviendas y conocedor, casualmente, de los planes urbanísticos del consistorio, muchas veces de la mano de “grandes remodelaciones totales de la zona X” (o Z, que también viene al caso…).
De todos ellos, ninguno dejaría de votar puntualmente a quien tenga que votar, y que todo cambie para que todo siga igual.
Mientras tanto, los, cada vez menos, y más mayores, malagueños autóctonos que apenas sobreviven a la ola de peluquerías, barberías, manicuras chinas, terrazas invasoras del hiperespacio y fruterías que deberían convertirnos en la ciudad con mayor índice de vitaminas del país, observando, atónitos, cómo, la famiglia, ha decidido instalar un rascacielos aquí, o un puerto deportivo allá y sin que sean atendidas sus demandas reales. Y, por supuesto, pagando sus impuestos religiosamente, que la fiesta del capitalismo urbano no se financia sola y aquí tenemos que poner todos nuestra parte del mocho para que siga el botellón comunitario.
Si se piensa, es un plan tan maquiavélico como perfecto: echar a los que votan a los otros, desgastarlos, como desgasta el mar los filos cortantes de los cascos rotos de cerveza en Los Baños del Carmen, con el continuo vaivén de las olas, así como quien no quiere la cosa…
Si usted que me lee se siente un miembro del Equipo Ma, no me cabe duda de que puede ser cualquiera de estos personajes:
-¿Será usted un Fenix, guapo y caballeroso, sin perder los papeles pero siempre dispuesto a defender sus ideas en su medio de comunicación de preferencia, pero sin pasarse de borde?
-¿Será usted un desquiciado Murdock que se dedica a tirar cubos de agua por el balcón y romper candados de Airbnb con un cortafríos cuando nadie le ve?
-¿Será usted un M.A Baracus dispuesto a soltar hostias como panes con la mano abierta y a acudir a los saraos de turno de esta nuestra ciudad para denunciar publicamente que está usted hasta salva sea la parte?
Y, si no es usted uno de esos tres, ¿será en cambio nuestro anhelado Coronel Hannibal Smith, dispuesto a organizar a todos los sentidos lugareños para poner fin a todo este desquiciado plan secreto de quitarnos los carnets y echarnos de aquí por anti-malagueños?
Pues sepa usted, que, en ese caso, primero deberá contar con sus antiguos compañeros de la Guerra del Vietnam, que ya emigraron a las vecinas ciudades dormitorio, ante la evidencia de que ellas tenían un Skate Park gratuíto y piscinas comunitarias para los críos, y nosotros apenas sí tenemos servicios en los barrios, a pesar de pagar muchos impuestos. Y sepa también que el episodio de hoy será duro, habrá más tortas que en cualquier peli de la saga “Le llamaban Trinidad” y que, probablemente, nos tendremos que disfrazar todos de camareros y esconder muy bien nuestras armas para poder utilizar el elemento sorpresa. Pero no dude de que, al final, ganarán los buenos, y prevalecerá el espíritu de camaradería que siempre ha reinado aquí, desde el comienzo de la serie, hace ya casi 30 años…
Y si cree que yo estoy loca por pensar que se puede dar la vuelta al argumento, quizás tenga razón pero, qué le vamos a hacer: a mí, me encanta que los planes salgan bien :-)