“Para qué preocuparnos nosotros, pobres pero privilegiados vecinos de los barrios malagueños, por los ricos, cuyos intereses especulativos les llevaban a observarnos desde la distancia como el cazador que se va acercando poco a poco a su presa”
OPINIÓN. El Blues de la señora Celie. Por Ainhoa Martín Rosas
Licenciada en Sociología y diseñadora, @aimaro6
29/10/24. Opinión. Ainhoa Martín, socióloga y diseñadora, en esta colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com escribe sobre la manifestación del 9 de noviembre contra la especulación inmobiliaria en Málaga: “Nunca lo esperamos y nos fue cercando poco a poco, pero el enemigo más terrible, el que te inoculan para que actúe desde dentro, ya estaba haciendo de las suyas para conseguir robarnos nuestro...
...remanso de paz mediterráneo y poder realquilarlo o revenderlo para hacer negocio a nuestra costa con la vieja excusa de que todo vale en nombre del progreso y bla, bla, bla…”.
Na-ne-ni-no-nu
Nadie elige dónde nace y es la suerte la que nos hace caer en uno u otro rincón del planeta, al que luego, con el tiempo, vamos cogiendo cariño, sin saber muy bien por qué, en una mezcla potajera de clima, tradición culinaria y costumbres populares, instaladas en nuestro disco duro desde la más tierna infancia.
Necesariamente, algo de cariño se le coge a la provincia, a la ciudad, y, si me apuras, al barrio que te ha visto crecer y desarrollarte como persona, donde conoces el funcionamiento de las reglas del juego y, donde, a cualquier rincón al que vas a hacer tus mandados cotidianos, las caras te resultan familiares y, a menudo, te paras para saludar o comentar con algún convecino o conocido el estado de la familia, de la salud, de la vida…
Ni por asomo pensábamos que, de un puñetero paraíso, lleno de sol y terral, con olor a espetos en los meses sin R, y a humedad y salitre llegando marzo… ni por asomo, digo, pensábamos que nos quisieran desahuciar de esta tierra a la que tanto cariño habíamos cogido, la que fue nuestra cuna por casualidad y nos hizo merdellones con orgullo, a base de cafés y gazpachuelo, a base de atardeceres coloraos como la manteca del lomo que nos comemos en las ventas en diciembre, y que bien podrían parecer atardeceres de verano, porque en Málaga generalmente es verano.
Nos creíamos que esto era para siempre y que los ricos éramos nosotros porque lo teníamos todo para habitar en la gloria terrenal sin mucho dispendio, de manera sencilla: un ajoblanco, una sobremesa, el olor de las higueras y unos chumbos para merendar ya era tocar el cielo, aun siendo pobres, así que, para qué preocuparnos nosotros, pobres pero privilegiados vecinos de los barrios malagueños, por los ricos, cuyos intereses especulativos les llevaban a observarnos desde la distancia como el cazador que se va acercando poco a poco a su presa, codiciando nuestro poder sobre los gloriosos e instagrameables atardeceres, desde el Peñón del Cuervo hasta donde Sa caba todo…
Nunca lo esperamos y nos fue cercando poco a poco, pero el enemigo más terrible, el que te inoculan para que actúe desde dentro, ya estaba haciendo de las suyas para conseguir robarnos nuestro remanso de paz mediterráneo y poder realquilarlo o revenderlo para hacer negocio a nuestra costa con la vieja excusa de que todo vale en nombre del progreso y bla, bla, bla, como si la ciudad no fuera más que un trozo de mapa descarnado y sin identidad, como si la ciudad no fuera también sus habitantes y sus costumbres, su forma de ser, incluso su pobre gente humilde que no puede llegar y pagar a tocateja una casa sin ir antes a mendigar una hipoteca a los usureros de los bancos…
No ni ná…no lo esperábamos, pero tampoco nunca es tarde para reaccionar si te quitan lo tuyo, lo poco o mucho que tienes, aunque no tengas cargos, aunque no nades en la abundancia, aunque te conformes con lo sencillo porque en el fondo no necesitas mucho más, pero que no te quiten eso que te pertenece porque es tuyo por derecho y lo llevas bajo la piel, sin pensar en partidos, ni en sindicatos, ni en entelequias similares, sólo en la ciudadanía y en su lugar común de pertenencia, encajado en la bahía más bonita…
Nacidos, criados y empadronados en Málaga. Necesitamos respuestas. Ninguna solución razonable a la vista. Noviembre. Nueve. PREPARADOS, LISTOS… ¡YA!