He visto en las noticias que algunas ciudades empiezan a ofrecer refugios climáticos para los que no disponen de este lujo tecnológico. Poco o nada veo hacer a mi Ayuntamiento al respecto”

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PINIÓN. El Blues de la señora Celie. Por Ainhoa Martín Rosas
Licenciada en Sociología y diseñadora, @aimaro6

01/07/25. Opinión. Ainhoa Martín, socióloga y diseñadora (AQUÍ), en esta colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com escribe sobre el calor: “Regular la temperatura es cosa de vida o muerte pero, curiosamente, no debemos perder de vista el hecho de que el propio aire acondicionado es una de las causas de la Crisis Climática que, ya sin ningún género de dudas,...

...nos está azotando. Yo tengo ahí un dilema moral importante porque entiendo que no es lo más lógico enfriar el aire, sino acondicionar nuestro hábitat para hacer el calor más soportable”.

Refugios climáticos

No engaño al lector si le digo que escribir hoy me está resultando muy difícil con estas calores veraniegas: el sudor y la pegajosidad no ayudan en absoluto a concentrarse, máxime cuando una lleva ya unos días SOPORtando el sopor nocturno y despertándose de madrugada, buscando el consuelo de un buchito de agua y de alguna toalla mojada, las migajas para los pobres durante las noches de un verano que, sospecho, se nos va a hacer eterno, incluso a los defensores de la época estival.

En el mes de junio más cálido de la Historia desde que hay registros, según la AEMET, resulta inquietante el dato proporcionado complementariamente por el Ministerio de Sanidad y su sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (llamado MoMo): entre el 1 y el 21 de junio se produjeron en España 94 defunciones relacionadas con el calor, es decir, el triple de las que hubo en junio de 2024. Parece ser, pues, que invocamos al meteorito más rápido de lo que jamás habíamos imaginado.

El calor en España, y en Andalucía, está más que legislado en la normativa de Prevención de Riesgos Laborales, habida cuenta de que trabajar sudando la gota gorda a menudo conduce a una muerte trágica y completamente evitable. Regular la temperatura es cosa de vida o muerte pero, curiosamente, no debemos perder de vista el hecho de que el propio aire acondicionado es una de las causas de la Crisis Climática que, ya sin ningún género de dudas, nos está azotando. Yo tengo ahí un dilema moral importante porque entiendo que no es lo más lógico enfriar el aire, sino acondicionar nuestro hábitat para hacer el calor más soportable, pero no puedo evitar buscar a veces el supermercado de turno para entrar a darme un pequeño respiro….


Desde 2020 existe además una Ley para la climatización de los centros educativos basándose en las tecnologías más sostenibles, pero parece ser que corre poca prisa su dotación e implantación, tal y como ha señalado la Plataforma Escuelas de Calor repetidamente. Una duda que me asalta es si, en el despacho medio de cualquier cargo u organismo en nuestra Comunidad, lo que existe es un sistema de bioclimatización, o más bien un split de muchas frigorías… ¿tenemos algún censo por ahí?

Continúo escribiendo, cada vez con menos fuerzas, y llego a la conclusión de que, hasta que no haya un fallecimiento entre el alumnado o los docentes, hasta que no suframos una pérdida humana impactante e irreparable, aquí nadie se va a dar prisa en acabar con las castas climáticas, (con todas sus castas, en el sentido más gaditano de la palabra).

Porque los políticos que nos gobiernan no pasan calor. Los políticos, que se gastan el dinero que nos sisan en explotar mujeres;  los políticos, que se guardan las mordidas de comprar mascarillas;  los políticos, que colocan a sus parejas, hermanos y amiguetes donde es menester;  y los políticos, que conceden permisos de obra y aprueban ilegales estudios de impacto ambiental, como el de la Vega Mestanza, tampoco pasan calor. Normalmente tienen aire acondicionado en sus despachos y en sus casas, en las múltiples casas que van atesorando gracias al dinero que nos usurpan a todos… A ellos poco les importa el calor que afrontan las criaturas pasando mayo… los sudores en las sillas incómodas y duras del colegio, donde se te pegan las piernas, donde la pesadez circulatoria y mental de maestros y profesores, que luchan contra su propia naturaleza para poder seguir dando clase, se hace insoportable. Los políticos no notan nada porque están reunidos a puerta cerrada con el aparato a 18 grados y a disfrutar…

He visto en las noticias que algunas ciudades empiezan a ofrecer refugios climáticos para los que no disponen de este lujo tecnológico. Poco o nada veo hacer a mi Ayuntamiento al respecto. De hecho, esta tarde he sobrevivido a cruzar el llano del Chanquete, remodelado hace apenas un par de años, y me he sentido como el mismísimo Lawrence de Arabia atravesando el desierto. Se podría recuperar el calor emitido por esa solería y montar una central térmica ahí, dada la radiación solar acumulada en ese rincón del Palo… lo veo.

Dudo mucho que los políticos nos abran sus despachos y nos brinden la oportunidad de poder dormir unas cuantas horas seguidas sin despertarnos pegados a las sábanas, pero mientras fantaseo con llevarme el saco de dormir al Salón de los Espejos, y el genio Paco no me lo concede, me autoconsuelo diciéndome a mí misma que quizás los pobres políticos tienen todos el cerebro achicharrado y por eso no dan más de sí, como yo ahora.

Y pido disculpas a mis lectores porque este calor no me deja pensar, y no tengo despacho frigorizado al que huir. E imploro a las diosas esperando un poco más de cordura institucional para empezar a adecuar la ciudad a la que se nos viene encima, porque llegará un día en que no habrá Mitsubishi que nos salve, por desgracia. Esos 94 fallecidos sin duda son la prueba.

https://www.change.org/p/no-al-cierre-de-la-cafeteria-de-parcemasa