“Nos estamos jugando la democracia. Esa que nunca se ha terminado de asentar en nuestro país. Y la guerra se vive en tres grandes campos de batalla: el judicial, el mediático y el económico. Todos en manos de la derecha y la ultraderecha”
OPINIÓN. Diario de un poeta casi muerto. Por Sergio Domínguez
Entrenando personas para que no dejen nunca de serlo
02/05/24. Opinión. El entrenador deportivo Sergio Domínguez (@TrainerExtreme) escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre el lawfare: “El Gobierno en la figura de su presidente, Perro Sanxe, debe empezar por acabar de una vez con el secuestro por más de un lustro del CGPJ. Igualmente, son necesarias medidas contundentes para atacar el lawfare y...
...acabar con la impunidad de numerosos jueces que abren causas imaginarias contra políticos de izquierdas (Monedero, Pablo Iglesias, Irene Montero, Mónica Oltra…) mientras archivan causas contra dirigentes del PP pese a tener pruebas evidentes de los delitos”.
No los llames periodistas
Si prostituyen la verdad en base a intereses económicos, no los llames periodistas. Si te venden su opinión personal como si de una noticia se tratase, no los llames periodistas.
Si te dicen que llueve, pero no se han molestado siquiera en asomarse a la ventana para comprobarlo, no los llames periodistas.
Si trabajan en medios ruinosos que dependen específicamente de la mal llamada "publicidiad institucional" que, casualmente, siempre les da a dedo el Partido Popular a través de distintos Ayuntamientos y Comunidades Autónomas que gobiernan, llámalos sicarios, pero nunca los llames periodistas.
En los últimos días – en realidad llevamos años en la misma situación - hemos asistido a un nuevo intento de “Golpe Blando” llevado a cabo por jueces, medios y organizaciones afines al PP con el que hacer caer al gobierno progresista. Un juez, casualmente padre de una concejala del Partido Popular con gran amistad con Isabel Díaz Ayuso, principal beneficiada de esta situación, admite a trámite una querella contra Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, basada en recortes de medios conocidos esencialmente por la difusión diaria de bulos y que, de nuevo de forma “casual”, sobreviven gracias al dinero público que a dedo y sin ningún criterio profesional, les da la propia Ayuso.
Horas antes habíamos conocido que la pareja de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador, había intentado llegar a un acuerdo aceptando 8 meses de cárcel para evitar ir a juicio por sus múltiples delitos para con la Hacienda Pública.
Nada es casualidad: ABC, La Razón, El Mundo, Okdiario, The Objetive, El Debate, Libertad Digital y un sin fin más de medios financiados por la propia Ayuso y el PP con dinero público, han lanzado a sus huestes a intentar igualar a una persona inocente como lo es la esposa de Pedro Sánchez, con un delincuente confeso como lo es el novio de Ayuso. De hecho, el novio de Ayuso ha podido cometer dichos delitos gracias a esta. Ayuso inyecta dinero público en cantidades ingentes en el Grupo Quirón. Su novio consigue comisiones de estos que a su vez sirven para comprar una casa de lujo en la que vive la propia Ayuso y estafar a Hacienda. No. No es el caso del novio de; es el caso de Ayuso y el caso del Partido Popular.
Ante las pruebas evidentes que hacían imposible la defensa de semejante delincuente, el Partido Popular, sus jueces, sus sicarios mediáticos y todo este entramado de panfletos creados con nuestro dinero por el propio PP, han hecho lo imposible por repetir la triste hazaña que ya consiguieran decapitando a Pablo Casado. Hacer caer el que denuncia la corrupción afianzando al corrupto en su cargo.
En estos días donde se respira un lenguaje guerracivilista, es posible que la historia no esté tan desencaminada. Es el momento. Es el ahora o nunca del periodismo. Periodistas honrados como Silvia Intxaurrondo han abierto el camino a muchos periodistas y nos han abierto los ojos a millones de ciudadanos. Tal vez sí que haya una Guerra Civil actualmente en España. Tal vez nunca ha dejado de haberla. Porque permitimos que el franquismo siguiera como si nada en nuestras instituciones, controlando todo desde las sombras. Impidiendo que realmente ningún gobierno pudiese tomar medidas valientes y verdaderamente progresistas. Un día formaban parte de un régimen dictatorial y al siguiente eran demócratas convencidos. Y esta es la mayor farsa de nuestra mal llamada Transición.
Nos estamos jugando la democracia. Esa que nunca se ha terminado de asentar en nuestro país. Y la guerra se vive en tres grandes campos de batalla: el judicial, el mediático y el económico. Todos en manos de la derecha y la ultraderecha.
El Gobierno en la figura de su presidente, Perro Sanxe, debe empezar por acabar de una vez con el secuestro por más de un lustro del CGPJ. Igualmente, son necesarias medidas contundentes para atacar el lawfare y acabar con la impunidad de numerosos jueces que abren causas imaginarias contra políticos de izquierdas (Monedero, Pablo Iglesias, Irene Montero, Mónica Oltra…) mientras archivan causas contra dirigentes del PP pese a tener pruebas evidentes de los delitos.
En segundo lugar, urge eliminar la publicidad institucional o legislar para controlar hasta el último céntimo que en ella se usa. Se ha convertido en la mayor herramienta de corrupción periodística de nuestro país. Con ella se compran voluntades o se crean panfletos cuya única labor es lanzar bulos que luego sirven para acosar judicialmente a políticos de izquierdas.
Pero sobre todo, urge valentía entre los jueces y los periodistas honrados de este país a los que corresponde denunciar la corrupción en sus respectivos ámbitos. No podemos volver atrás.