“Había planetas desérticos habitados por civilizaciones nómadas, mundos gaseosos donde seres etéreos flotaban en las corrientes de aire, ciudades colosales construidas en asteroides”
OPINIÓN. Crónicas malacitanas
Por Augusto López y Daniel Henares. Ilustración: Fgpaez
26/06/24. Opinión. El escritor y profesor de escritura, Augusto López, junto con el también escritor, Daniel Henares, continúan con su sección semanal en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, ‘Crónicas malacitanas’ https://linktr.ee/cronicasmalacitanas, un folletín cómico cósmico malaguita, que recupera el espíritu de los folletines del siglo XIX. Está protagonizado por unos marcianos que visitan Málaga, lo que sirve...
...a los autores para hacer crítica social. Cada capítulo trae consigo además un dibujo del ilustrador Fgpaez.
19
Una vez la terrícola limpia y relajada, Tichy la invitó a su habitación, donde había dispuesto, en un mantel extendido en el suelo, las sobras de la cena de la noche anterior.
—Curioso, un pícnic de interior —dijo Victoria.
De la mesita de noche, Tichy sacó el cubo de Rubik y se lo mostró sonriente a Victoria.
–¿Ell universo es un cubo de colores? –dijo la joven intrigada, mientras mojaba en kétchup una papa frita recalentada.
– Este es un Dirax proyector —explicó Tichy—. Puede mostrarte el universo con sus razas, culturas y planetas. Es como un episodio de Cosmos, pero presentado por un extraterrestre.
Victoria se rió con ganas y se sentó en el borde de la cama. La habitación se llenó de una luz suave, y de repente, estaban rodeados por una proyección holográfica: pareciera que flotasen en el espacio.
—Se estima que el universo conocido contiene alrededor de dos billones de galaxias. De estas, hemos mapeado con exactitud un diez por ciento, unos doscientos mil millones de galaxias. Si consideramos que, en promedio, cada galaxia tiene cien mil millones de estrellas y que el número de planetas habitables suele ser del 0.1 por ciento, tendríamos dos trillones de planetas habitables. De estos, en una parte infinitesimal se ha desarrollado vida inteligente: unos doscientos billones de planetas, más o menos.
—¿Doscientos billones de culturas? —dijo Victoria, aturdida.
—No exactamente: hay numerosas civilizaciones galácticas e intergalácticas, que son las más longevas y, oye, facilitan el conteo. En el Gran Consejo Universal, se sientan representantes de aproximadamente cien mil civilizaciones avanzadas.
Victoria apuró de dos tragos una lata de birra. Eructó y dijo:
—Y los martianos, ¿qué pintáis en esta fiesta?
—Somos unos recién llegados: estamos en fase de prueba, de la que solo nos quedan unos tres millones de años. Entonces, nos darán una silla en el Consejo.
—Nada, pues paciencia. ¿Por qué no se ha invitado aún a la Tierra?
Tichy carrespeó, por un momento tuvo la tentación de ser delicado, pero tenía decidido contarle toda la verdad a su amiga:
—Según los parámetros del Consejo, estáis más cerca de las bacterias que de una especie civilizada.
—¡Oye!
—De hacer esa clasificación, nos encargamos los Observadores. Una división científica de élite, escogida entre las mentes más analíticas y lúcidas del universo.
—O sea, que eres un cerebrito cósmico. Anda, enséñame alguna cosa curiosa que haya por ahí.
La imagen del espacio fue reemplazada por una vista panorámica de un planeta cubierto de océanos turquesa y enormes islas flotantes.
—Este es Zelphor, hogar de los zelphoranos, una raza de seres acuáticos que viven en simbiosis con criaturas marinas gigantes.
—Es como un mundo sacado de una película de ciencia ficción —exclamó Victoria.
La escena cambió y mostró un planeta con vastas selvas bioluminiscentes.
—Lyxia, un planeta lleno de vida y luz. Los lyxianos son expertos en biotecnología, y sus ciudades están integradas en la naturaleza de un modo increíble.
Victoria observó maravillada mientras Tichy continuaba el recorrido por el cosmos y mostrando planetas y razas tan diversas como inimaginables. Había planetas desérticos habitados por civilizaciones nómadas, mundos gaseosos donde seres etéreos flotaban en las corrientes de aire, ciudades colosales construidas en asteroides.
—¿Y la pirolita, de qué planeta o sistema es? —preguntó Victoria.
—Es uno de los grandes misterios. Se sospecha que es una sustancia multiversal, la primera que se ha descubierto, pero no sabemos mucho más de ella, solo que es escasa y difícil de encontrar.
—A lo mejor es que se esconde.
—Es una roca, no tiene estructura orgánica, con lo cual ni está viva ni es consciente —razonó Tichy.
—Si es multiversal, podría ser roca en este y agua de colores en otro.
—Pero de ser así, se habría comunicado de algún modo.
—¿Tan creídos sois que no contempláis que algo o alguien no quiera saber nada del Súper Consejo?
Tichy se quedó pensativo.
—De ser así, Victoria —dijo—, podrías haber dado con la solución a nuestro problema.