“Un pueblo trifásico, multicultural, que estos últimos días ha sido noticia por las animaladas que se cometen con los animales y los humanos”
OPINIÓN. EL OBSERVADOR COSTA del SOL
Por Víctor Fernández
16/06/25. Opinión. Víctor Fernández escribe en esta colaboración en el suplemento COSTA del SOL de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre el maltrato a los burros en Mijas: “PACMA, que ha documentado en vídeos el sufrimiento de los animales, reunió a decenas de personas que se concentraron en la localidad malagueña de Mijas para pedir el fin de la explotación de los burros-taxi utilizados para el transporte...
...de turistas por el municipio”.
La alcaldesa de Mijas, burros, gallinas y cucarachas
Mijas no suele ser noticia en los medios. Y debería serlo. Ya es noticioso, per se, que un pueblecito enclavado en la sierra, de apenas cinco mil habitantes y más geriátrico que poblado juvenil, gobierne otras dos localidades y urbanizaciones que agrupan a más de cien mil habitantes efectivos. Mijas pueblo, el de los burritos explotados, según ha denunciado esta semana por enésima vez el partido animalista PACMA, tiene otros dos municipios satélites o colonias conocidos como Las Lagunas y otro, costero y playero, turístico y filón para abastecer los presupuestos municipales, llamado La Cala.
El primero de ellos, lamentablemente, es previsible que algún día dé de qué hablar. No se llama Las Lagunas por casualidad, sino porque tradicionalmente estaba compuesto por lagunas... de momento desecadas. Pero lagunas a fin y al cabo, donde en estos tiempos de especulación inmobiliaria se construyen miles de viviendas cuyos precios superan los 300.000 euros, recordemos: en zonas inundables.
En cualquier caso, sirva lo anterior como introducción a un pueblo que se gastó cien millones de euros en un hipódromo que se pudre año tras año, olvidado en lo más profundo del Macondo mijeño. Un pueblo trifásico, multicultural, que estos últimos días ha sido noticia por las animaladas que se cometen con los animales y los humanos. Pero siempre con un trasfondo zoológico y protagonismo indiscutible de su alcaldesa paracaidista, de burros y gallinas.
Mijas pueblo es zona rústica. Lo primero de todo fueron los burros. Con cierta frecuencia, Mijas protagoniza noticias que la vinculan con un maltrato animal que se nota desde que llegas a un pueblo que te recibe con un intenso olor a caca asnal y rebuznos lastimeros. Son los primeros síntomas. Síntomas confirmados por la denuncia de PACMA, que mostraba su repulsa al trato que reciben los pobres animales de cuatro patas.
PACMA, que ha documentado en vídeos el sufrimiento de los animales, reunió a decenas de personas que se concentraron en la localidad malagueña de Mijas para pedir el fin de la explotación de los burros-taxi utilizados para el transporte de turistas por el municipio. La protesta, convocada por el Partido Animalista PACMA bajo el lema “Corta su cuerda”, se celebró en el Mirador Hermanos Núñez Andreo.
Los animalistas denuncian que el maltrato animal no puede ser un atractivo turístico. “El burro-taxi es el emblema de Mijas y creemos que la explotación animal no debe ser símbolo de ningún municipio en el siglo XXI”, asegura Cristina García, vicepresidenta de PACMA.
Pero no conforme con el maltrato animal, la alcaldesa popular de Mijas, residente entre Fuengirola y Sevilla y paracaidista —así se llama a los cuneros y cuneras que se colocan políticamente en municipios ajenos a su quehacer diario—, tenía esta semana un plano movidito y ruidoso. Policías municipales y bomberos de la localidad protestaban a las puertas del Ayuntamiento contra las “lamentables” condiciones en que tienen que desarrollar su trabajo.
Los sindicatos CCOO, UGT, CSIF y UPLB protestaban el 11 de junio frente al Ayuntamiento de Mijas, coincidiendo con la celebración del pleno municipal, contra la precaria situación en la que se encuentran los cuerpos de Bomberos y Policía Local del municipio.
Entre las principales reivindicaciones de los sindicatos, recogidas en un manifiesto entregado al Ayuntamiento, destacan la paralización de la actual oferta pública de empleo para la Policía Local, la crónica falta de efectivos en ambos cuerpos, el mal estado del parque móvil y la vigencia de un convenio colectivo caducado desde 2015.
“Hace unos años éramos 160 efectivos; ahora solo quedamos 130 y, además, mal dotados: los coches están de pena, los chalecos antibalas deteriorados y a punto de caducar...”, denunciaba José Santiago, secretario general de la Sección Sindical de CCOO en el Ayuntamiento de Mijas. En el caso del cuerpo de Bomberos, el representante sindical alertó que “una reciente revisión médica detectó altos niveles de dióxido de carbono en sangre en varios efectivos de dicho parque, lo que achacan a la deficiente ventilación en las instalaciones, y donde además conviven con una plaga de cucarachas”.
Los sindicatos subrayaron que la protesta no responde a una demanda salarial, sino a la urgente necesidad de invertir en medios materiales que garanticen la seguridad de los trabajadores y de los ciudadanos de Mijas.
¿Y cuál era la reacción de la alcaldesa no electa —ocupaba el sexto puesto en las listas del PP—? Pues llamar gallinas a los miembros de la Policía y Bomberos presentes en la protesta. La señora alcaldesa no se ha enterado de que los derechos sindicales se recogen en la Constitución. Ya se sabe que la relación del PP con la Constitución Española siempre ha sido difícil. Que se lo digan a Feijóo.