Los medios, como pollo sin cabeza: anuncian la polémica, denuncian la broma, se hacen eco de que es supuestamente falso, pero ninguno indaga en qué ha sucedido. EL OBSERVADOR le ofrece dos versiones que demuestran un montaje

16/02/17. Opinión. La nueva polémica de la semana en YouTube la protagoniza Abel García, un malagueño de 27 años del barrio de Huelin. Subió hace escasos días una ‘prank’, lo que en la jerga de la web de vídeos es una broma pesada con cámara oculta. Simulaba el pedido de una pizza a Domino’s y al recibir el plato lo rociaba con gas pimienta, lo que causaba irritación tanto al pizzero como...

...al propio autor de semejante estupidez de vídeo. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com recoge los dos montajes superpuestos, un ejercicio de Pepo Jiménez, conocido en Twitter como ‘Kurioso’, y en el que se demuestra que tras el vídeo de Abel García hay un montaje. El ‘youtuber’ colgó la pieza original y posteriormente hizo un ‘making of’ en el que se ve cómo el propio García viste ropa distinta o el repartidor lleva unos zapatos distintos, no usa guantes o reacciona de forma distinta. Mientras, ni los medios ni las redes saben qué pasó realmente: García dice que lo que grabó sucedió de verdad pero demuestra un ejercicio de prepotencia diciendo que los ataques que está recibiendo son por “envidia” (sic) y que seguirá haciendo sus vídeos.

“PUES claro que es cierto, me arrepiento después de todo lo sucedido, pero es verdad”. Esta fue una de las primeras reacciones de Abel García cuando su vídeo con la pesada broma de rociar con gas pimienta a la pizza con un repartidor delante como víctima se hizo viral. La viralidad, que es a fin de cuentas lo que buscaba, también despertó su ego y su prepotencia: “Mi vídeo del gas pimienta solo despierta envidia: Mañana puedo ganar 25.000 euros con esto”. La policía dice investigar el vídeo aunque el ‘youtuber’ malagueño de Huelin también reconoce que nadie le ha llamado todavía.


TRAS el espectáculo del ‘caranchoa’ (un ‘youtuber’ que se dedicaba a insultar a la gente en la calle para ver su reacción y que recibió una sonora y viralizada bofetada de un transportista) o del adolescente de Barcelona que regaló 20 euros y un paquete de galletas rellenas de pasta de dientes a un sintecho por ver qué pasaba (literal), llega otra muestra de imbecilidad esta vez totalmente exportada desde Málaga, desde la barriada de Huelin. Un ejemplo de desclasado que ve apropiado reírse en su cara de los trabajadores. La cuestión es que no está tan claro que el vídeo fuese una broma real.

AUN sin que fuera una broma real, el vídeo sigue siendo una tremenda imbecilidad porque invita a hacer humor en momentos cotidianos y a costa del sufrimiento físico y ajeno. Es un vídeo que invita a la repetición y a la emulación. Y por ello los medios deben someterse a un profundo proceso de reflexión por cómo todos nos hacemos eco de ellos.

PEPO Jiménez, un usuario de Twitter conocido como Kurioso y con casi 100.000 seguidores en la red de microblogging, compartía ayer dos vídeos superponiéndolos. Según el tuitero, el primero era el vídeo original y el segundo eran fragmentos de un supuesto ‘making of’ o de un vídeo que después trató de resubir. El ‘youtuber’ insiste en que su producción es real, y sin embargo en ambos vídeos se ve a Abel García vistiendo chaquetas distintas, o al propio repartidor de pizzas con y sin guantes, con unos zapatos distintos en cada vídeo, o con reacciones y movimientos distintos, que responden a un ensayo. Puede ver los vídeos superpuestos y el tuit de Kurioso si usted pincha AQUÍ.



ABEL declaraba ayer a Málaga Hoy, en una pieza firmada por Inmaculada Montes (AQUÍ), que estaba “harto de subir vídeos que no tenían viralidad. Si el caranchoa ha triunfado, quería conseguir algo parecido”. Pocas luces que después asume el ‘youtuber’ como un error: “Me ha caído una muy gorda. No paro de recibir amenazas e insultos por cualquier red social. La culpa es mía por subir estos contenidos, pero no le eché el espray directamente en la cara, sino dentro de la pizza. No es algo tan grave, sólo quería seguir el ejemplo de AuronPlay, DalasReview o Wismichu” (otros conocidos ‘youtubers’, entre los que el propio Dalas es conocido por su discurso machista o conservador en un canal seguido por miles de jóvenes de todo el país).

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