General
OPINIÓN. FOTOS. Málaga antigua
Redacción
18/02/14. Opinión. Hoy EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com ofrece una comparativa de imágenes antiguas realizada en colaboración con el grupo de Facebook ‘Solo fotos antiguas de Málaga’ (ver AQUÍ) y con la página de la misma red, ‘Málaga Ayer y Hoy’ (ver AQUÍ). En esta ocasión, la comparación es el emplazamiento del cine Victoria de Málaga.
Hoy se celebra otra asamblea en la plaza de La Goleta contra la subida del agua y los cortes de suministro. La manifestación del lunes 20 ha sido autorizada
15/01/14. Sociedad. La plaza de La Goleta acoge hoy a las 19:30 horas una nueva asamblea ciudadana y abierta contra la nueva facturación del agua y contra los cortes de suministro. A ella asisten partidos políticos y asociaciones de vecinos, por lo que miembros de la asamblea confían en que hoy se constituya una plataforma contra la subida del agua. Informa EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com.
EL OBSERVADOR vuelve a sortear cuatro entradas para que los lectores de la revista acudan gratis al cine y les invita a ver los trailers de todas las películas
18/10/13. Cultura. Marley es el primer documental autorizado por la familia con material inédito y hasta ahora privado del autor jamaicano. Se proyecta el día 22 en el cine Albéniz. En la cartelera le acompañan obras como ‘Todas las mujeres’, ‘Como un torrente’ (solo el día 24), ‘Canibal’, ‘El médico alemán’, etc.
OPINIÓN. No hay derecho. Por José Cosín
Abogado
16/10/13. Opinión. El abogado José Cosín escribe sobre inmigración tras la tragedia de Lampedusa. Retoma su colaboración con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com para hablar de la “miserable” política europea contra la inmigración al tiempo que recuerda que existen “muchas Lampedusas españolas”, como Melilla, “un lugar donde los derechos
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EL OBSERVADOR decidió acogerse a esta licencia por varias razones:
La pretensión básica de cualquier medio de comunicación, y esta revista no es excepción, es llegar al máximo número de personas con el menor esfuerzo posible por parte del público. La información en Internet es y debe ser un bien común y compartido. La mercantilización y subsiguiente monetarización de la información con que trafican los grandes grupos es una de las causas de su crisis, que sobre todo están pagando los trabajadores y trabajadoras de la prensa y un público al que cada día se le sustrae un poco más de su derecho constitucional y democrático a recibir información veraz. Por otra parte, no puede existir una información fiable e independiente que no esté elaborada por equipos de periodistas que realicen su labor según criterios profesionales.
Llegar a todas las personas y hacerlo con información de calidad y veraz, ese es el objetivo de EL OBSERVADOR. Por esa razón, forma parte de la política de EL OBSERVADOR que su información sea utilizada con total libertad en blogs, webs, redes sociales y cualquier posibilidad que genere la propia dinámica de la Red.
Partiendo de esta convicción, es también objetivo de estar revista conseguir la máxima visibilidad y presencia, y la redifusión que los lectores puedan hacer de los contenidos significa una aportación de gran valor para EL OBSERVADOR. De hecho esta revista utiliza contenidos de otras publicaciones, siempre con el máximo respeto tanto por sus autores como por las plataformas en que se publican.
Excepciones
1. Los contenidos (de cualquier tipo: texto, infografías, imágenes, ilustraciones…) pueden provenir de otras empresas que no asumen licencia de CC y que aparecen en www.revistaelobservador.com por algún tipo de contrato, convenio o intercambio. Por tanto, EL OBSERVADOR no sería, en ningún caso, titular de ningún tipo de derechos sobre ellos, que hace uso de los mismos por su autorización expresa, como se consignará convenientemente. Eso significa que esos derechos no son transferibles ni EL OBSERVADOR puede autorizar nada. Cualquier persona que quiera hacer uso de esos contenidos debe ponerse en contacto directamente con el legítimo titular de los derechos y obtener de él la autorización.
2. Las viñetas también tienen autor. Aunque se acogen a CC, en ningún caso ni circunstancia se podrá hacer uso de ellas con fines comerciales.
La redacción
La revista EL OBSERVADOR está dirigida por el periodista Fernando Rivas, que a su vez es el propietario único y director de su empresa editora, Airon Sesenta SL. La plantilla indispensable para su edición diaria está compuesta por 4 personas como mínimo. Todas ellas se ocupan de todos los trabajos relacionados con la publicación: redacción, diseño, gestión informática, administración, publicidad, etc.
Los colaboradores
EL OBSERVADOR tiene una plana de colaboradores que cubre todo el espectro de la actividad humana: política, economía, medio ambiente, cultura, geografía, urbanismo, arquitectura, salud, entretenimiento… Al igual que ocurre con la actividad informativa, todos ellos poseen punto de vista personal, alto nivel profesional y técnico, singularidad estilística y un discurso propio.
Los nombres que se pueden encontrar en la web de EL OBSERVADOR serían suficiente motivo para pagar la suscripción a esta revista: Alfredo Rubio, Rogelio López Cuenca, Paco Puche, José Cosín, Juan Torres, Encarnación Páez, Ángel Idígoras, José D. Ruiz Sinoga, Dardo Gómez, Rubén Lirio, Alberto Montero, S. Moreno Peralta, Luis Callejón, Rafael Yus Ramos, Carlos Taibo, Fernando Wulff, Jorge Alaminos, Antonio Villanueva, Fernando Ramos Muñoz, Sergio Brenes Cobos, Anton Iván Ozomek, Eduardo L. Quintanilla, entre otros.
Línea editorial de EL OBSERVADOR
Espíritu crítico, rigor, veracidad y la indispensable independencia. El medio de comunicación que no sea capaz de unir estos cuatro conceptos en su práctica diaria a lo largo del tiempo puede estar transmitiendo información, pero en ningún caso estará haciendo periodismo. EL OBSERVADOR quiere hacer periodismo con un fuerte sentido crítico y una radical toma de partido por la independencia, la veracidad y el rigor. No hay otro medio local que publique en Málaga lo que EL OBSERVADOR lleva a sus lectores a diario. Así lleva más de 25 años.
La financiación de EL OBSERVADOR
EL OBSERVADOR tiene unos ingresos por publicidad que no llegan a cubrir los gastos que genera. Parte de los beneficios que su empresa editora, Airon Sesenta SL, obtiene de realizar otros trabajos se invierte en la revista. Esta empresa, como EL OBSERVADOR, no pertenece a ningún grupo de comunicación ni padece similares sinergias. No hay contratos, convenios ni acuerdos con empresas públicas ni privadas, ni con la Administración pública en ninguno de sus niveles. Tampoco tiene relación económica con ningún partido, ni sindicato, ni poder judicial, ni entidad religiosa, ni ningún otro organismo específico de los poderes públicos o privados del Estado o del capital.
La plantilla de EL OBSERVADOR divide su jornada entre las labores de la revista y la atención a los otros trabajos que sirven de fuente de ingresos de la empresa. Así ha sido desde los comienzos, y, aunque tenga sus contrapartidas incómodas, esta estrategia ha servido para garantizar la indispensable independencia de EL OBSERVADOR a lo largo del tiempo.
EL OBSERVADOR y la crisis de la prensa
EL OBSERVADOR fue un medio pionero en la reconversión digital. Hace más de 7 años que se dejó de publicar como revista impresa de periodicidad bimestral y pasó a ser un medio online que distribuye información de lunes a viernes. Cuenta con casi 25.000 suscriptores diarios.
Es importante saber que la digitalización por sí misma no significa una reducción de costes. Solo en apariencia. Crear y mantener tanto una plataforma permanente como un sistema de correo electrónico masivo suponen una inversión que, en la escala en que esta empresa se sitúa, no resulta inferior a la de imprimir 6 u 8 números de una revista de 64 páginas cada dos meses. A esto se añade un coste esencial: el del trabajo. EL OBSERVADOR necesita un equipo de 4 personas dedicadas a su gestión global.
La prensa informa habitualmente de la crisis económica por la que atraviesa el sector, y no es este el lugar para dar una explicación sobre esto. La realidad es simple: los ingresos por publicidad han apoyado pero nunca garantizado la sostenibilidad de EL OBSERVADOR, y la empresa editora, que lo mantenía con el margen de sus beneficios correspondiente, ha entrado en pérdidas, por otras razones, pero cuyo resumen es fácilmente comprensible: la crisis de negocio que afecta a todos los sectores afecta radicalmente a las empresas de servicios de comunicación y de gestión cultural, los campos en que se mueve Airon Sesenta SL.
EL OBSERVADOR y la crítica
EL OBSERVADOR es un medio crítico, hipercrítico cuando es necesario. Nada de esto se ha ocultado jamás (¿cómo podría, un medio de comunicación?). Quien se acerca a los textos de EL OBSERVADOR encuentra una perspectiva crítica y con frecuencia un lenguaje duro. No hay que aclarar que esto ha generado una base social de miles de seguidores que comparten la necesidad de una información veraz y sin contemplaciones, pero también una estética periodística alejada de esas convenciones que tantas veces se acercan a las componendas y buen entendimiento con determinados poderes. También ha causado no poca crítica, por los términos en que a veces se refieren a determinadas personas, entidades o instituciones, los textos aparecidos en la revista, especialmente en ciertos artículos de opinión.
La redacción de EL OBSERVADOR va a seguir siendo fiel a sus principios de libertad editorial, indispensable independencia, sentido crítico e, indudablemente, seguirá publicando textos corrosivos cuando la ocasión lo merezca. Este es un medio que se precia en dejar absoluta libertad a sus colaboradores tanto como a la propia redacción. El veneno en la palabra exige una convicción previa: nadie que, encaramado a un puesto público o desde una posición de privilegio de otra índole, menoscaba el espacio público puede pedir respeto político, profesional ni personal.
EL OBSERVADOR y el margen de participación del lector
“EL OBSERVADOR no tiene espacios para la participación del lector”. No es cierto. En los últimos años se identifica participación del lector con una pretendida obligación que adquiere cualquier medio de abrir foros en cada pieza publicada. Esta imposición viene asociada al supuesto carácter democrático: el medio que abre foros, es democrático; el que no lo hace, no lo es. La decisión de no dar ni un milímetro de espacio para la libre expresión de trolls e impresentables de diverso cuño protegidos por el anonimato nada tiene que ver con el carácter democrático de un medio. No es favoreciendo la visibilidad de estos grupos como se garantiza la participación de todas las personas en igualdad de condiciones. De hecho, es fácil comprobar el poder que estos colectivos tienen en Internet y su muy bien organizada y financiada capacidad para neutralizar cualquier discurso que sea coherente, inteligente y bien asentado. A esto hay que añadir de dónde y cómo obtienen su inspiración. Obsérvese la línea de pensamiento y acción de determinadas fundaciones asociadas a partidos y los argumentos más frecuentes en los foros de noticias. Nada es inocente.
Cosa muy distinta es la participación del lector. Nunca se ha impedido a nadie escribir una nota, un artículo, una colaboración o una carta al director en EL OBSERVADOR. Al contrario, siempre que alguien se pone en contacto con la redacción para matizar, contradecir o criticar una noticia o artículo de opinión recibe la inmediata invitación para enviar un texto en el que aclare su propia posición con total libertad. Solo hay una condición: su nombre se publica en el artículo.
EL OBSERVADOR privilegia la participación de las socias y socios
En esta nueva etapa, EL OBSERVADOR pasa de recibir sugerencias o informaciones de los lectores a abrir líneas informativas, debates, secciones y todo tipo de innovaciones a propuesta de socias y socios. Y no se trata de esperar a que se produzcan. EL OBSERVADOR pondrá en marcha un sistema de sondeos, consultas, encuestas y entrevistas con quienes se asocien a él. Por tanto, no se trata de permitir poner un comentario de unas frases al pie de una noticia, sino de implicar al lector en la marcha de la revista
OPINIÓN. Colaboración. Por Carlos Taibo
Profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM)
11/10/13. Opinión. El profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Madrid, Carlos Taibo, retoma su habitual colaboración con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com y aprovecha la ocasión para hablar de las subidas en las tasas y matrículas de, precisamente, las universidades públicas. “Decenas de miles de jóvenes, y acaso de no tan jóvenes, se han visto
OPINIÓN. Comercialmente hablando. Por Rubén Lirio
Director comercial Yerbabuena Software
10/10/13. Opinión. El pasado 29 de septiembre Wilson Kipsang batió el récord del Mundo de Maratón en Berlín (2:03:23). Un momento histórico para el mundo del deporte y del atletismo en particular que tuvo el privilegio y el honor de formar parte de él Rubén Lirio, uno de los colaboradores de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. Lirio relata en su nuevo artículo cómo le fue
OPINIÓN. La fachada indiscreta. Por Anton Iván Ozomek Fernández
Geógrafo y autor del blog ‘Edifeicios’
07/10/13. Opinión. El geógrafo Anton Iván Ozomek responde al columnista de diario Sur, Teodoro León Gross, que el 24 de septiembre publicó el artículo ‘Caer la Mundial’. El opinador del periódico de Vocento hablaba de una “histeria patrimonial” al hacer referencia a las plataformas vecinales que promueven la defensa de edificios como La Mundial. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com ofrece