Seguí quiere justificar que el mediocre proyecto del edificio ganó un concurso y declara a un medio: “El proceso se inició en 2015 con un concurso público abierto de proyecto técnico”. Mentira. Esa figura legal no existe. Él presentó unos papeles diciendo que quería hacer el rascacielos, y el Puerto dio un mes de plazo para que otros presentaran un proyecto semejante

La figura se llama ‘trámite de competencia de proyectos’, nada de concurso público abierto. El documento parte de un privado, que quiere hacer negocio, hacia el Puerto. Entonces, este pidió que, en el plazo de un solo mes, se presentara quien quisiera competir. En un ‘concurso’ el proyecto parte del Puerto hacia los privados

Calderón dice a otro medio: “Concurrimos, en su día, a un concurso público convocado por la Autoridad Portuaria, al que acudieron otros licitadores”. Es el mantra de Seguí. Mentira también

EL OBSERVADOR confirma lo que ya adelantó la semana pasada, que el PSOE y Adelante presentan una moción conjunta en el próximo pleno del jueves 28 del Ayuntamiento de Málaga pidiendo una consulta popular sobre la construcción del rascacielos del Puerto

Por Fernando Rivas
Editor de EL OBSERVADOR


25/01/21. Opinión. Sociedad. El proyectista y promotor inicial del rascacielos del puerto, Pepe Seguí, y el promotor profesional teledirigido, Ramón Calderón, siguen con su laborioso trabajo de mamporreros de la información y mienten para intentar salvar in extremis la construcción del mamotreto. Su otro promotor, Manolo Castillo, desde diario 'Sur', también...

Para justificar que el mediocre proyecto del edificio ganó algún tipo de concurso, lo cual le otorgaría un cierto consenso, miente Seguí. Y declara en un medio: “El proceso se inició en 2015 con un concurso público abierto de proyecto técnico” (AQUÍ). Mentira. Esa figura legal no existe en planeamiento. Queda bien, es bonita, pero es falsa. Hay concurso o no hay. Y en este caso nunca hubo. Él presentó unos papeles y unos planos diciendo que quería hacer el rascacielos, y el Puerto, según su imparcialidad, dio un mes de plazo para que otros interesados presentaran un proyecto parecido al que su oficina tardó meses en redactar.


Esta figura jurídica se llama ‘trámite de competencia de proyectos’ (AQUÍ), nada de ese invento que Seguí llama “concurso público abierto de proyecto técnico” a todo el mundo. El documento parte en este caso de un privado, Seguí, que quiere hacer negocio, hacia el Puerto. Entonces, el Puerto, pidió que en el plazo de un solo mes se presentara quien quisiera competir con un proyecto parecido. En un concurso, sin más, el proyecto parte del Puerto hacia los privados, no al revés. Y no se da un mes para un trabajo tan complejo como un edificio de 150 metros de altura. Se puede leer la noticia de la resolución del trámite en la web de la oficina de comunicación del propio puerto Malagaport (AQUÍ).

A Pepe Seguí, que no está boyante económicamente (leer José Seguí, el arquitecto del rascacielos del Puerto, desmiente que Hacienda le esté investigando ahora a él o a su empresa, ‘Estudio Seguí’. En el año 2013 fue condenado por fraude con un año de cárcel y una multa de cerca de 160.000 euros) se le ocurre este negocio del rascacielos en 2015. Pergeña unos documentos y unos planos de un rascacielos y busca donde está el mejor terreno público de Málaga para no tener que comprarlo: la plataforma del Dique de Levante. Habla con la administración propietaria, el Puerto, y luego busca a una oscura empresa con la que presentar el proyecto, los cataríes. Y eso hace. La autoridad portuaria abre entonces este trámite de competencia de proyectos, y da un mes y 8 días para que quién esté interesado presente un proyecto parecido, es decir, en un mes tiene que redactar el proyecto y buscar una empresa solvente que lo sostenga. Total solo es un edificio de 150 metros de altura con una sala de convenciones de 600 personas y un hotel de lujo. Algo que se hace en una siesta.


Por supuesto el trámite se lo dan a Seguí. Y entonces empieza eso que el llama una compleja tramitación burocrática y que no es otra cosa que cumplir la ley e intentar convencer al Gobierno de que se puede hacer ese edificio en ese sitio, porque según dicha ley es ilegal. Y el Consejo de Ministros tiene que dar su permiso. Algo que según los promotores debería hacerse deprisa y corriendo porque no es nada complejo. Solo hay que modificar mil cosas y en particular el Plan Especial del Puerto de Málaga, que también prohíbe lo que quieren hacer. Ya han pasado cinco años y casi todos los trámites. Y dado que el alcalde De la Torre es otro de los promotores ‘fiebres’ del proyecto, se aprobarán estas modificaciones del Plan Especial del recinto portuario en el pleno municipal de febrero. Y ya solo quedará que el Consejo de Ministros autorice que se construya ese rascacielos en ese lugar. Algo que seguramente no consigan los promotores. Y todo esto sin hablar (por demasiado largo) del estado de deterioro y degradación de la plataforma del Dique de Levante en la que quieren construir el rascacielos, Se puede leer aquí: EXCLUSIVA. EL OBSERVADOR publica íntegro el informe sobre el grave estado de corrosión del dique de levante del Puerto de Málaga, que su presidente, Carlos Rubio, y el alcalde, Paco de la Torre, han estado ocultando a los malagueños, y puede completarse con la información publicada AQUÍ.

Ramón Calderón

Seguí y los cataríes han buscado a otro mamporrero público y profesional para ajustar sus noticias a la opinión pública: Ramón Calderón. Un señor que no tiene ni idea del proyecto ni de Málaga pero que lo defiende como si le pagaran por ello. Aunque esto debe ser, ¿no? Y lo digo porque según declara a La Opinión “Lo más fácil, ante tantas complicaciones [cumplir la ley] y durante tanto tiempo, hubiera sido abandonar esta aventura, pero ha podido más la ilusión”… de ganar una pasta gansa, claro. Leer AQUÍ.


Este señor es otro de los que mienten en sus declaraciones y piensa que los malagueños son tontos inmemoriados. Empieza lo mismo que Seguí por decir que hubo un concurso. Mentira. “Concurrimos, en su día, a un concurso público convocado por la Autoridad Portuaria, al que acudieron otros licitadores, resultamos adjudicatarios del proyecto objeto de esa licitación, e iniciamos un largo camino durante cinco años para llegar hasta aquí”. Completamente falso según se ha explicado.


Pero va más allá, y cuando le preguntan por el deterioro y degradación del Dique de Levante donde quieren levantar el rascacielos, que técnicos del CEDEX del Ministerio de Fomento han asegurado en un severo informe que ha perdido toda la vida útil que podía tener por usarse hormigón de baja calidad al construirse, al mejor estilo Trump dice que nada de nada: “Según el estudio de arquitectos, que ha elaborado el proyecto, se trata de una afirmación sin base alguna”. Es un poco de locos.

Amenaza con irse si se le ponen pegas a ver si así se recula. Como Trump: “Si nos permiten terminarlo, encantados e ilusionados por llevarlo a cabo, pero si no es así, «cogeremos las maletas» y, con gran pesar, tendremos que abandonarlo”. Pues claro, como cualquiera que no cumpla la ley. Calderón habla en todo momento en plural, como el Papa, como si él hubiera estado en el proceso desde el principio cuando solo llevas unos días. Merece la pena leerlo porque es un paradigma del Trumpismo. Miente que algo queda. Hace cinco años ni sabía que existía Málaga y mucho menos un rascacielos. La guinda es como ha conseguido que un proyecto de poco más de 100 millones de euros se haya doblado y se hable ahora de uno de 200. Y lo ha conseguido solo diciéndolo. Sin dar prueba alguna de en dónde se gastarán y de dónde saldrán. Eso sí, todos los medios como loros hablan ahora de un proyecto de 200 millones. Esto no es la elección de un presidente, ¿pero a que suena la forma de manipular?

Moción consulta popular

EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com confirma lo que ya adelantó la semana pasada, que el PSOE y Adelante presentan una moción conjunta en el próximo pleno del jueves 28 del Ayuntamiento de Málaga pidiendo una consulta popular sobre la construcción del rascacielos del Puerto.

Manolito Castillo y Sur

(No merece la pena perder el tiempo con esta parte)



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