Las posibles lámparas de uso que se hayan podido encontrar en la cueva, aunque se demostrase la intervención del hombre en ellas, no son suficiente motivo legal para lograr la protección de la oquedad, ni arqueológica ni medioambiental, así que se volaría
Cultura se niega a que se explore a fondo. Medio Ambiente, con el informe ‘caliente’ que le remiten, podría forzar una exploración de la cueva en busca de algún hallazgo medioambiental o biológico contemplado en la legislación que pudiera protegerla, si no, se volaría
OPINIÓN. Por Fernando Rivas
Editor de EL OBSERVADOR
02/09/21. Opinión. El informe realizado por Arqueotectura sobre la recién descubierta Cueva de la Araña en la cantera de la Cementera ya está en manos de la delegada de Cultura de la Junta de Andalucía en Málaga, la popular Carmen Casero. Es el informe que la delegación exigió a la propietaria de la cementera, Financiera y Minera Heidelberg Cement Hispania, que contratara y pagara con...
...esta empresa, ha sabido EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com de fuentes de la propia delegación.
La delegada de Cultura de la Junta de Andalucía en Málaga, Carmen Casero (PP)
Después de verlo los técnicos de Cultura, el problema que le surge a Casero es que el informe, tal y como adelantó esta revista, dice que no hay nada de interés para conservar o proteger en la cueva, por lo que la cantera puede seguir con su actividad y volarla para fabricar cemento. Y es un problema porque el revuelo mediático que se ha conseguido levantar en torno a este descubrimiento, al que esta revista ha aportado datos inéditos, hace que el informe se haya convertido en una gran patata caliente con la que la inexperta delegada Casero no sabe qué hacer. Para quitársela de en medio se la pasará a la delegación de Medio Ambiente de la Junta, para que lo estudie y decida si del mismo se desprende la necesidad de realizar una exploración de la cueva a fondo, más allá de la insuficiente y simple inspección ocular que se ha llevado a cabo.
Según las fuentes consultadas, si la delegación de Medio Ambiente no encuentra restos medioambientales o biológicos de suficiente entidad como para ser protegidos con la legislación actual, que es muy restrictiva, no se podrá conservar la oquedad. Aquí podría incidir lo que aporta el biólogo Óscar Gavira sobre la posible existencia en la gruta de ejemplares de milpiés Tonodesmus bolivari, una especie que se encuentra extinta en el país, como publica La Opinión de Málaga (AQUÍ). La cuestión es que para asegurar la existencia de que esta especie se encuentra en ese hábitat, hay que realizar una exploración a fondo de la cueva con las necesarias catas, no una simple inspección ocular como se ha realizado. Medio Ambiente puede hacerlo si considera que hay suficientes datos para justificarlo. Cultura ha desistido de esta posibilidad y es partidaria de volar la cueva al entregársela tal cual a la Cementera para que continúe su labor.
Lámpara de uso sin valor suficiente
Por otro lado, también La Opinión de Málaga, publica una fotografía extraída del expediente de Arqueotectura, en la que se ve una posible lámpara de uso que el arqueólogo Julián Ramos señala como similar a las del vecino yacimiento de La Araña (AQUÍ). Pero también, según la actual legislación sobre Patrimonio, habría que explorar a fondo la cueva y específicamente la ubicación de esa lámpara de grasa para comprobar que hay carbón o restos bajo lo que aparenta estar quemado, y no simplemente los restos de la concreción de la cueva. Y es que, según la ley, nada proteccionista y que siempre defiende al propietario del terreno, tampoco es suficiente ese hallazgo para darle protección a la oquedad.
Es decir, según varios profesionales consultados de reconocida experiencia, que lo aseguran sin ninguna tipo de duda, aunque lo encontrado sea una o dos lámparas de uso, no sería suficiente motivo legal para proteger la cueva, según lo que hay legislado. A lo más que se podría aspirar es a hacer un estudio más profundo, documentar, datar y la cueva sería volada después. Apenas hay protección para este tipo de oquedades y la Junta no permite excavar prácticamente a nadie.
Y es que para proteger la cueva habría que expropiarla. Las llamadas Cuevas de la Araña, en plural, las que se encuentran en la misma Cementera pero al sur, pegadas a la carretera, están muy alejadas del área de trabajo de la cantera y la empresa las ha considerado siempre como algo residual y por eso permite que se utilicen. Pero esta nueva cueva se ubica en el corazón de la Cantera, lo que paralizaría la producción de la fábrica. Son incalculables los millones que la administración tendría que pagar por estos terrenos, y enfrente tendría al formidable equipo de abogados de esta empresa multinacional del cemento. Algo impensable.
Lo que nadie relacionado con este mundillo de las cuevas, la espeleología, la arqueología, la geología, el medioambiente, etc., comprende, es cómo no deja la delegada de Cultura de la Junta, Carmen Casero (PP), que se lleve a cabo una inspección a fondo de la oquedad, al menos para explorarla, hacer catas, cartografiarla y datarla con medios técnicos serios. Al menos que permita este trabajo. A no ser que proteja otros intereses desconocidos para todos menos para ella.
Cuando Medio Ambiente reciba el informe que le traspasa con tanta prisa Carmen Casero, debería ordenar esta amplia exploración de la cueva a la que Cultura se niega. Aceptar el ofrecimiento altruista de la Federación Andaluza de Espeleología para que sus técnicos, geólogos, arqueólogos, espeleólogos… hicieran una detallada exploración y redactaran un informe independiente, no pagado por la Cementera, sobre lo que se encuentra en realidad en la cueva. Nadie entiende, o nadie quiere entender, por qué la delegada Casero es tan oscurantista sobre todo lo relacionado con ella, no habiendo permitido ni a los arqueólogos de la propia delegación entrar en la misma. ¿Por qué razón? Sólo ella lo sabe.
Esto lleva a leer en los medios informaciones que rozan el esperpento, y todo por seguir instrucciones de autoridades políticas o empresariales. Como lo de que han tapiado la entrada a la cueva (y a muchas más encontradas en la cantera) porque así lo dice la ley. Es imposible encontrar en la ley de Patrimonio el artículo donde dice que hay que tapiar las bocas de las cuevas. La ley habla de protegerlas (hay mil formas), no de enterrarlas en vida para que no hablen. Se sabe quiénes son los que tienen la costumbre de hacer esto.
Leer AQUÍ más informaciones relacionadas con la Cueva de la Araña y Financiera y Minera Heidelberg Cement Hispania, la empresa propietaria, la más contaminante de Málaga.