Cassá asistió el lunes al “esplendoroso” pleno de Del Cid y apoyó en las redes a De Miguel por su traición. Se conocen de Ciudadanos. Entre los dos sostienen al PP en dos de las ciudades principales de Málaga y en el ente provincial. El marrullero político Cassá y el no menos De Miguel estarían gestando una maniobra de alcance

OPINIÓN. Por Fernando Rivas
Editor de EL OBSERVADOR

22/12/21. Opinión. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. El pleno del pasado lunes del Ayuntamiento de Torremolinos en el que la ‘íntima’ amiga del consejero Elías Bendodo y del presidente Juan Manuel Moreno, Margarita del Cid (PP), le quitó la alcaldía a Pepe Ortiz (PSOE) con una moción de censura, tuvo como protagonista a Nicolás de Miguel, el concejal tránsfuga de Ciudadanos que le dio el voto que le hacía falta para alcanzar la mayoría absoluta (AQUÍ)...

Pero hubo un coprotagonista de igual valor que De Miguel presente en esa mala obra política que se representó en aquellos salones, aunque no intervino, Juan Cassá, otro concejal tránsfuga que da su voto al alcalde De la Torre (PP) en el Ayuntamiento de Málaga y a Francis Salado (PP) en la Diputación Provincial para que también puedan seguir mandado con mayoría. Y al terminar la sesión, ambos se fueron a reunirse con un café por delante a un bar cercano al Ayuntamiento. ¿Se prepara una nueva marrullería política protagonizada por el dúo tránsfuga? Los idus de marzo dicen que sí.



Cassá, desde el lugar que le correspondía, pudo ver como su ‘excolega’ de formación política (cada uno ha pasado por dos o tres partidos y entre uno y otro pase coincidieron en Ciudadanos) hacía algo que para él es ya una costumbre: vender su voto. Ambos políticos, que aspiran a vivir del cuento público, digo, del erario público siempre, se incluyen voluntariamente en lo que ya se denomina el partido ‘¡Te Vas A Enterar!’: “¿Que no me pones un pedazo de sueldo?… ‘¡Te Vas A Enterar!’“. “¿Que no colocas a mi cuñado, primo o pariente?... ‘¡Te Vas A Enterar!’”. “¿Qué no puedo ir de viaje por la cara por medio mundo?... ‘¡Te Vas A Enterar!’”. “¿Etc.?... ‘¡Te Vas A Enterar!’”.


Juan Cassá, el lunes por la mañana, a las 09:17 h, ya había expresado su ferviente pero contenido apoyo a Nicolás de Miguel en un tuit colgado en su perfil en el que se puede leer: “El concejal que hoy cambiará el Gobierno de Torremolinos: “Los derechos LGTBI son fundamentales, pero también lo es el derecho a que las calles estén limpias”, y adjuntaba la noticia del diario Sur en la que se daba una entrevista con el concejal tránsfuga De Miguel.


Más tarde, a las 15:44, una vez acabado el pleno, añadiendo fotografías de Del Cid sosteniendo su bastón de alcaldesa, volvía a tuitear: “Enhorabuena Margarita del Cid. Ha sido un honor acompañarte en el día en que has cumplido un sueño. Esto es el principio y sé que ahora, como alcaldesa, te vas a seguir dejando la piel para que Torremolinos recupere todo su esplendor”.


Y cuando terminó el pleno, Cassá se fue a un bar cercano al Ayuntamiento a tener la que puede ser otra reunión de trabajo con De Miguel, con un cafelito por delante. ¿Querían que los vieran? No se sabe, pero los vieron, claro. ¿Preparando otro golpe de transfugismo contra alguien? ¿Planeando su desembarco en el PP y en sus listas que ya no puede rechazarlos? ¿El lanzamiento oficial del partido ‘¡Te Vas A Enterar!’ a escala planetaria?


Dejando la sátira aparte, concejales o políticos de esta ralea son peligrosos y se deberían apartar de la política. En España la raza ‘político’ está en peligro de extinción y los ciudadanos creen ya que con toda la razón del mundo. Un nuevo ejemplo aflora por el horizonte. ¿Cuánto tardará el último político fracasado y dejado de lado por su formación y por los contubernios en alistarse al partido ‘¡Te Vas A Enterar!’? Hablamos del recién calentito exalcalde de Torremolinos (PSOE) Pepe Ortiz, que tras correr como un galgo para ser el primero que le brindase pleitesía a Juan Espadas, no ha conseguido formar parte de su ejecutiva ni de su entorno íntimo y además ha perdido la alcaldía de su pueblo al que tanto quiere y tanto le debe. El tiempo lo dirá.

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