OPINION. Querido Diario
Por Fernando Rivas. Director de EL OBSERVADOR

24/01/14. Opinión. MIÉRCOLES 23 de enero de 2014… Querido Diario… uno sabe a ciencia cierta cuándo no debe comentar de palabra u obra, escribir o simplemente pensar en algo porque hacerlo reportará problemas… esto que estoy empezando a contarte es de esa categoría… pero sigo la máxima que apunté el primer día que inicié esta sección… ‘pa lo que me queda en el convento…’… hago referencia, querido Diario, a una columna que leí hoy en la tarde noche en la Red en el diario local Sur firmada por alguien que trabaja en Cultura de la Diputación llamado Martín Moniche (…hoy no me toca hablar de él…) titulada Alfonso…

Luego, se hizo eco de ella, lo que originó su repercusión y seguimiento en la Red, la profesora de la UMA Tecla Lumbreras… y, querido Diario, ni se me hubiera ocurrido escribir de este hecho si no fuera porque veo que eso es lo que prefiere Tecla… mostrar en público un dolor que le debe parecer desgarrador… porque resulta que Alfonso fue la pareja de Tecla y la columna glosa su figura y lamenta su reciente desaparición… una sentida necrológica… un obituario electrónico…

NO he conocido a Alfonso… no sé quién es ni a qué ha dedicado su paso por esta vida… supongo que, como todos nosotros, ‘vino a llevarse la vida por delante’… y, como todos, habrá hecho lo que ha podido… y desde aquí, y como me ocurre casi siempre, siento que alguien sufra… en este caso Tecla… porque a ella sí la conozco desde hace miles de años… prácticamente desde todos los que llevo en Málaga, en donde desembarqué en 1976… hace 38 años ya… más de la mitad de mi vida… pues sí, a Tecla la conozco desde que ayudé, junto con mi amigo de entonces el artista Francisco Navarro Guille ‘El Guille’ (…es el que ha creado y levantando las letras/esculturas de los nombres de las playas que hay en algunas de la ciudad… aunque esta es otra historia…) al grabador Paco Aguilar a trasladar los restos de un taller que su maestro José Faria tenía en lo que se llamaba Callejones del Perchel y que ahora es el horroroso Centro Comercial Larios… y es que en aquellos tiempos (…serían finales de los 70…) allí estaba la fábrica de ginebra Larios… más tarde, en un pedazo de operación especulativa en la que participó el Ayuntamiento y que marcó el inicio de la disparatada subida de los precios de los pisos en Málaga, se convirtió en la selva de bloques que es ahora… (…aunque esta es otra historia…)…

COMO decía, a Tecla la conozco a través de Paco, porque desde siempre son muy amigos… incluso unos años más tarde Tecla y yo estuvimos juntos en el primer ensayo que se hizo en Málaga para abrir una tienda dedicada al Arte... ‘EnTienda de Arte’ se llamaba y estaba en una esquina de la calle Echegaray… (…aunque esta es otra historia…)… ahora hay un bar, claro… la tienda la abrimos con cuatro personas más y con obras de un montón de artistas locales… aquello, como casi todo, no terminó bien… luego hemos seguido nuestras trayectorias sabiendo qué hacemos cada uno aunque no nos viésemos nada más que ‘de vez en cuando, de vez en cuando’… como ocurre con las 100 personas ‘que van a todos lados’ y que son de nuestros tiempos… vamos, que nos conocemos… pero bueno, a lo que iba, querido Diario,… mi asombro, producto evidente de mi contumaz ignorancia, no es que un amigo (…en este caso Moniche…) lamente la pérdida de alguien muy querido para otro amigo… mi asombro es que se haga a la vista de todo el mundo para, supongo, entre todos se comparta el dolor y sea más llevadero… así, en un montón de perfiles de Facebook se comenta, se aprietan me gusta con referencia a una muerte y se puede leer quién es de verdad amigo y a quién lo mueve la participación solidaria o la obligación educada de mitigar un dolor que parece gritar “echarme una mano que para eso me he puesto aquí a la vista de todos”…

IBA a seguir anotando ideas que me vienen a la cabeza pero creo que está claro lo que quiero decir aunque no sepa expresarlo más exactamente… y si no lo está, pues también… a mí, la verdad, me importa un pepino lo que digan de mí o hagan conmigo una vez que me muera… afortunadamente, no estaré… supongo que es cuando uno descansa de verdad… mi contribución electrónica a este duelo público es copiar el conocido poema de Jaime Gil de Biedma No volveré a ser joven, de sus Poemas póstumos de 1968… que ya será inolvidable para muchos de los que lo lean por primera vez…

NO VOLVERÉ A SER JOVEN

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

Poemas póstumos, 1968

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