OPINIÓN. Lecturas impertinentes
Por Paco Puche. Librero y ecologista
15/05/19. Opinión. El librero y ecologista Paco Puche escribe en una nueva colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre el ‘I Congreso Internacional de Educación Crítica e Inclusiva’ que se desarrollará durante los días 27 y 28 de septiembre en la Universidad de León. “Trato asuntos como advertencia y recordatorio para los presentes en este prometedor Congreso de Educación Crítica. Como su...
...mismo nombre indica, la principal educación es la que capacita a las alumnas y alumnos a ser críticos, a no ‘chuparse el dedo’ cuando les lleguen la avalancha de influencias que el capitalismo lanza al mercado de todo lo que es susceptible de producir beneficios, y las otras avalanchas de ideologías de clase, género, sexo, raza, especismo, supremacismo etc. Educación crítica es la clave, sí señor. Hay que apuntarse a oír los desarrollos que esta iniciativa promete. Sea muy bienvenida y de la mano de tales activistas y maestras”, indica Puche. Que añade que “como la preponderancia de la educación católica y cristiana y otras de la misma especie ya no son suficientes para el gran capital y sus brutales dinámicas, disfrazado de lo que haga falta, se esconden detrás de la filantropía, y con abundantes recursos (monetarios y de todo tipo) se están lanzando a la conquista de las escuelas (también de los movimientos sociales alternativos, que van a por todo). Hablo de una injerencia mucho más sutil. Me refiero a fundaciones, claramente procedentes del gran capital, que están apostando en España y el mundo por establecer una injerencia legitimadora de la ideología neoliberal, de mercado, del beneficio, de la iniciativa privada como gran solución, de tratar la desafección a lo público y lo comunitario”.
Sobre las Jornadas de Educación Crítica de León, 2019
DESDE Rebelión se vienen anunciando unas jornadas internacionales de Educación Crítica, a celebrar en León en septiembre de este año, en las que se contará con gente de la Universidad de Málaga a la que conozco bien, por ser mis conciudadanos y haber coincidido en torno a Humberto Maturana, y en las que estará Yayo Herrera como plato fuerte. A la que conozco bien también por estar ambos en Ecologistas en Acción desde tiempo inmemorial y haber coincidido en muchas ocasiones. La última hace unos meses en Zamora, ella con sus prédicas ecofeministas y yo con las mías sobre el amianto y el filantrocapitalismo.
LA Iglesia Católica enseña muchas cosas, algunas muy malas con su mal ejemplo en casi todos los campos y otras a considerar, dada su “sostenibilidad” a lo largo de siglos. No me refiero al alarde y realidad de su principio de igualdad cristiana, que es de los ejemplos a considerar, que en buenas gentes que son multitud, hace un efecto muy positivo y dan ejemplos muy relevantes, me refiero al asunto que nos trae que es a la educación. La Iglesia ha tratado siempre de tratar de dominarla o estar muy presente (el caso español no es único) a los efectos de dejar en los niños y niñas el imprinting que sabemos que es muy sólido a estas edades. Es pues la mejor forma de ganarse el cerebro y el corazón de la juventud para que cuando sean mayores y tengan poder, su poder, el de la Iglesia, quede en parte asegurado, porque tampoco son tiempos dulces para esta institución milenaria, incluso con Francisco haciendo lo que puede.
LOS católicos han luchado siempre por tratar de dominar este espacio para poder hacer su adoctrinamiento con el justificante del mandato neotestamentario que les ordena aquello de “id por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15), es decir se les conmina a hacer proselitismo. Todos y todas, personas y organizaciones tratamos de hacer algo parecido. Nada que objetar. Aunque hay quienes tratan de hacerlo con el ejemplo y no con las promesas de eternidad o del miedo al castigo, también eterno.
PERO no trato de hacer una crítica o una apología de la Iglesia Católica en la que he crecido, y de la que he abjurado tiempo ha. Trato de otros asuntos como advertencia y recordatorio para los presentes en este prometedor Congreso de Educación Crítica. Como su mismo nombre indica, la principal educación es la que capacita a las alumnas y alumnos a ser críticos, a no “chuparse el dedo” cuando les lleguen la avalancha de influencias que el capitalismo lanza al mercado de todo lo que es susceptible de producir beneficios, y las otras avalanchas de ideologías de clase, género, sexo, raza, especismo, supremacismo etc. Educación crítica es la clave, sí señor. Hay que apuntarse a oír los desarrollos que esta iniciativa promete. Sea muy bienvenida y de la mano de tales activistas y maestras.
PERO este asunto, evidente, no es el que impulsa a escribir. Estas reflexiones en cierto sentido son muy conocidas. Es otra reflexión menos extendida a juzgar por el panorama con que me he encontrado en los últimos años. Me refiero a que lo que se dice de Yayo en la presentación aludida: “Yayo Herrero plantea cambiar radical y estructuralmente de modelo, para acabar con el actual del capitalismo caníbal que explota a las mujeres y esquilma pueblos y países y destruye este planeta que nos mantiene. Desde una perspectiva ecofeminista aboga por una auténtica revolución educativa”. En ello estamos.
PERO resulta que como la preponderancia de la educación católica y cristiana y otras de la misma especie ya no son suficientes para el gran capital y sus brutales dinámicas, disfrazado de lo que haga falta, se esconden detrás de la filantropía, y con abundantes recursos (monetarios y de todo tipo) se están lanzando a la conquista de las escuelas (también de los movimientos sociales alternativos, que van a por todo). Sutilmente, por ejemplo, con el Plan Bolonia, e imitando los modelos anglosajones de dar entrada en las universidades a la iniciativa privada (bancos y grandes empresas) se acaba en becas y deudas para toda la vida de los estudiantes, entre otras cosas.
PERO hablo ahora de una injerencia mucho más sutil. Me refiero a fundaciones, claramente procedentes del gran capital, que están apostando en España y el mundo por establecer una injerencia legitimadora de la ideología neoliberal, de mercado, del beneficio, de la iniciativa privada como gran solución, de tratar la desafección a lo público y lo comunitario, aunque nos vengan diciendo lo contrario a veces, y que por cooptación de gentes con prestigio de nuestras organizaciones llamen a nuestras puertas y se las estamos abriendo de par en par. Llevo diez años haciendo estas advertencias con flacos resultados. Por ello insisto, con ocasión o sin ella.
La fundación Ashoka y las Escuelas Changemaker
ME voy a centrar en las propuestas de la Fundación Ashoka, galardonada con el premio Príncipe de Asturias en 2011, a los seis años de implantarse en España, evidentemente de la mano del establishment del capital hispano y el apoyo de la embajada americana.
PARA empezar, consultemos su página web y oigamos los dos vídeos que nos ofrecen, repletos de lenguajes vacíos y crípticos, y que con dos palabras resuelven todos sus discursos: cambio y ecosistemas; y nos dejan ver su voluntad imperial.
https://spain.ashoka.org/wp-content/uploads/2018/01/Folleto_A5_v4-1.pdf
Consultada el 10 de mayo de 2019.
EN 2016, hice una consulta a las páginas de Ashoka, de las que voy a sintetizar lo que decían. En la actualidad, esa página no es posible encontrarla en la dirección en que la encontré: (http://spain.ashoka.org/sites/spain.ashoka.org/files/Folleto%20General_2015_FINAL.pdf), pero tuve la diligencia de publicar y glosar en 2016 lo sustantivo que allí se decía, que paso a mostrar a continuación:
“EN un folleto digital sin fecha (pero que es de 2015 por los datos que aporta) Ashoka se presenta de nuevo en España (1) con toda una declaración de intenciones muy clara: “empezando por la educación”. Lo concretan con el siguiente programa: “A nivel mundial, en los próximos tres años, Ashoka incluirá en esta red a más de 600 colegios de primaria, 600 institutos y 100 universidades de todo el mundo, incluyendo 15 escuelas y dos universidades en España”.
¿PARA qué? Para hacer una revolución, “porque todos podemos cambiar el mundo” como reza su lema central. ¿En qué sentido se ha de dar este cambio? A favor de las empresas realmente existentes (multinacionales especialmente y otras más pequeñas). Lo declaran así: “Necesitamos que las empresas den un paso adelante y lideren el cambio creando nuevos tipos de alianzas con emprendedores sociales para crear un verdadero impacto en la sociedad. Ashoka busca cambiar el paradigma en la implicación social de las empresas”. María Zapata, la que fuera directora de Ashoka, lo explicita más claramente: “Los emprendedores sociales trabajan con esas poblaciones (los pobres) y su labor es acercar a las multinacionales hasta ellas”. Y como unos pocos no pueden (se refiere a la treintena de emprendedores seleccionados ya en España) invocan una “bacanal” de hacedores de cambios o changemakers. (“Desgraciadamente los emprendedores sociales no pueden solucionar todos los problemas del mundo. Para lograr un cambio a gran escala se necesita la colaboración de cada uno de los actores de la sociedad, desde los niños hasta las empresas y las administraciones públicas. Necesitamos construir un mundo de Changemakers”, o como dice el pope magno, Drayton, “el problema dejará de superar a las soluciones cuando todos seamos agentes de cambio”), todo ello para el progreso de las empresas capitalistas.
PUEDE seguir leyendo el artículo completo AQUÍ.
NOTA (1): Uno de los ínclitos cooptados por AVINA, el líder del agua Pedro Arrojo, en sus discursos sobre los tres derechos del agua (agua como derecho básico, agua como derecho de ciudadanía y agua para hacer negocios, que supone el 80% de la disponible) se refería explícitamente al derecho de hacerse ricos y de estos a hacerse aún más ricos. Estuvo de socio-líder de AVINA con sus beneficios más de diez años y nadie le tosió. Bueno yo sí, pero no fue hasta 2009, fecha en que con mi escrito de denuncia salió de la filantrópica, después de más de diez años en su seno. Hasta hoy, que yo sepa, no ha pedido perdón a los cientos de miles de víctimas del amianto, por su labor de legitimación y encubrimiento del asesino Schmidheiny.
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