Profesor de la Universidad de Málaga

OPINIÓN. Mutatis Mutandis. Por José
Damián Ruiz Sinoga
Profesor de la
Universidad de Málaga
05/05/11. Opinión.
El profesor José Damián Ruiz Sinoga se suma a la plantilla de colaboradores de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com y estrena su sección
con un artículo en el que analiza el cambio del sistema operativo DLT 1.0 -“lento, procesa con dificultad, y en la mayoría de las veces,
se cuelga”- al sistema DLT 3.0 -“versión improvisada, poco ‘friendly’, ajena al
hardware sobre el que debe actuar, y en definitiva, escasamente operativa y
fiable”. “Y sí -recuerda Sinoga- conozco a Paco de la Torre desde hace 25 años…”.
DLT 3.0
Y sí, yo conozco a Paco de la Torre desde hace 25 años.
Desde que coincidíamos desayunando en el edificio de servicios múltiples de la Avenida de la Aurora, hasta tener algún
que otro contacto con él a través de amigos comunes, y en el marco de su otrora
preocupación ambiental. Hombre honesto, serio, afable, parco en palabras, sin
un mal gesto ni una buena acción conocida, en definitiva, un funcionario
cumplidor.
EN
aquellas fechas, ya tenía un importante ‘background’ político, puesto que no en
balde durante la última etapa del franquismo había sido un claro activista pro Universidad
de Málaga y presidente de la
Diputación provincial, habiendo tenido oportunidad de mostrar
sus inquietudes políticas, eso sí, en una dictadura.
RESCATADO
por Villalobos tras su paso por el “purgatorio” asumió funciones en urbanismo y
de ahí, a la alcaldía. Seguía manteniendo su estilo basado en la honestidad,
seriedad y credibilidad, aunque su marchamo funcionarial le impidiese acometer
grandes empresas. El meticuloso alcalde del día a día, al que sin duda podías
confiarle el cuidado de tus hijos, de ser necesario.
TRANSCURRIDOS
16 años, no ha estado ajeno a los avatares de sus restantes congéneres
políticos, y el sistema operativo DLT 1.0 que en su propio entorno había
evidenciado cierta funcionalidad, basada en el continuo agravio comparativo, y
la queja permanente respecto a los sistemas utilizados en el entorno inmediato,
ha mostrado síntomas de obsolescencia, y precisamente por eso le ha traicionado
su propia configuración. En una gestión municipal, 16 años son también
suficientes para asumir responsabilidades políticas, especialmente, cuando en
la mitad de ellos, se ha contado con un gobierno afín, los mismos, en los que
la denostada Junta de Andalucía, fue asfixiada por dicho gobierno. Pero el
sistema DLT 1.0, aunque fiable, ya es lento, procesa con dificultad, y en la
mayoría de las veces, se cuelga.
DADO
que no es posible su reemplazo, puesto que en esencia, aunque obsoleto, sigue
funcionando, y mucho menos corren tiempos de implementar versiones beta, poco o
nada experimentadas, o simplemente abortadas, urge actualizar, y sus ingenieros
directamente implementan la versión DLT 3.0, nada que ver, por cierto, con la
anterior.
EL
hardware -Málaga- sigue siendo con pequeñas modificaciones de mantenimiento y
esencialmente, el mismo de hace 16 años, y la nueva versión del sistema
operativo presenta serios problemas de fiabilidad.
CON
un centro histórico que se cae a pedazos, con serios procesos de ‘habanización’,
a través de los que la ciudad no es que pierda edificios, sino que gana
espacios libres, con una ciudad a la cola en cuanto a superficies verdes por
habitante, con un adormecimiento de la masa crítica imprescindible para dinamizar
la ciudad, con una desagregación y deconstrucción urbanas y un sistema
oclocrático basado en la ovación fácil, y en algunos casos remunerada, DLT 3.0
ya no es el sistema operativo para el futuro.
MIENTRAS
tanto, los fallos del sistema son reemplazados por parches disuasorios. Si unos
concejales realizan prácticas éticamente cuestionables, se crea el cuerpo
municipal de voceros o plañideras. Ruido. Si se inaugura un museo
aceleradamente, con menos papeles que una liebre, y su estructura directiva se
viene abajo a las dos semanas, se vende como un fortalecimiento del mismo.
Ruido. Si varias de las obras más importantes del museo, transcurrido el
periodo inicial, vuelven a su origen, es que los cuadros tienen vocación de
irse. Ruido. Si en plena reivindicación ambiental, se enmoquetan espacios
potencialmente verdes, en vez de ajardinarlos, es que la moqueta da esplendor.
Ruido. Si los candidatos de las otras opciones políticas quieren debatir y
contrastar sus modelos de ciudad… pues que le encanta el debate en la
intimidad. Capitalidad Cultural… ruido. Astoria… ruido. Museo de las Gemas…
ruido. Ruido. Ruido. Ruido. Tanto ruido, que cuesta mucho trabajo adjudicarle
algunas de sus recientes sentencias, si no fuese en el marco del más absoluto
de los esperpentos y de la tomadura de pelo hacia la ciudadanía malagueña. Y
así hasta el 22M.